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Luego de que conquistó la medalla de plata en Londres, Óscar Figueroa llamó a Coordinación de la Universidad Santiago de Cali a avisar que no se tomaría el tiempo exacto de permiso (hasta el 12 de agosto) que le otorgaron por los Olímpicos. El pesista y estudiante de administración de empresas advirtió que el lunes próximo estaría en clases, por lo que el jueves pasado aterrizó en Bogotá y ayer en el Comité Olímpico Colombiano atendió la primera rueda de prensa en el país tras su hazaña.
“Sólo quiero retomar mis actividades académicas. Voy atrasado porque suspendí semestre por Panamericanos y para prepararme para los Juegos. Estuve enfocado en eso tanto que no he tenido tiempo ni para mí ni para la familia. Por eso vuelvo a la vida real”, dijo el nacido en Zaragoza, Antioquia, pero criado en el Valle del Cauca.
Este semestre estrenará su beca completa por haber ganado la medalla de oro en los Panamericanos de Guadalajara. De los $2’700.000 que cuesta la matrícula, sólo debió cancelar $30 mil de impuestos. En realidad, el trámite lo efectuó un amigo suyo, quien además inscribió sus materias mientras estaba en Londres. De regreso a clases, encontrará a sus compañeros en período de parciales porque el semestre se inició hace dos semanas. “Voy a llegar sobre exámenes”, dijo.
Pero lo único importante es terminar los tres períodos que le faltan para graduarse. “Más adelante me quiero dedicar a bienes raíces”, explicó el medallista de 29 años, quien decidió estudiar porque “la necesidad genera el cambio”.
Dice su secretario académico, Juan Fernando Sardi, que Figueroa es igual de disciplinado en el deporte que en el estudio, al que le dedica el horario nocturno. “Acá sólo tenemos buenas referencias de él y por eso le ayudamos con sus permisos para competir y la beca del 100%. Él nos representa con decoro”, afirma el secretario.
En el campus de la universidad todos armaron tremenda algarabía cuando por fin alzó los 177 kilogramos en el tercer intento. Se paralizaron las clases y celebraron la victoria del santiaguino.
Los directivos de la universidad lo recibirán con un acto simbólico. Los profesores lo esperan con la pila de exámenes que adeuda. A ver si también puede con el peso de éstos.