El 18 de diciembre de 1988 es un día que no olvidarán los hinchas del fútbol bogotano. En el cierre de un campeonato lleno de polémicas arbitrales y denuncias por arreglo de partidos, Santa Fe dio muestra de juego limpio y de paso hizo campeón a Millonarios, su eterno rival.
Eran tiempos en los que no existían las barras bravas y los aficionados de uno y otro bando compartían tribuna, aunque también se hablaba insistentemente de sobornos a jugadores y técnicos.
En la última fecha, los albiazules jugaban contra Júnior en Barranquilla, mientras que Nacional visitaba a Santa Fe, en El Campín.
Embajadores y verdolagas lideraban la tabla con 23,50 puntos, pero los bogotanos eran primeros por mejor diferencia de gol. Con resultados iguales, Millos conseguiría su estrella 13. Santa Fe y Júnior habían quedado fuera de la pelea por el título, al igual que América, otro de los favoritos.
Las emociones no tardaron. Jesús Kiko Barrios le dio la ventaja al equipo tiburón en el Metropolitano. Poco después, Juan Jairo Galeano anotó para Nacional y puso a celebrar a sus hinchas, que eran mayoría en El Campín.
Arrancando los segundos tiempos Mario Vanemerak empató para Millonarios, con un remate rastrero que no pudo detener el golero juniorista, Lorenzo Carrabs. Y al promediar el complemento, Sergio Checho Angulo igualó el marcador en Bogotá, en una acción en la que estaba en fuera de lugar.
El 1-1 en ambos estadios le daba el título a Millonarios, pero el duelo en Barranquilla estaba cinco minutos adelantado. Por eso, cuando el árbitro J.J. Torres decretó el final, los jugadores embajadores no celebraron. En cambio, se pegaron a los radios para escuchar los instantes finales del juego en Bogotá.
Para la historia quedó la imagen del arquero Ómar Franco arrodillado en la pista atlética, rezando, mientras a su lado Carlos La Gambeta Estrada y Óscar Pájaro Juárez seguían con atención a los narradores capitalinos.
Nacional atacaba con desorden, de la mano de Alexis García y John Jairo Tréllez, quien estrelló un balón en el vertical derecho del arco de Fernando Hernández, quien fue la figura del partido.
En la tribuna, los hinchas bogotanos, muchos de ellos albiazules que habían ido a apoyar a los rojos, coreaban a todo pulmón “Santa Fe, Millos, Bogotá”, mientras los verdolagas veían cómo la estrella se les escapaba de las manos.
El árbitro Jesús Chucho Díaz decretó el final y Millonarios se consagró gracias a su rival de siempre.
“Estamos tranquilos, porque demostramos nuestra honestidad. Santa Fe está limpio”, señaló emocionado el arquero Hernández, pues había rumores de que los cardenales impedirían el título embajador.
Ese plantel de Santa Fe, que hasta faltando tres fechas tenía posibilidades de título y que en la temporada tuvo como estandartes a Eduardo Niño, Jorge Raúl Balbis, Wílmer Cabrera, Freddy Rincón, Sergio Angulo y Armando Pollo Díaz, fue después la base del América campeón de 1990.