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La edición 54 de las 500 Millas de Daytona no solamente será recordada por haber sido la primera en la historia que se tuvo que correr un lunes debido a la lluvia, sino además por el desafortunado y aparatoso accidente que protagonizó Juan Pablo Montoya a 40 vueltas del final, durante una neutralización.
El equipo Earnhardt Ganassi Racing aún no determina exactamente cuál fue la pieza que falló en el auto del colombiano haciéndole perder el control, pero las sospechas siguen apuntando hacia la transmisión del vehículo. Su compañero Jamie McMurray chocó también a pocos giros del final y apuntó a una falla similar a la del auto de Montoya.
Adolorido, pero sin mayores lesiones, Montoya habló sobre el que puede ser el accidente más fuerte de su carrera, uno que pudo fácilmente haber tenido un peor desenlace, pero que por diferentes razones, incluyendo la seguridad de Nascar, no resultó cobrando un precio más alto.
¿Cómo está?
Bien. Un poquito de dolor en el pie, pero nada más. Para lo duro que fue el golpe, estoy bien.
¿Qué ocurrió?
Se rompió algo en el carro, la verdad aún no sabemos qué. Metí segunda después de salir de la última parada en pits, le dije al equipo “creo que la segunda se rompió”. Metí tercera, aceleré y también vibró, le dije al equipo “hay algo más”. Entré a pits otra vez, los mecánicos miraron todo, salí de nuevo a la pista y el problema seguía. Cuando empecé a tomar velocidad el carro se empezó a mover. Aceleraba y se clavaba de nariz, soltaba y se levantaba. Muy raro. Venía para los pits otra vez y le estaba avisando al equipo para que mirara en la pista a ver si podían tener algún indicio de lo que podía ser, pero algo falló en la parte trasera del carro, se trompeó y terminé chocando contra la turbina de la camioneta de servicio.
El piloto de la camioneta también fue trasladado al centro médico junto a usted.
Si, él iba conmigo en la ambulancia y estaba asustado, pero ya sabemos que está bien.
¿Qué alcanzó a pensar cuando perdió el control y vio lo que venía?
No pensé en el camión, sino en que le iba a pegar a la turbina y sabía que no era nada bueno. Pensé que se iba a incendiar y así fue.
Tuvo que ser una explosión muy fuerte. Además, golpeó el vehículo de servicio por el lado suyo, el del piloto...
Sí, se quemó una parte de mi casco incluso. Es triste, porque veníamos haciendo una buena carrera. No nos habíamos tocado con nadie, habíamos evitado todos los accidentes grandes y sólo faltaban 40 vueltas. Creo que estábamos donde queríamos y todo había funcionado como queríamos.
Disipó muchos temores verlo salir tan rápido de lo que quedó de su auto...
Siempre he sido rápido saliéndome del carro, porque en las categorías que he corrido siempre revisan que uno sea capaz de salir del carro dentro de un tiempo determinado. Uno aprende a salir rápido y seguramente me sirvió esta vez.
Tiene que ser este el accidente más fuerte de su carrera, además del más extraño, ¿no?
Les he pegado a muchas cosas antes, ¿pero estrellarme contra un camión de servicio? No.
¿Qué sensación le queda de como está funcionando su nuevo grupo de trabajo?
Las sensaciones con el equipo han sido buenas. Sigo pensando que hay mucho potencial. Esperamos mostrarlo pronto.