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“Tenía varias cosas en carpeta, pero el entrenador de acá me dio mucha confianza. Hay que intentar ganar todo lo que juguemos. Vengo de hacer la pretemporada con Cruzeiro, estoy bien, espero ponerme a punto ahora con el grupo y aportar experiencia”, fueron las palabras de Hernán Barcos cuando fue confirmado como nuevo jugador de Atlético Nacional. El espigado delantero argentino tenía sus objetivos claros y los empezó a cumplir.
Este miércoles en la noche, en el estadio Alfonso López ante Atlético Bucaramanga, no contó con muchas oportunidades. La creación de juego de un equipo en formación no jugó a su favor, aunque él picó a los espacios libres intentado encontrar una pelota clara para hacer lo que más le gusta: anotar goles. No obstante, el premio a su perseverancia llegó a través de otra situación. (Así está parcialmente la tabla de la Liga Águila)
Faltaban diez minutos para terminar el partido y Barcos capturó un rebote. Le ganó la posición al arquero James Aguirre, envió la pelota hacia la red, pero fue interceptada, con la mano, por el defensor Jeison Quiñones. Penalti para Nacional. “El Pirata”, como es conocido en el entorno del balompié, hizo valer su jerarquía, su experiencia, su paso por siete países antes de llegar a Colombia y acomodó el balón en el punto blanco.
El número 17 en su espalda y su perfil derecho atrajeron las miradas de los asistentes al escenario deportivo y de quienes observaron el partido por televisión. Tomó carrera, acarició el sagrado objeto redondo con el borde interno del pie derecho y el arquero no pudo atajar el remate que pasó por debajo de su cuerpo. Mientras Aguirre se lamentó por lo cerca que estuvo de detener el balón, Hernán salió a festejar. (Santa Fe perdió en El Campín ante Cúcuta Deportivo)
Seguramente en el momento de la celebración no se le pasaron por su mente los duros momentos de su infancia. Hace tres años le confesó a Espn: “Mi familia era pobre y no comíamos bien. Por eso, con mi hermano, cuando éramos chicos, volvíamos del colegio y pasábamos por una casa velatoria para comer unos sándwiches y tomar una gaseosa. Muy respetuosos, igual. Saludábamos a la familia del muerto, al muerto, comíamos algo y nos íbamos”. Su debut con gol en el fútbol colombiano sí será un buen recuerdo.
“Barcos es el jugador que necesitaba. Tiene jerarquía”, dijo el entrenador de Nacional, el brasilero Paulo Autuori, después de la victoria conseguida gracias al tanto de Barcos. Él pidió que le trajeran al atacante que debutó profesionalmente con Racing de Avellaneda y el futbolista de 34 años no lo decepcionó. Sus propósitos son goles, esos que ha convertido en equipos como Palmeiras, Liga de Quito, entre otros, y gracias a ellos anhela “poder hacer parte de la historia” de Atlético Nacional.