El papa Francisco y los grandes amores de su vida: Dios y San Lorenzo
Hasta su último suspiro, el sumo pontífice siguió al ciclón. Se hizo hincha del cuervo cuando apenas tenía nueve años y su papá lo llevaba al estadio. Nunca, ni cuando se volvió jefe de la casa católica, dejó de lado su pasión y siempre dijo que uno de los momentos más felices de su vida fue el día que el equipo de su corazón ganó la Copa Libertadores.