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Fabio Torres: La víctima del conflicto armado que ganó más de lo que perdió

Soñaba con servir a la patria cuando se enlistó en el Ejército, pero una mina antipersona le truncó su destino. Hoy, 15 años después, “lucha” por Colombia con una barra de peso entre sus manos.

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Daniel Montoya Ardila
17 de diciembre de 2023 - 12:00 a. m.
Fabio Torres quería ser soldado de Colombia, hasta que una mina antipersona le arrebató una pierna y le cambió su vida para siempre.
Fabio Torres quería ser soldado de Colombia, hasta que una mina antipersona le arrebató una pierna y le cambió su vida para siempre.
Foto: Nelson Sierra Gutiérrez
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“Siempre he sido muy devoto a la Virgen de las Lajas, la llevo en mi mente y soy muy consciente de la fortaleza que ella me da. El camino y la potencia de todos los días han sido por ella. Hoy en día me tiene aquí con Dios, a pesar de ser víctima de una mina antipersona por la que perdí mi pierna izquierda y me fracturé tibia y peroné de la derecha”. Así se expresó Fabio Torres después de ser homenajeado en la ceremonia del Deportista del Año 2023 de El Espectador y Movistar, en la categoría del paradeporte. Este hijo de La Tola, Nariño, vio cambiar su vida por completo una mañana de agosto de 2008, pero nunca imaginó hasta dónde llegaría después de todo lo que tuvo que vivir.

“La discapacidad no existe, la discapacidad está en la mente y día tras día hay que levantarse a luchar por los sueños, sean en el trabajo o en cualquier otra cosa. Se trata de nunca dejarse vencer”, dijo este hombre de 47 años, a quien con su contextura ruda, gruesa y fuerte parece que nada lo detiene, ni siquiera el rigor de la violencia de un país que aún no sabe vivir en paz. Luego de superar el trauma de tener que usar una prótesis en una de sus piernas, aprender nuevas rutinas de vida y asumir que nada volvería a ser como antes, el deporte apareció como un faro en medio del mar.

“El deporte me hizo olvidar muchas cosas en mi vida”. Le ofrecieron practicar paranatación y voleibol sentado, pero nada le llamó tanto la atención como el levantamiento de potencia adaptado, o parapowerlifting, como se le conoce en las competencias internacionales. Fabio sabía que si había una forma de curar las heridas y olvidarse del pasado era demostrándose a sí mismo que pudo haber perdido una parte de su cuerpo, pero ninguna de su espíritu. La fuerza es algo que lo ha caracterizado desde muy pequeño. Su infancia no fue fácil. Le tocó vivir momentos de zozobra, pero así como él tuvo personas que lo ayudaron en todo su camino, ahora quiere ser esa guía para otros niños y niñas que también quieren olvidarse de los malos ratos.

Fabio Torres creó la Fundación Amor y Vida para ayudar a la niñez del Pacífico nariñense con juguetes y comida, dos cosas que fueron muy escasas en sus primeros años de vida. “La humildad y la fortaleza día a día es bueno demostrarlas a los muchachos que vienen detrás de uno”. La fundación arrancó en plena pandemia, pero eso no lo detuvo, al contario, lo animó a pensar que había familias que necesitaban mercados para poder pasar la cuarentena. Un año más tarde se expandió a la capital colombiana, más exactamente en el barrio Puente Aranda, donde abrió el restaurante Sabores de Mi Tierra. Allí atiende a comensales, pero también les brinda al menos una comida diaria a adultos mayores que la necesitan.

Torres recibe la ayuda de otras fundaciones, pero así como lo hace en el deporte, levanta con sus propias manos todos los recursos para seguir con su misión. Y es que sus triunfos son tan grandes como su buen corazón. Estuvo en los Juegos Paralímpicos de Río 2016, logró el bronce en los de Tokio 2020 y este año logró dos medallas de oro y una de bronce en el Mundial de Parapowerlifting de Dubái, Emiratos Árabes, además del oro en los Juegos Parapanamericanos. “Pienso que puede haber algo muy bonito en París 2024”. Sin embargo, tiene claro que el triunfo no es lo único en la vida, y la derrota puede enseñar más que la victoria.

“Desde niño soy muy hincha del América y cuando lo veo ganar y perder me fortalece. Perder es parte de la vida y del deporte. La derrota es tan necesaria como la victoria”. Fabio Torres nació el 7 de mayo de 1976 y desde ese día ha ganado y ha perdido cosas a lo largo de su vida. Perdió la oportunidad de ser parte de las Fuerzas Armadas de Colombia, perdió una pierna y todo lo que el destino le hubiera traído si eso hoy fuera diferente, pero ganó la posibilidad de aportar a la mejor participación en la historia de Colombia en unos Juegos Parapanamericanos, de subirse al podio de unos Paralímpicos y la oportunidad de seguir cosechando medallas no solo para colgarlas en la pared, sino para darse cuenta de que en el deporte como en la vida misma siempre hay una segunda oportunidad.

“Esto lo fortalece a uno como deportista y como persona”. Después de la derrota existe la posibilidad de volverlo a intentar y de creer que el trabajo y el esfuerzo darán sus frutos tarde o temprano. Fabio señaló durante una entrevista con El Espectador después de la gala del Deportista del Año, que desde muy niño es fiel creyente de la Virgen de las Lajas gracias a su madre. No obstante, hasta que fue víctima de la crueldad de una mina antipersona encontró la fortaleza para afrontar el futuro. La dificultad fue lo que convirtió a Fabio Torres en un paratleta imparable que seguirá disfrutando del éxito y aprendiendo del fracaso.

Daniel Montoya Ardila

Por Daniel Montoya Ardila

Periodista de la Universidad Externado de Colombia apasionado por los deportes, especialmente el fútbol. Tiene diplomado en táctica y estrategia en fútbol.@27DanielMontoyadmontoya@elespectador.com

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