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El rugby, una alternativa a la violencia en Colombia

Los últimos años los impulsores de este deporte decidieron masificarlo y llevarlo a lugares impensados, como la localidad de Usme, al sur de Bogotá.

AFP
12 de noviembre de 2014 - 02:57 p. m.
El rugby, una alternativa a la violencia en Colombia

 Reservado en casi toda América Latina a las élites, el rugby se abre camino en Colombia, rompiendo barreras sociales gracias al interés de sus promotores en convertirlo en una alternativa a la violencia del conflicto armado.

Este deporte, surgido en Inglaterra en el siglo XIX, llegó en los años 1980 a la nación cafetera, donde al principio solo ingleses y franceses lo jugaban en clubes exclusivos de Bogotá. Sin embargo, no tardó en practicarse en universidades, donde incrementó rápidamente sus adeptos.

Para fines de la década de 1990, ya había varios clubes en todo el país, pero fue en los últimos años que sus impulsores decidieron masificarlo y llevarlo a lugares impensados, como la localidad semi-rural y de bajos recursos de Usme, al sur de Bogotá.

"Hace un año llegamos a Usme para trabajar con niños de cinco a 17 años", cuenta a la AFP el entrenador y fundador del Alianza Rugby Club, Edwar Yáñez, un apasionado rugbista que no sólo apuesta a popularizar el deporte, sino a usarlo como herramienta de inclusión social.

Iniciativas así permiten acercar las brechas sociales en diversos encuentros anuales, como la reciente Copa Bob Hosty, que se disputó en Bogotá y aglutinó a menores de diversos ambientes socioeconómicos.

"Cuando nos ven compitiendo saben que tienen que tomarnos en serio porque nosotros jugamos con el corazón", afirma Hans Demetrio Bernal, un estudiante de 13 años de Usme que, lejos de sentirse discriminado, se mostró feliz de los encuentros contra clubes de élite, donde dice haber aprendido de sus rivales muchos secretos de este deporte.

Usar el rugby para combatir la violencia y fomentar valores como el trabajo en equipo, la solidaridad y el compañerismo es también el objetivo de la Fundación Colombianitos en Ciudad Bolívar, una de las zonas más turbulentas de Bogotá.

"La idea es dar oportunidad a los niños de conocer un nuevo deporte y a la vez que tengan intercambios con otros sectores de la sociedad, sin importar sus condiciones sociales y con el único fin de divertirse", indicó el entrenador del club, Oscar Forero.
Las niñas también juegan

El rugby en Colombia también busca romper prejuicios de género. "Vi cómo jugaban los niños y quise intentarlo y me gustó y alcancé mi sueño", señala la rugbista Luz Mejía Caballero, una niña de 10 años del área rural de Ciudad Bolívar. Para Yenifer Zamudio, una estudiante de 22 años que juega en el Club Minotauros, el apoyo de distintas instituciones privadas en ese sentido ha sido muy importante. "El deporte hace que se olviden las posibles diferencias", asegura.

Fredy Tejedor, director de actividades estudiantiles del Colegio Gran Bretaña, que anualmente celebra un torneo con equipos de todos los estratos sociales, aplaude el compromiso de los fundadores de varios clubes para difundir el rubgy y contribuir a la integración de la sociedad."En un campo de juego no importa de dónde vienes o cual es tu condición socioeconómica", subraya.

Esta apuesta a ayudar a través del rugby a niños vulnerables a reclutamientos de la guerrilla o de bandas criminales ha llegado ya a lugares con altos índices de violencia del país, como Apartadó, Tierralta y Buenaventura.

Allí funcionan con éxito programas conjuntos de la Cancillería, que aplica una "diplomacia deportiva" con instituciones británicas y francesas. Exjugadores profesionales de rugby franceses han viajado incluso para promover el deporte en Colombia.

"Tenemos ya 16.000 muchachos que juegan rugby; es el deporte que más crece", dijo días atrás la canciller María Ángela Holguín, cuando presenció junto al príncipe Carlos, de visita en Bogotá, un partido demostración de jóvenes de esos municipios. Sin llegar al nivel de Argentina, la potencia latinoamericana, o de Chile y Uruguay, donde también es popular, el rugby ha venido creciendo en Colombia.

Este incremento ya dio sus primeros frutos en la alta competencia, donde Colombia obtuvo tres títulos consecutivos en el Sudamericano Juvenil B de Rugby para menores de 18 (Lima 2009, Medellín 2010 y Lima 2011).También ganó los subcampeonatos de Viña del Mar 2007, Mar del Plata 2010 y Rio 2012, en la modalidad de Seven-A-Side Femenino, para muchos un augurio de buen futuro.

Por AFP

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