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Justamente hace ocho días, Luis Augusto García recibió una llamada desde Cali. Al otro lado de la línea estaba Oreste Sangiovanni, presidente del América, quien lo contactó para cuadrar los pormenores de su vinculación como nuevo entrenador del equipo escarlata, que un poco más de 24 horas antes había logrado un pálido empate con el Deportes Quindío para clasificar a los cuadrangulares del Torneo Postobón.
“No me demoré en llegar a un arreglo”, dice con entusiasmo el técnico bogotano en diálogo con El Espectador. Su contratación fue oficializada en la madrugada del martes, día en el que viajó a Cali para ser presentado como el reemplazo de John Jairo López. La seguridad que tiene de lograr la hazaña de regresar al equipo rojo de la capital vallecaucana a la Liga Postobón lo lleva a sentenciar: “Estoy motivado a lograr el ascenso porque me dieron la oportunidad de darle un sitio a una institución que quiero mucho”. Esa confianza que muestra con cada palabra que dispara deja entrever a un Chiqui rejuvenecido y con la mirada puesta en un solo punto: regresar al América de Cali a primera división, eso que le fue esquivo a Eduardo Lara en 2012, a Diego Édison Umaña en 2013 y que es el anhelo de todos los hinchas rojos que desde cada punto del país siguen minuto a minuto el andar de un equipo joven presionado por la historia de un gigante.
El nuevo técnico del cuadro caleño rescató que, a pesar de lo que ha vivido el grupo, lo encontró animado y con la tranquilidad necesaria para afrontar los partidos del grupo B de los cuadrangulares semifinales del torneo de ascenso con Rionegro, Pereira y Unión Magdalena. Hoy, desde las 3:15 p.m. (por Win), comienza frente al Rionegro un nuevo intento por regresar a la primera categoría.
¿Dudó cuando le ofrecieron el equipo?
No. Es uno de los retos espectaculares que me pueda ofrecer el fútbol. Nunca lo he vivido: he sido campeón, he tenido la oportunidad de dirigir equipos grandes, chicos, pero la experiencia de ascender a uno de los históricos es muy interesante para mi carrera deportiva, por eso la acepté.
¿Cómo está la confianza del equipo?
Encontré a los jugadores tranquilos, con lo que el equipo tiene está bien. Ellos clasificaron, quedaron a tres puntos del primero, segundos en la reclasificación del año. Así que veo un grupo tan competitivo como los otros.
¿La presión es muy fuerte?
Han estado compitiendo a lo largo del año por este objetivo. Toda la gente que los rodea, incluidos periodistas, hinchas, familia, saben que su meta es lograr la clasificación, así que encontrarlos con la presión con la que los encontré no es nada nuevo para mí, por eso trabajaré con ellos para fortalecerlos mentalmente.
Comienzan los cuadrangulares. ¿Cómo ve a su grupo?
Rionegro, que es nuestro primer rival, es un equipo que se para bien y es muy fuerte de local, tanto así que terminó cuarto en el segundo semestre y en la misma posición en la reclasificación. Pero lo fundamental es ir a hacer los puntos y clasificar. De resto, veo a un grupo bastante parejo, pero vamos paso a paso.
Hay opiniones divididas por su llegada. ¿Qué le dice a la hinchada?
Cuando uno llega a un equipo siempre hay gente que lo quiere y otra que no; lo he aprendido a lo largo de mis 35 años de carrera deportiva. Sin embargo, la hinchada de América de Cali puede estar segura de que con mi experiencia el equipo trabajará con mucha responsabilidad para lograr el objetivo.
¿Ve al equipo con posibilidad de ascender?
Claro que sí.