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Es hora de que los rábulas que rodean a la Federación Colombiana de Fútbol dejen de dilatar y entorpecer las acciones o sanciones que les fueron señaladas a miembros de su comité ejecutivo. Si no tienen con qué pagar las multas por personas jurídicas y personas naturales, resulta una situación digna para explicar. La Federación tiene con qué responder en términos de billete. Ahora, las personas naturales podrían declararse insolventes. Son capaces de hacerlo para no pagar, pero son mal vistos los trucos y triquiñuelas burdas, desbaratando comités propios de rábulas.
Es hora de que la Federación establezca mecanismos para organizar a la selección de Colombia hacia las eliminatorias que se vienen encima. Sitios para concentración de jugadores, días para trabajo, conseguir los permisos gubernamentales y poder cumplir con los llamados protocolos sanitarios, organizar los desplazamientos aéreos al exterior, cumplir con las obligaciones generadas por la presencia de jueces ecuatorianos y venezolanos, de acuerdo con la directriz marcada por la Conmebol.
Es hora de que la Dimayor inicie la promoción de los juegos en las fechas (seguramente en la segunda semana de septiembre); es hora de que el operador de televisión Win, con sus derechos amparados en contratos, comunique si continuará con el llamado canal prémium y si existe posibilidad de reconsiderar el cobro de $30.000 mensuales por su servicio.
Es hora de que, cuando ya se sabe de la participación de trece equipos femeninos de fútbol, se sepa cuándo, en definitiva, iniciarán su torneo en las tres zonas determinadas.
Es hora, y punto difícil, de que los equipos profesionales definan sus objetivos deportivos con claridad, porque sus seguidores quieren saber a qué atenerse. ¿Ser campeones? ¿Conseguir cupos en copas internacionales? ¿Vender solo jugadores al exterior? ¿Seguir siendo solo negociantes del fútbol? ¿Salvarse del descenso?
Es hora de que piensen un poco más allá, construyendo centros de formación y dando capacitación, pagando a sus entrenadores o directores.
Es hora de dejar por un momento el pensamiento amarrado solo al dinero. Unos por no pagar (multas) y otros por recibir y recibir por publicidad, TV, ventas, mercadeo..., pero pocos piensan en qué darle al hincha, que únicamente vive por su equipo y lo vigila y acompaña en la medida de un buen resultado. Es hora de armar planteles, no por recomendación de empresarios y algunos dirigentes, sino por un criterio justo, deportivo y de alta credibilidad en el técnico. Es hora.
