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Dirige con el corazón de Andrés Escobar

El nuevo entrenador de La Equidad recordó su época como jugador, a su hermano y los retos que tiene con el club asegurador en 2015. Este sábado juega un amistoso con Millonarios.

Gloria Bejarano C.
17 de enero de 2015 - 03:35 a. m.
Santiago ‘Sachi’ Escobar, técnico de La Equidad, en la sede deportiva del equipo, al norte de Bogotá. / Cristian Garavito - El Espectador
Santiago ‘Sachi’ Escobar, técnico de La Equidad, en la sede deportiva del equipo, al norte de Bogotá. / Cristian Garavito - El Espectador
Foto: GUSTAVO TORRIJOS

“Miren, miren a Santiago, mírenlo cómo se ve, dirigiendo desde el banco, con el corazón de Andrés”. La primera vez que Santiago Escobar escuchó ese cántico, creado por la barra popular de Nacional, hace algunos años, no pudo contener las lágrimas. Aún recuerda que se le formó un nudo en la garganta y describe con detalles cómo su piel se erizó.

Es normal, ya que no hay un solo día en el que Sachi no piense en su hermano Andrés, pero a pesar de la tristeza que su ausencia genera, no solo en él sino en todo el país, siempre florece una sonrisa porque cree que él lo guía en los caminos que decide recorrer, como el que emprendió con la dirección de La Equidad.

Con 14 nuevos jugadores, experiencia y trabajo, Santiago espera hacer realidad uno de sus grandes sueños: ser campeón con más equipos en Colombia, ya que con Nacional conquistó dos títulos como entrenador, uno como jugador y otro como asistente.

¿Qué extraña de su época como jugador?

Todo, porque en el cargo que estamos hay más estrés y presión. Yo soy un apasionado y enamorado de mi profesión, pero de jugador uno disfruta más el fútbol. De técnico quisiera divertirme más en los partidos, pero a veces es difícil por estar pendiente del resultado y el compromiso. Son sensaciones completamente diferentes.

¿Se acuerda de ese partido en el que tuvo que ser arquero casi 40 minutos?

Mucho, me hicieron dos goles en 40 minutos. Fue un partido Nacional-América, en el 86, y me tocó tapar porque expulsaron al arquero y el técnico no tenía suplente. Nadie quería ponerse los guantes, entonces me armé de valor y le dije al profe que yo lo hacía. Íbamos ganando 2-0 y el juego terminó 2-2. Es una de las anécdotas que más recuerdo.

¿Y como entrenador?

El día que quedamos campeones en Medellín, tras ganarle 2-0 a Santa Fe, porque tuve una reacción rarísima en el banco. Celebré el segundo gol por toda la pista atlética, salí corriendo como loco por 30 metros; saltaba, nadie me podía parar. Después veía las imágenes, me reía y decía: “No puede ser, ese no soy yo. ¿Qué hice?”.

Esa hinchada creó un cántico para usted y para su hermano Andrés, ¿qué siente cuando lo escucha?

Significa mucho. La primera vez que lo escuché se me salieron las lágrimas y se me puso la piel de gallina. Siempre que dirigía a Nacional, los hinchas me cantaban y cuando iba con otros equipos a Medellín también lo hacían. Eso me recuerda que mi hermano está en cualquier sector de la cancha conmigo; en el área técnica, en el camerino, en fin, a Andrés siempre lo tengo presente cuando estoy dirigiendo.

¿Qué le quedó de su paso por Nacional, en las diferentes facetas?

Con Nacional me quedaron experiencias lindas y recuerdos gratificantes para mi carrera deportiva. Como jugador, a los 17 años, estuve en la nómina campeona del 81, no jugué pero igual estuve. Después, como asistente, quedé campeón con Luis Fernando Suárez y, finalmente, los dos títulos como técnico en 2005 y 2011. Estar en la historia de esa gran institución es un honor, pero no quiero detenerme ahí. Quiero ser campeón con otros clubes en Colombia y esta es una gran oportunidad con La Equidad.

¿Se siente tranquilo con el equipo que armó?

Cuando vine sabía que debíamos retocar el equipo y hacer ajustes, porque la posición del torneo anterior no fue buena. Observamos videos, me di cuenta de algunas debilidades y fortalezas y a partir de eso intentamos reestructurar. Estoy tranquilo porque llegaron jugadores con gran presente, como Julián Hurtado, Hugo Soto, Andy Pando y Gian Carlo Blanco, entre otros.

¿En qué nivel llegaron Bonilla, Motta, Leudo, esos jugadores que no tuvieron continuidad en 2014?

Son jugadores que quieren volver a figurar y que por diversas situaciones no actuaron en los equipos anteriores, pero los considero grandes profesionales. Cristian Bonilla, por ejemplo, es un gran arquero y acá tenemos a Diego Novoa, otro bueno. La idea con su llegada es que se exijan mutuamente y demuestren sus condiciones.

Son 14 jugadores nuevos, va a ser difícil conformar la nómina titular…

Muy difícil, son decisiones que me van a costar pero en este cargo hay que hacerlas. El hecho de tener 14 jugadores nuevos nos obliga a trabajar para armonizar el equipo y construir una familia, para después en el campo mostrar un plantel unido y con una idea de juego clara.

¿Hasta dónde va a llegar el equipo en esta Liga 2015?

Tenemos que ir paso a paso y no crear falsas expectativas. Lo que sí hay que prometer es trabajo, honestidad y entrega con lo que vamos a hacer. También queremos alejarnos de esa zona del descenso, porque La Equidad no se puede confiar.

¿Cómo le va en Bogotá?

Ya había estado en Bogotá en mi época de jugador en Millonarios y acá siempre me han tratado bien. Me gusta la ciudad y estar en este equipo también, porque es una institución ordenada, con una infraestructura buena. Tener una sede deportiva y tantas comodidades genera tranquilidad.

gbejarano@elespectador.com

 

Por Gloria Bejarano C.

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