Nacional empató sobre la hora con América en Medellín

El cuadro paisa lleva 11 partidos en línea recibiendo gol.

Foto: Dimayor

El fútbol tiene más complejidad que saber correr, parar y pegarle bien a la pelota. El fútbol es tener talentos complementarios, orden, rapidez de pensamiento, una que otra dosis de chispa y efectividad. Pero el fútbol también es no rendirse jamás, es luchar hasta el final así no se juegue bien y pelear aunque sea una mala noche. Y eso se vio este domingo, en el clásico entre Nacional y América que al final terminó 2-2 en el Atanasio Girardot.

El cuadro escarlata, que tuvo una de sus mejores salidas del torneo, estuvo a unos cuantos minutos de volver a ganar en Medellín luego de 11 años, pero la última pelota del partido, la que suele ir al área a ver quién se equivoca, terminó en los pies de Brayan Rovira, que superó al arquero Joel Graterol para evitar la caída del club paisa.

Pero el resultado no le resta mérito a lo que hizo el conjunto de Juan Cruz Real. Y a lo que pudo hacer gracias a hombres como Duván Vergara, tan tranquilo donde otros son muy nerviosos, y capaz de cambiar de ritmo de una forma tan inesperada que sorprende a cualquiera.

Los rivales saben que siempre va por fuera y engancha hacia adentro, que ese es su sello, pero una cosa es tener conocimiento y otra, muy diferente, es pararlo.

Nacional lo sufrió, como sufrió en un clásico en el que las ideas fueron escasas y en el que la falta de transiciones le facilitó el trabajo al visitante. Y debido a eso América se tomó confianza, y presionó con sus delanteros y corrió para no dejar que Andrés Andrade tuviera libertad. Claro, sin El Rifle el cuadro verde parece no marchar.

El primer gol del encuentro llegó antes de finalizar la primera parte, en una pelota que le quedó a Vergara, que sacó un zapatazo imposible para Aldair Quintana. Octavo tanto para un jugador que le marca a los grandes y en partidos de alto impacto.

En el segundo tiempo, aunque Nacional intentó mejorar, la diferencia no se notó y la tendencia fue la misma: el rojo haciendo correr el balón y el verde detrás de este, sin saber qué hacer cuando tuvo el control.

América aumentó la cuenta gracias al gol de Carlos Sierra, que ingresó en el 74′ por Rafael Carrascal, y a punta de empuje a Nacional le dio para descontar en el 81′ gracias a Andrade.

Ese tanto, tan cerca del final hizo crecer la adrenalina y todo fue pulsional y muchas ganas, algo que generó la única desconcentración de América atrás y el tanto de Rovira, que lo festejó como se se tratase de una victoria.

El clásico de la fecha 15 terminó igualado, con un conjunto escarlata dejando buenas sensaciones y con un equipo verde que salvó de milagro lo que hubiera sido algo peor y que todavía no muestra su verdadero potencial. En la próxima fecha Nacional visitará a Patriotas y América será local ante Pasto.