La situación fue la siguiente: Melissa Borjas, juez del partido entre Francia y Nigeria, el último del grupo A del Mundial femenino de fútbol, señaló una pena máxima a favor del cuadro local en el minuto 76. Wendie Renard cobró desde los 12 pasos y el remate pegó el palo para mantener la igualdad sin goles. Sin embargo, la central del juego repitió el cobro.
¿Por qué? Porque según ella, apoyada en el VAR, la arquera africana, Chiamaka Nnadozie, se adelantó más de lo debido y, por ende, había que patear de nuevo. En la repetición se observa que Nnadozie se lanza hacia adelante apenas la jugadora impacta el balón por lo que es lícita la acción.
No valieron los reclamos, pues Borjas amonestó a la portera, repitió todo y esta vez Renard si acertó para el 1-0 final con el que Francia sumó su tercera victoria en el torneo en la misma cantidad de partidos y ratificó su liderato en el grupo.
Por el lado de Nigeria, la mala decisión, apoyada en el videoarbitraje, dejó al país africano a la espera de lo que suceda más adelante, pues con tres puntos es muy complicado que pueda avanzar a la siguiente ronda como uno de los mejores terceros del torneo.
Más allá de la demora a la hora de la revisión, que para muchos le quita dinamismo al juego, parece que la ayuda de la tecnología no es suficiente cuando los encargados de que todo sea justo no la aprovechan como es debido.
#NGA 0-1 #FRA
— FIFA.com en español (@fifacom_es) June 17, 2019
Con gol de penal de @WRenard, Les Bleues cierran con pleno de victorias la fase de grupos 👍#NGAFRA | #FIFAWWC