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El diamante de Heppenheim

El alemán tuvo la admiración de Schumacher cuando conducía karts y el apoyo del Red Bull Junior hasta que fue campeón.

Manel Serrás/Especial de El País
09 de octubre de 2011 - 08:58 p. m.

Hubo un hombre importante en la vida de Sebastian Vettel (Heppenheim, Alemania; 1987) que ha pasado desapercibido en muchos ámbitos. Se llama Gerhard Noack y por más de 20 años regentó el go kart de Kerpen, la ciudad natal de Michael Schumacher. Noack no fue nunca un buen piloto, pero tenía el don de detectar a los verdaderos talentos en el mundo del automovilismo. Y cuando Vettel cumplía 16 años y su carrera estaba todavía en el limbo, realizó una afirmación que ahora adquiere una importancia capital. “En todos los años que dirigí aquella pista de karts, nunca había visto un talento tan enorme como el de Michael Schumacher... hasta que llegó Vettel”.

Noack no era un adivino. Pero acertó en los dos casos. Schumacher ganó siete títulos mundiales de F-1 y es el piloto con el palmarés más largo de la historia en esta competición. Vettel obtuvo ayer su segunda corona en Japón, a falta de cinco carreras para la conclusión, y le ha arrebatado a Fernando Alonso el único récord de precocidad que todavía le quedaba: el de ser el doble campeón mundial más joven de la historia. El alemán tiene sólo 24 años, tres meses y seis días. Noack no se equivocó con él. Su apuesta no era fácil, porque por su circuito habían pasado pilotos de la talla de Hans-Herald Frentzen, Ralf Schumacher, Nick Heidfeld, Nico Rosberg y Adrian Sutil... todos ellos implicados en la F-1.

Algo especial debió ver en él, porque no tuvo reparos en ayudarlo cuando su padre no podía ya hacer frente a las primeras inversiones para que su hijo pudiera proseguir su carrera de piloto. Sin embargo, el acierto de su elección se evidenció muy rápidamente. Vettel se destacó en categoría alevín y recibió el apoyo de Michael Schumacher, que se fotografió con él en múltiples ocasiones y lo recomendó a todos sus amigos. En 2001 ganó la carrera de karts de Mónaco y fue campeón júnior de Alemania y de Europa. Y rápidamente entró a formar parte del Red Bull Junior Team, que le llevó de la mano hasta la F-1, tal como ha hecho con otros pilotos como Sebastian Buemi o Jaime Alguersuari.

Pasó por la F-BMW y en 2004 arrasó en el campeonato alemán ganando 18 de las 20 válidas. Aquello le permitió dar el salto a la F-3 Euroseries en 2005, donde fue destacado como novato de la temporada, y probar con un Williams de F-1. Sólo un año más tarde se convertía en piloto más joven de la historia en conducir un F-1 en un gran premio, cuando BMW l lo contrató como probador y le hizo debutar en Turquía en los entrenamientos libres de los viernes. Sorprendió a todo el mundo cuando logró el mejor tiempo en la segunda sesión. Su progresión era imparable y BMW Sauber le fichó —cedido por Red Bull— como tercer piloto y le hizo debutar en el Gran Premio de EE.UU., como sustituto de Robert Kubica, que había sufrido un grave accidente en Canadá. Con 19 años no sólo fue el más joven en debutar, sino también en lograr un punto en su primera carrera: concluyó octavo.

Y entonces, su trayectoria sufrió un vuelco espectacular, porque Helmut Marko, responsable de pilotos de Red Bull, decidió darle el volante de Scott Speed en Toro Rosso, en el Gran Premio de Hungría de aquel mismo 2007. Vettel confirmó su innegable calidad de piloto sólo un año después al lograr la primera pole position y la primera victoria para el equipo italiano, y la única hasta el momento, en el GP de Italia. Acumuló dos récords más de precocidad de una tacada. Y acaparó la admiración y los elogios del mundo de la F-1. Su salto a Red Bull estaba cantado. Y se produjo en 2009.

Su llegada coincidió con la encarnación del mejor proyecto de Adrian Newey para la escudería austríaca. El ingeniero británico construyó el mejor coche de la parrilla. Y con aquella máquina en sus manos, Vettel era imparable. En 2010 se convirtió en el campeón más joven, con 23 años y cuatro meses. Pero si esa vez el título le llegó casi de rebote, más como consecuencia de los errores estratégicos de Ferrari y Fernando Alonso que por méritos propios, que fueron también incuestionables, este año Vettel ha confirmado todos los vaticinios de Noack. Su campeonato ha sido impecable: 12 pole positions y nueve victorias en 15 carreras. Impresionante. El bicampeón más joven de la historia, que le arrebata a Alonso su último bastión. Al nivel de Michael Schumacher.

Por Manel Serrás/Especial de El País

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