Daniel Giraldo: “Quiero dejar huella en Santa Fe”

El mediocampista es autocrítico. Anhela volver a jugar en el exterior, pero no desea irse del club cardenal sin un título. “Sé que puedo dar mucho más”, dice.

Sebastián Arenas
09 de octubre de 2019 - 03:00 a. m.
Daniel Giraldo llegó a Santa Fe tras ser subcampeón del rentado colombiano con el Deportivo Pasto. / Gustavo Torrijos
Daniel Giraldo llegó a Santa Fe tras ser subcampeón del rentado colombiano con el Deportivo Pasto. / Gustavo Torrijos

A un rival le sacan tarjeta amarilla. Momentos después le muestran la segunda porque se resbala y, sin intención, lo tumba a él. Expulsión. La víctima, Daniel Giraldo, con la camiseta del Pasto, le dice al árbitro que no saque al adversario del terreno de juego porque había presenciado la realidad de lo sucedido; además, porque se trata de César Amaya, con quien fue compañero en el Deportivo Cali. Esa acción describe al hoy mediocampista de Independiente Santa Fe. “Pudo más el instinto de la amistad”, le contó a El Espectador.

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Tras jugar en el equipo nariñense, con el que vivió experiencias como la mencionada y también fue subcampeón de la Liga Águila el sesmetre pasado, Daniel llegó al equipo cardenal para intentar revertir una difícil situación que al comienzo de este torneo parecía empeorar. Como las olas que no dejan en paz a la playa, la palabra descenso no cesaba de merodear los pensamientos del plantel albirrojo. En Santa Fe, la preocupación era sinónimo de cotidianidad.

“En los primeros partidos había mucha desconfianza. Se arrastraba lo del complicado semestre anterior que había tenido el club y muchos compañeros seguían en esa desconfianza que yo también sentía, lo cual hacía perder un poco las cualidades que cada uno tiene como jugador”, explicó Giraldo.

Pasaron ocho encuentros sin triunfos para Santa Fe. La crisis era incomprensible. “De esta salimos juntos”, fue el mensaje que la hinchada llevó una noche al hotel de concentración del plantel. Esa buena energía fue transportada al césped y la celebración llegó el 1º de septiembre, en el juego contra Deportivo Independiente Medellín en El Campín. Aparecieron los goles, el alivio y la confianza.

“Necesitábamos una victoria. Gracias a Dios pude jugar ese día. Obviamente, mi nivel en los primeros partidos no fue el mejor, pero a medida que pasaban, con trabajo, he venido mejorando mucho”, aseguró Daniel, quien se convirtió en inamovible, junto a Andrés Pérez, en el medio campo cardenal. Sin embargo, en el más reciente compromiso con La Equidad, Pérez sufrió una lesión muscular en el isquiotibial derecho y este miércoles Giraldo deberá jugar al lado de otro volante contra Atlético Huila (8:00 p.m., Win Sports).

La dupla que se ganó en los últimos partidos los aplausos de la hinchada santafereña ya se conocía desde el Deportivo Cali, club en el que Daniel le tomó amor a la pelota desde que tenía ocho años y su papá, Rafael Giraldo, lo llevó para cumplir el sueño de que sus dos hijos llegaran al fútbol profesional. Ambos lo lograron: Juan Fernando Giraldo milita actualmente en el Atlante de México.

Después de cada encuentro que juegan sus hijos, don Rafael se comunica con ellos. “Me dice las cosas para corregir y las que he hecho bien. Siempre trata de apoyarme”, relató Daniel, el mayor de los hermanos Giraldo, quien también estuvo con el Olhanense en la segunda división del balompié portugués y anhela volver al exterior a mediano plazo, tras conseguir sus sueños con Santa Fe.

“Ahora quiero dejar huella en Santa Fe, poder ganar un título y que el club esté en los primeros lugares. También, por qué no, ir a la selección de Colombia. Tengo ilusión y expectativas muy altas”, manifestó el hombre que vive obsesionado con el más popular de los deportes. En sus ratos libres juega PlayStation. Únicamente FIFA, y casi siempre elige al Manchester City cuando tiene que enfrentar al amigo que vive en Cali y contra el que se enfrenta en línea. Lo hace por su admiración hacia el entrenador de la escuadra inglesa, Josep Guardiola, de quien está leyendo su biografía y aprendiendo sus conceptos tácticos, porque no descarta ser técnico en el futuro.

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El tiempo en el que no está entrenando o jugando, lo utiliza para observar los partidos que ha disputado. Le gusta verse, analizar sus movimientos, el destino que le ha dado al balón y su forma de marcar. Aunque su rendimiento ha crecido a la par con el de sus compañeros, Daniel confía en que puede optimizar su desempeño. No se conforma. “Me gusta hacer autoevaluación, corregir las cosas en las que fallo y ver los juegos después. Eso genera que en cada partido le pueda aportar mejores cosas al equipo. Hoy en día me siento en un buen nivel, pero sé que puedo dar mucho más”.

Y desde su casa en Bogotá, en la que disfruta de la balada, la salsa y la pasta con pollo, Daniel Giraldo expuso la clave para que Santa Fe pasara de su peor racha histórica a la mejor: “Pusimos todo en manos de Dios, le pedimos a él mucho y obviamente hicimos mejor nuestro trabajo. Corregimos cosas en las que veníamos fallando y el reflejo es que partido a partido nos llenamos más de confianza. Los encuentros se están manejando muy bien”.

@SebasArenas10 (sarenas@elespectador.com)

Por Sebastián Arenas

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