El América del ‘Pecoso’ sigue a paso firme

Los jugadores de América celebran el gol de Yesus Cabrera. / América de Cali

Llegó Fernando ‘Pecoso’ Castro y la amargura, las caras largas, la falta de gol y el mal juego que demostraba América de Cali se acabó. El cuadro escarlata se limpió los chakras que lo venían acompañando a lo largo del año y por fin está mostrando una cara que de a poco va abriendo los ojos de sus seguidores y de la opinión pública. Regresó el gol, la alegría y el acompañamiento del público. En los cuatro partidos que ha dirigido el estratega manizalita, el equipo vallecaucano ha marcado 10 goles, antes solo había anotado uno en seis juegos.

Este sábado volvió a pisar fuerte. En el estadio Pascual Guerrero, América logró su tercera victoria consecutiva en la liga. Esta vez la victima fue el Deportivo Pasto. Los rojos ganaron 3-1 y según indicó el narrador de RCN, Jotas Mantilla, pudieron ser cinco. El cuadro dirigido por el ‘Pecoso’ fue superior a los nariñenses a lo largo del compromiso. Desde un inicio empezaron a marcar diferencia y pasaron de largo, nadie pudo detener su vuelo, ni el gol olímpico de Gilberto ‘Alcatraz’ García cerrando el encuentro.

Todo pasó rápido. No hubo espacio para el parpadeo ni para los que seguían el partido desde la tribuna ni para los que lo hacían por televisión. Transición rápida por zona izquierda. Minuto 4. Pase profundo para Pablo Armero. Centro preciso. A la cabeza de Fernando Aristeguieta. El venezolano solo tuvo que hacer el movimiento para cambiar de dirección el balón y gol. El primero de la noche en el Pascual Guerrero. Una anotación que hizo que el estadio ubicado en el barrio San Fernando en la ciudad de Cali estallara de júbilo.

Aunque el América dominaba y creaba opciones sobre la portería defendida por el arquero Nahuel Losada, el Pasto intentaba aprovechar la debilidad de los escarlatas: la zona defensiva. Desde que llegó, Fernando Castro, ha repetido constantemente: “hasta que la zona posterior no sea sólida no voy a estar tranquilo”. Y este sábado no fue la excepción, falta de recuperación, de presión y de solidez en el juego aéreo puso a temblar en más de una oportunidad a Carlos Bejarano, que tuvo que revolcarse más de una vez para evitar cualquier sorpresa.

Pero la insistencia roja se mantuvo, de media cancha hacia adelante su coro estaba entonando la melodía deseada desde la tribuna: se entendían a la perfección Yesus Cabrera, Jefferson Cuero y Cristian Dájome. Mientras que Fernando Aristeguieta era el complemento perfecto para los veloces jugadores, el venezolano cubrió posiciones y obligó en ocasiones a que la salida del Pasto fuera lenta. Con ese juego ofensivo incisivo, América aumentó el marcador al minuto 33.

Cabrera aprovechó un pase atrás en el área grande, sacó un zurdazo cruzado que se estrelló en la humanidad de un defensor del equipo nariñense, lo que terminó descontrolando a Losada. Balón al fondo y segundo tanto del partido. El júbilo escarlata tiñó la noche en Cali y la hizo fiesta con el pasar de los minutos, comenzando el segundo tiempo Jhonatan Pérez, el lateral derecho, de penal anotó el tercero para sentenciar el juego a favor de los vallecaucanos.

Fue una sentencia tempranera. América siguió intentando, pero el balón no entró y el Deportivo Pasto buscaba un gol para tomar confianza. Sin embargo, el tiempo siguió su paso incansable y fue hasta el minuto 90 que ‘Alcatraz’ aprovechó el desorden defensivo de los rojos para descontar: gol olímpico. Un balón al que Pablo Armero le hizo una venia y al que Carlos Bejarano apenas tuvo tiempo de reaccionar. El primer gol olímpico en liga desde aquel que le marcó Omar Pérez a Atlético Nacional en octubre de 2012.

Sin embargo, ese tanto no nubló la victoria del cuadro escarlata que desde la llegada del ‘Pecoso’ ha sumado 10 puntos de 12 posibles, en ese lapso ha marcado 10 tantos y ha permitido seis. Hoy por hoy está a un paso de meterse dentro de los ocho mejores de la liga, algo que hace un mes se veía imposible de lograr. América sigue a paso firme, en busca de recuperar el terreno perdido por las malas decisiones de los directivos.