El as en la histórica cantera de Santa Fe

El entrenador santandereano Alfonso Sepúlveda, de 85 años, está en delicado estado de salud. Fue el formador de los mejores futbolistas cardenales de las décadas de los 60, 70 y 80. Descubrió nada menos que a Alfonso Cañón, Hernando Piñeros, Ernesto Díaz, Freddy Rincón y Adolfo Valencia.

El Espectador
24 de abril de 2020 - 10:50 p. m.
Alfonso Sepúlveda, el formador de futbolistas más importante en la historia de Santa Fe.  / Archivo El Espectador
Alfonso Sepúlveda, el formador de futbolistas más importante en la historia de Santa Fe. / Archivo El Espectador

Hay hombres que, muy a la sombra, le entregan su vida al fútbol y dejan su huella en las carreras de cientos de jugadores, lleguen o no al profesionalismo. Uno de ellos es Don Alfonso Sepúlveda, el mejor formador de futbolistas en la historia de Bogotá al lado de Jaime El Pantalonudo Arroyave. Eran amigos y rivales. Uno se encargaba de pulir las joyas de la cantera cardenal, mientras el otro descubría y traía a Millonarios a las mejores promesas de otras regiones del país.

Desde comienzos de la década del 60, Alfonso Sepúlveda fue el mandamás de las divisiones menores de Independiente Santa Fe. Fue él quien se encargó de llevar a Alfonso Cañón y a un grupo de jugadores bogotanos al primer equipo, ese que ganó el título en 1966 y repitió después en 1971 y 1975. Estaban allí también Hernando Piñeros, Alonso Cachaco Rodríguez y Carlos Copetín Aponte, quienes después también fueron entrenadores de los equipos infantiles y juveniles del león.

Un par de décadas después volvió a sacar una espectacular camada de futbolistas, liderados por Eduardo Niño, Wílmer Cabrera y Freddy Rincón. Y luego trajo al club a Adolfo El Tren Valencia, con quien vivió una de las anécdotas más divertidas de su carrera. “No le gustaba entrenar físico y cuando hacíamos pruebas de resistencia en el Parque Simón Bolívar, recién remodelado, se escondía en las canecas para no correr con los compañeros”, le confesó Don Alfonso a El Espectador hace unos años.

Las canchas de La Metropolitana, Chigüiros, la Universidad Nacional, La Florida, El Salitre, el Centro de Alto Rendimiento y La Morena fueron sus oficinas de trabajo durante muchos años, así como su empresa, Guayos AS, una fábrica de implementos deportivos que tuvo su auge en los años 90 y comienzos de la década del 2000.

Siempre ha seguido ligado a Santa Fe, aunque por períodos sin contrato, porque algunos directivos no han sabido valorar su trabajo. Gracias a su apoyo debutaron en el primer equipo Agustín Julio, Léider Preciado, Francisco delgado, Iván López y Francisco Nájera, entre otros. Cuando llegó César Pastrana a la presidencia del equipo, reestructuró la cantera y trajo nuevamente a Sepúlveda, quien, junto con Eduardo Cañón, dirigió el proyecto de los juveniles y vinculó además a varios exjugadores del equipo profesional para crear una identidad por el club. Pusieron en marcha la implementación de un manual de convivencia con el que se busca que el jugador desde la base tenga una buena conducta y sienta pertenencia por la camiseta de Santa Fe. Aparecieron entonces desde muy niños en la institución albirroja varios bogotanos que entre 2009 y 2017 ganaron títulos como profesionales. Camilo Vargas, Juan Daniel Roa, Francisco Meza, Daniel Torres y Sebastián Salazar son algunos de ellos.

Recientemente llegaron al equipo profesional Edwin Herrera y Juan Sebastián Pedroza, también pupilos de Sepúlveda, quien está en delicado estado de salud desde hace un par de semanas, según informaron sus familiares. Cientos de jugadores que trabajaron con él lo recuerdan por su don de gente y su capacidad para enseñar, para dar lecciones de fútbol y de la vida, para dejar huella en los futbolistas, pero, sobre todo, en las personas.

Por El Espectador

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