Fracaso verdolaga

Más allá de que todavía sea un equipo en formación, Atlético Nacional, el gran favorito para ganar la Liga Águila, no cumplió con las expectativas y quedó en deuda. Tendrá revancha en la Copa Libertadores.

El Espectador
11 de junio de 2018 - 03:00 a. m.
 Jorge Almirón se lamenta, mientras los jugadores del Tolima celebran.  / Luis Benavides
Jorge Almirón se lamenta, mientras los jugadores del Tolima celebran. / Luis Benavides
Foto: LABP

Para cualquier equipo del fútbol colombiano, el semestre que tuvo Atlético Nacional hubiera sido exitoso, pero no para el club más ganador de la historia, el de mejor actualidad y mayores recursos humanos, económicos y logísticos.

Aunque fue el mejor equipo de la Liga Águila, perdió el título ante Tolima y eso hace que sus buenas estadísticas pasen desapercibidas. Sumó 49 puntos en 25 partidos, con 14 triunfos, 7 empates y solamente 4 derrotas. Marcó 27 goles y permitió 13, para un rendimiento general del 65,3 %.

Su arquero, el argentino Fernando Monetti, estuvo invicto en el estadio Atanasio Girardot durante 12 partidos. Precisamente, en el último, cuando menos debía, recibió dos goles, ambos con responsabilidad suya.

A la desazón que causa en la afición perder una final en casa por cobros desde el punto penalti, algo que no ocurría desde 2004, cuando Júnior lo venció, se suma la derrota frente a Millonarios, en la Superliga, a comienzos de año.

El consuelo para los verdolagas es que superaron la fase de grupos de la Copa Libertadores de América, al imponerse en la serie H, en la que superaron a Colo Colo, de Chile; Bolívar, de Bolivia; y Delfín, de Ecuador. En la siguiente ronda, los dieciseisavos de final, que se jugarán después del Mundial de Rusia, se las verá con Atlético Tucumán, de Argentina.

El técnico Jorge Almirón, que asumió el cargo este semestre, completó tres finales perdidas, pues además había caído dirigiendo a Lanús en la Copa Libertadores, ante Gremio de Brasil. Curiosamente, en los tres partidos de vuelta, todos como local, sus equipo perdieron 1-2.

Tal vez esa fue la razón por la que el estratega argentino no compareció a la rueda de prensa después del partido, como no lo había hecho tampoco en la antesala.

Y eso que las críticas a su gestión han sido moderadas. Si bien el juego de su equipo no enamora a la afición, esta lo ha respaldado, más allá de que, por ejemplo, de local haya ganado muchos partidos apenas con lo justo, como casi lo consigue ante Tolima.

Tal vez esa falta de ambición o de intención por agradar a la tribuna y salir a arrasar a los rivales en casa es lo que más se le cuestiona al entrenador, que seguirá en el club, al menos hasta diciembre, pero con matrícula condicional.

En el ojo del huracán están también varios de los refuerzos que trajo, especialmente Vladimir Hernández, Marcelo Delgado y Diego Braghieri. El primero ha jugado poco y cobró de manera muy displicente el penalti ante Tolima. Los otros dos tampoco tienen mucha actividad y no justifican su alto costo, a diferencia de Monetti, más allá de su mala noche del sábado, y Gonzalo Castellani, el mejor jugador verdolaga en el semestre.

Por El Espectador

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