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El hijo pródigo que regresó al DIM

El volante de 31 años volvió al equipo de sus amores luego de cinco años en elfútbol mexicano y ha sido clave en la campaña que lo tiene a un paso de clasificar.

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Alfredo Yacelga Abreo
08 de noviembre de 2008 - 10:00 p. m.
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El torneo ya estaba en marcha; iban dos fechas y dos derrotas contra Millonarios y Pereira. Aunque era muy temprano, el equipo estaba estancado y la hinchada, amargada, con la credibilidad menguada y necesitada de una señal para seguir creyendo. Y ese guiño llegó con forma de ídolo. Los directivos del Independiente Medellín trajeron de vuelta a John Javier Choronta Restrepo, el capitán, el hombre que nació para el fútbol en el ‘poderoso’ y quien parecía muy lejos de regresar a su casa tras cinco años en el fútbol mexicano. Cinco días después de su presentación oficial, el 3 de agosto, en la tercera fecha, se puso de nuevo la roja y el equipo, aunque sufriendo, al fin ganó (1-0 al Cúcuta, con gol en el minuto 82). La esperanza renació.

“Yo pedí en México que me dejaran venir, para tomar un aire, para encontrarme con el equipo de mis amores, con mi gente, con el cariño de mi familia”, declara Choronta en un tono muy paisa, sin rastros de influencia del acento del país de las rancheras y los corridos.

Vino de visita en las vacaciones, probó la arepa y los fríjoles que tanto extrañaba y decidió quedarse. Además, las ofertas que le hicieron para ir a Indios de Juárez, recién ascendido en México y otra para el fútbol de Israel, lo tenían inconforme. El negocio se concretó entre el DIM y el Veracruz, dueño de sus derechos, y lo prestaron por un año.

En México jugó con el Cruz Azul (2003-2006), Tigres (2006-2007) y Veracruz (2007-2008), equipos en los que disputó 10 torneos consecutivos, 166 partidos en los cuales fue titular en 161. Anotó 11 goles y sólo recibió cuatro rojas. Además, en las tres escuadras que integró, siempre se ganó la banda de capitán. “Creo que eso habla bien de uno y de lo que se hizo en el extranjero. No es fácil, pero siempre tuve apoyo”, observa.

Para Restrepo el nivel del fútbol mexicano está a la par del colombiano y lo que lo diferencia es “el gran nivel económico que posee, lo que hace que nos lleven ventaja en estadios y en las sedes de los clubes”.

Según Choronta, en México “se habla bien del futbolista colombiano, es respetado y querido”, gracias a la huella que han dejado nombres como los de Calero, Chitiva, Rey, Moreno, Rodallega, entre otros.

Allí solo le quedó pendiente ser campeón. “Eso fue lo único que faltó, la alegría quedó en veremos”, expresa y no descarta la posibilidad de regresar. “Si tengo que quedarme en México, pues estaré feliz, porque allá me trataron muy bien”.

Del DIM y la selección

Choronta encontró un DIM lleno de caras nuevas, lejos de aquella escuadra que dejó tras salir campeón en 2002 junto con Mauricio Molina, David Montoya y Amaranto Perea, entre otros. Por eso, fácilmente se apropió del papel de líder que le faltaba al cuadro rojo que pudo salir de ese bache del arranque, en el que alcanzó a ser penúltimo en la tabla. “Soy sólo un complemento porque estamos bien rodeados, es un equipo con jugadores que tienen mucha riqueza técnica”, señala.

El DIM es segundo con 26 puntos, está a un paso de la clasificación y espera ratificarlo hoy frente a Equidad. “La clave es que el equipo encontró una identidad futbolística y se apropió de ella”, explica el volante que resalta que se le haya dado continuidad al cuerpo técnico encabezado por Santiago Escobar. “Ellos te generan mucha confianza para jugar, porque son grandes seres humanos y hacen muy bien su trabajo”.

Formó parte del ciclo de Reinaldo Rueda en la selección de Colombia en las eliminatorias pasadas, pero Jorge Luis Pinto no lo tuvo en cuenta y ahora espera que Lara algún día lo llame. “Yo me preparo para cosas grandes, me gusta tener regularidad en lo futbolístico, no ser un jugador de un partido bueno y cinco malos, me gusta mantener un nivel y eso le da a uno la ilusión y las ganas de ser convocado de nuevo”, dice.

Volvió Choronta y, como al hijo pródigo de la parábola, lo recibieron con alborozo. Y están cerca de hacer fiesta en los cuadrangulares, porque con su entrega y profesionalismo ha contagiado a un equipo joven que cada día se hace más fuerte.

Por Alfredo Yacelga Abreo

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