“Enfrentar al Júnior debe ser un ejemplo de convivencia y no una guerra a muerte”: Verónica Dávila

El partido entre Unión Magdalena y Júnior de Barranquilla, a disputarse este domingo (3:30 p.m., por Rcn), está considerado de alto riesgo.

Edgar Salas Ballesteros
14 de marzo de 2019 - 11:51 p. m.
Después de 14 años, el clásico Unión Magdalena-Júnior se jugará en la primera división del fútbol colombiano. / Archivo
Después de 14 años, el clásico Unión Magdalena-Júnior se jugará en la primera división del fútbol colombiano. / Archivo

El Unión Magdalena está en la mitad de la tabla de la Liga Águila. Esa posición, de acuerdo al rendimiento del equipo, se debe a errores individuales que en su gran mayoría han provocado perder los tres puntos en disputa. Esa situación es el detonante para que se fracture el romance que la afición venía teniendo con el club desde hace varios torneos cuando los bananeros luchaban por salir del infierno de la categoría B.

El momento más tenso se vivió a su regreso de Cúcuta, donde cayó  3-1. En el aeropuerto Simón Bolívar por poco jugadores e hinchas se van a los golpes después de insultos, gritos y respuestas. Sin duda el peor de los ambientes, en la víspera del primer clásico costeño entre Unión y Júnior, luego de 14 años.

Este partido, que es totalmente distinto a todos los demás, y en el que la rivalidad viene desde los años sesenta cuando se enfrentaban las selecciones de fútbol representativas de los dos departamentos, tiene categoría de alto riesgo y desde ya las autoridades se concentran en diseñar operativos para evitar que las barras bravas, sea cual sea el resultado del encuentro, no terminen en acciones violentas. Sobre todo porque desde ya se siente un ambiente tenso, en vez de uno acorde a la fiesta del fútbol.

Verónica Dávila, hija del mayor accionista del club, Eduardo Dávila Armenta, dialogó con El Espectador antes del clásico costeño e hizo un llamado a la tolerancia, la concordia y al juego limpio. “El mismo nombre lo dice: Unión. Este equipo de fútbol es eso, nos recuerda nuestra raíz, de dónde venimos y qué somos. El Unión Magdalena es magia, espíritu y alegría. Eso va en las venas y debe ser símbolo de unión y no de rivalidad”.

Verónica Dávila, quien es comunicadora social y tuvo un gran paso por la cadena Univisión, hizo un contundente llamado a los barristas y jugadores del equipo tras los hechos registrados en el aeropuerto Simón Bolívar.

“Es importante recordar que vamos a ver un espectáculo y a apoyar todos juntos en familia algo que es hermoso y que está de nuevo en la A. Tenemos que respetarnos e ir con tranquilidad y con mucho amor, sobre todo para que puedan ir las personas mayores, para que podamos llevar a nuestros niños o para que pueda ir una mujer sola a disfrutar de un evento deportivo”.

Los duelos entre el Júnior y el Unión nos remontan a los clásicos cuando se enfrentaba Alex Didi Valderrama a Dulio Miranda o Miguel González Palacios a Juan Carlos Delménico. A los clásicos cuando cualquier camada de grandes jugadores hacía de la fiesta del fútbol una sana rivalidad que se definía en la cancha con goles, atajadas, triunfos y derrotas. Después del encuentro, todo el mundo se iba feliz para su casa.

Verónica Dávila, que asistió a la gala de la premiación del deportista del año 2018 Acord Magdalena, recibió el galardón entregado al equipo por su ascenso a la A y el de Ricardo Márquez, reconocido como el mejor jugador de fútbol del año pasado en el departamento.

“Es hora de demostrar que somos samarios unidos y conscientes, que somos costa y que somos pasión, que merecemos respeto y debemos también entregarlo como personas de bien, las barras deben estar para brincar, para vibrar entre colores, para gritar de emoción, pero hasta ahí, no debe haber oportunidad a la violencia”, concluyó Verónica Dávila.

Por Edgar Salas Ballesteros

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