No obstante, dio la pelea. En su casa complicó a los verdolagas y en el Atanasio Girardot fue un digno contrincante, aunque acusó las limitaciones de su plantilla.
Pero la certeza que dejó la temporada es que el Cali está de vuelta. Gracias a la acertada conducción técnica de Leonel Álvarez, el primer club que se organizó en Colombia y que tuvo sedes social y deportiva propias, además de estadio, recuperó el prestigio que había perdido y jugó una final tras ocho años sin hacerlo.
A los verdiblancos, ahora 13 veces sub campeones de Colombia (1949, 1962, 1968, 1972, 1976, 1977, 1978, 1980, 1985, 1986, 2003-II, 2006-I y 2013-II), tiene que quedarles claro que hay futuro en jóvenes valores como Lizarazo, Candelo, Mojica, Calderón, Torijano, Rivas y Murillo, entre otros, siempre y cuando no los vendan cuando apenas se consolides en el profesionalismo, como lo han hecho con tantos cracks de la cantera en los últimos años.
Porque además los supieron rodear con veteranos de buen rendimiento, como Farid Mondragón, Vladimir Marín, Andrés Pérez y Jhon Viáfara.