“Para los dos, el tema es que nos condiciona, a los 5 minutos ya con dos tarjetas. Así es muy difícil. Y a jugadores importantes como Pérez y Torijano. Paró mucho el juego. Es algo que se debe revisar. No digo que perdí por el árbitro, pero hay que revisar esas cosas”, manifestó Hárold Rivera, director técnico de Independiente Santa Fe, tras la derrota 1-0 ante Deportivo Pasto en condición de visitante, por el partido de ida de los cuartos de final de la Liga BetPlay 2020.
Lea también: George Best, el indomable
Y es que en dicho encuentro del domingo anterior el árbitro Jhon Hinestroza se hizo protagonista por cortar constantemente el partido y mostrar diez tarjetas amarillas: tres para el Pasto y siete para Santa Fe, que deberá pagarle a la Dimayor $1.404.480, más $877.803 por tener cuatro tarjeteados en un mismo compromiso.
Hinestroza sancionó 40 faltas durante la contienda en mención. Esa estadística se vio reflejada en el tiempo neto de juego de ese partido, que fue de 42 minutos y 33 segundos. El más bajo de los encuentros de ida de los cuartos de final, aunque en los demás tampoco es que se haya jugado demasiado: América 1-2 Atlético Nacional (48:59), Júnior 1-0 Tolima (50:34), La Equidad 1-1 Deportivo Cali (51:06).
Es preocupante que en el fútbol profesional colombiano no se llegue ni siquiera a la cifra de una hora de tiempo efectivo de juego. En un estudio que publicó la Dimayor el 20 de octubre, tras la fecha 15 de la fase todos contra todos, quedó evidenciado que Patriotas, equipo que terminó antepenúltimo, era el que dominaba esta estadística con 55 minutos y 1 segundo, seguido de Cúcuta Deportivo (52:33) y Deportivo Independiente Medellín (52:19). Ninguno de los tres primeros clasificó para luchar por el título.
Y los que terminaron en la parte alta de la tabla de posiciones fueron los de menor tiempo neto de juego: Santa Fe (46:41), Deportes Tolima (48:56), América (49:02), Atlético Nacional (49:22) y Deportivo Cali (49:32).
Una de las causas es el deficiente entendimiento del juego y de sus acciones que tienen los árbitros en Colombia. Pitan todo. Cualquier jugador se tira al suelo con un rival cerca y los jueces hacen sonar el silbato, cortado así constantemente los partidos. Los futbolistas lo saben y por eso cuando se encuentran en una situación difícil buscan que el contrario los toque levemente y se tiran al suelo, con la certeza que les van a pitar infracción.
(El Big Data, la nueva herramienta para los equipos de fútbol)
En muchas ocasiones se observa como la pelota es sacada limpiamente por el jugador que busca recuperarla, pero el que la pierde cae al suelo, se revuelca y grita y el pito vuelve a sonar. No hay continuidad en el juego, como, por ejemplo, sí se ve en la Premier League de Inglaterra, donde los árbitros buscan que los encuentros tengan dinámica. En ese balompié, hasta han decidido no utilizar el polémico VAR para acciones que sí se implementa en otros países y que le quitan dinamismo a los hechos.
Los jugadores en el fútbol colombiano tampoco ayudan mucho a que esta realidad, que empobrece nuestro balompié, mejore. Fingen, se tiran al suelo por cualquier cosa, pierden tiempo alegándole todo al árbitro, y cuando su equipo va ganando toman la actitud de perder tiempo por cualquier hecho irrelevante. En varias veces, por pedido de los entrenadores, otros actores del balompié nacional que tienen parte de responsabilidad.
El poco tiempo efectivo de juego disminuye la calidad del fútbol que se práctica en Colombia. Luego los equipos del país van a competir a nivel internacional y no les va bien. En conclusión, el hecho de que se juegue tan poco es responsabilidad de un cúmulo de factores que parecen no cambiarán en el corto plazo. Habría que fortalecer el debate sobre el tema y hacerles entender a los diferentes actores del balompié profesional colombiano que el hacer los compromisos tan cortados juega en contra de sí mismos.