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La pasión del fútbol siempre tendrá un límite. Lastimosamente, éste se cruzó entre los hinchas del Deportivo Cali e Independiente Medellín. El robo de una bandera (trapo) en el ambiente de las barras bravas, representa astucia, estrategia y dominación sobre el otro. Sin embargo, no deja de ser un delito y una incitación a la violencia marcada.
En el cierre de la primera jornada de la Liga Águila-I, el Deportivo Cali se iba de Envigado con una derrota de 2-0. Independiente Medellín regresaba con los tres puntos de Bogotá tras su victoria 2-1 ante Millonarios. Esta era la noticia deportiva.
Horas después, varios hinchas azucareros aparentemente ingresaban a una de las bodegas del estadio Atanasio Girardot con la firme intención de hurtar elementos de la principal barra de Medellín.
La información comenzó a circular por las redes sociales. La barra del Cali, Frente Radical, publicaba fotos de una gran cantidad de banderas (trapos) de la barra del Medellín, Rexixtenxia Norte.
El problema va más allá de un robo, con todo lo que esto conlleva legalmente. La mayor ofensa dentro de las barras bravas, es la perdida de este tipo de banderas. Y aquí entra lo crítico, pues según algunos audios que empezaron a circular de supuestos integrantes de estos grupos, la violencia será el mecanismo implementado en el intento de recuperar lo que presuntamente se hurtaron. “Donde se dejen ver, paila, van es muertos”, decía una de las escuchas.
Amenazas y declaraciones de venganza ha sido la constante en este tema entre las barras bravas del Medellín y Cali. Las autoridades aún no se han manifestado al respecto. Nadie se explica todavía cómo hicieron para ingresar al Atanasio Girardot y el intento de retaliaciones está presente. Especialmente en la noche de este martes cuando el Frente Radical realice una reunión general en la capital vallecaucana.