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"Falcao, un jugador con carisma": Diego Simeone

El técnico argentino del Atlético de Madrid, dice que el colombiano es un gran rematador.

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Jordi Quixano/Especial de El País
22 de marzo de 2012 - 10:10 p. m.
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El argentino Diego Pablo Simeone vive un gran presente con el Atlético de Madrid. Desde que asumió como técnico a comienzo de este año, su equipo tan sólo ha perdido un partido y fue nada menos que contra el Barcelona. Séptimo en la tabla de la Liga Española, con 41 puntos, El Cholo, extécnico de Racing, Estudiantes de La Plata, River Plate, San Lorenzo, Catania Calcio y Racing Club, no duda tras cada partido el alabar al colombiano Radamel Falcao García. “Sus números son extraordinarios”, señala.

Como exjugador del Atlético, es un ídolo de la afición, por lo que no tuvo que convencer a nadie. ¿Así es más fácil?

La gente recuerda al jugador y le tiene un gran afecto y reconocimiento, algo que no se va a tocar nunca. Pero ahora soy el Simeone entrenador, el que transmite valores a un equipo que lo refleja de la mejor manera. Y, paralelamente, el hincha se encuentra en la misma línea.

Como jugador, contagiaba su pasión. ¿Le es igual de fácil ahora ganarse al vestuario?

No he venido para ganarme al vestuario. Vine para marcar un camino y hacer juntos un gran trabajo. Todo se debe manejar con claridad, sinceridad y siempre derecho. Ser entrenador es distinto a ser jugador, pero la esencia y las formas no cambian.

Pero desde que se ha puesto el traje es más comedido. ¿Se muerde la lengua?

Entiendo mi lugar y mi misión: que los jugadores sean mejores el día que me vaya. Me quedo contento con su crecimiento, cuando se van a equipos mejores y, de paso, ganan. Lo que diferencia a un entrenador de otro es si hace mejores a los futbolistas.

¿Cuáles son sus referencias en el banquillo?

Muchas. Bielsa es un gran entrenador de campo, Bilardo me hizo entender el juego con pasión e ilusión, Mancini me enseñó la agresividad, Basile tenía el poder de la motivación en una mirada…

¿Le obsesionaba el fútbol?

Me encantaba. Hasta hice un estadio con los rastis (lego) y armaba los soldaditos para jugar partidos. Pero siempre estaba de parte de los indios, ¿eh?

¿Qué le queda de ese niño?

El amateurismo por este deporte, la pasión por el fútbol, que es mi vida.

¿Le molesta, entonces, que se le quedara fama de duro?

Nunca me detuve a pensar lo que pensaron los demás. Porque en la vida, cuando haces eso, te equivocas porque te crees demasiado o demasiado poco. Siempre estuve y estoy seguro de mí mismo y de lo que soy, de lo que tengo, de lo que hago bien y mal. Y tengo claro que era un jugador competitivo.

Ahora es usted padre…

Y tengo claro que hay que dar a los hijos la posibilidad de elegir, comunicación y estudios. Marcarles una línea, pero no con palabras. Que vean. Si te comportas bien, posiblemente ellos también lo harán.

¿Es difícil hacerles ver que lo normal no es lo que tienen?

Lo normal es enseñarles que el padre se ha ganado lo que tiene con esfuerzo y con trabajo y mostrarles la otra parte, que es dura y difícil, y que muchos no tienen esa oportunidad que yo tuve. Por eso hay que tener estudios y herramientas. El dinero sólo sirve para las enfermedades. No te da la felicidad.

¿Los quiere futbolistas?

A Giovanni, el mayor, le hicieron un contrato en River y a veces hace de sparring de los chicos de Primera. Los otros dos juegan, veremos. Pero no los apuro ni obligo. Los dejo elegir.

Usted también elige. Como técnico, ha decidido irse por voluntad propia de todos los sitios…

En la vida, uno tiene que actuar. No soy de estar en un sitio por la plata. No me interesa, aunque suene raro, el dinero. Me gusta sentirme bien, vivo, valorado. Cuando veo que las situaciones llevan a un futuro que todos conocemos, que es la salida del entrenador, me anticipo y me voy.

Si valoran más el resultado que su trabajo, ¿se va?

No. Sólo, que yo me comporto igual ganando o perdiendo. La exigencia de ganar es necesaria y normal que esté.

¿La suya es no rendirse?

El esfuerzo no se negocia. Siempre fui así en la vida. Pero eso no significa que me guste tener diez simeones porque un equipo tiene muchas características. No sería bueno tampoco tener diez messis.

¿Aspira a la posesión del balón?

¿Posesión? Ni me interesa. Para nada. No me interesa para nada. Lo que me interesa es ganar. La posesión es un cuento que se ha vendido muy bien. Es una manera de ganar, pero no es la única. Uno elige lo que quiere. Nosotros estamos equilibrados en las dos facetas del juego. Tenemos jugadores para poder mezclar posesión, equilibrio defensivo y contragolpe. Pero aspiro, eso sí, a ser más contundentes y más concretos. El referente es el partido ante el Lazio en el Olímpico.

¿Le ha sorprendido Adrián?

Me sorprendía cuando no lo tenía en mi equipo. Ahora lo veo y creo que puede dar muchísimo más, que no tiene techo.

¿Y Falcao?

Es un gran rematador. Hay que gastarlo poco en las salidas a los costados y los regresos atrás para tenerlo fresco en su hábitat natural, el área. Pero se tiene que exigir más, ser más contundente.

El colombiano anotó los dos tantos en el triunfo ante Athletic...

Falcao es muy querido y respetado por todos. Es reconocido por el público, por nosotros y por el club. Lleva 19 goles en liga. Los números son extraordinarios. Es un jugador noble, con carisma y la gente lo quiere mucho, por eso es el que más camisetas vende.

Por Jordi Quixano/Especial de El País

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