Frank Fabra, el buen hijo vuelve a casa

Casi año y medio después de su lesión de ligamentos, regresa a la selección nacional para los amistosos ante Perú y Ecuador.

Redacción deportes
12 de noviembre de 2019 - 03:40 p. m.
Frank Fabra, lateral izquierdo de la selección colombiana de fútbol. / afp
Frank Fabra, lateral izquierdo de la selección colombiana de fútbol. / afp

Dos semanas antes del Mundial de Rusia 2018, Frank Fabra se rompió el ligamento cruzado de su rodilla izquierda durante una práctica del equipo nacional en Milanello, la sede deportiva del Milan de Italia.

Entre lágrimas y devastado por la noticia, escribió en su cuenta de Instagram: “El sueño de niño, la ilusión de un pueblo llamado Nechí. Eso con lo que soñabas cuando pequeño corriendo descalzo en las calles de Nechí. Cuando vibrabas al ver a Cuadrado, James, las atajadas de Ospina, las máquinas del medio Carlos Sánchez y Abel Aguilar en el Mundial pasado. Solo había un propósito: ser parte de este sueño llamado Mundial. Luché, trabajé, me esforcé en mejorar. Lo fui consiguiendo día a día hasta estar aquí. Y hoy con el corazón partido en 50 millones de pedacitos me quedo en la puerta más cercana, solo a un paso. Me duele el alma. Pero tengo una fe poderosa y seré más fuerte”.

Y como lo prometió, regresó en abril pasado más fuerte y maduro. Poco a poco fue cogiendo ritmo de juego y recuperando su mejor nivel. Aunque el llamado a la selección de Colombia no llegaba, Frank no perdió la fe y siguió trabajando.

El domingo, después del partido de la Superliga Argentina entre su club, el Boca Juniors, y Vélez Sarsfield, en el que fue expulsado por doble amonestación, recibió un mensaje en su celular, uno que llevaba tiempo esperando.

El lateral izquierdo viajó ayer a Miami a unirse al combinado tricolor para el partido amistoso contra Perú, el 15 de noviembre. Irá después a Nueva Jersey para enfrentar a Ecuador, el 19, y cerrar el primer año del técnico Carlos Queiroz al frente de la selección.

Un luchador de raza

Frank Yusty Fabra Palacios nació hace 28 años en el humilde municipio antioqueño de Nechí, en el que la mayoría de la gente se dedica a la minería y a la pesca.

Con apenas 13 años viajó a Medellín a luchar por un mejor futuro y prepararse para hacer realidad su gran sueño: ser un futbolista profesional.

Hizo todo el proceso de divisiones menores en el Envigado y tuvo que ver con resignación cómo varios compañeros suyos, entre ellos Gio Moreno, James Rodríguez, y Jairo Palomino, debutaban en el equipo profesional y muy rápido se iban al exterior.

A veces quiso tirar la toalla y regresar a su pueblo, pero siempre hubo alguien o algo que se lo impidió. Hasta que un día, mientras veía televisión en la casa hogar del club, recibió la llamada que esperó tanto como el mensaje del domingo pasado. El momento de debutar le había llegado. Kilian Virviescas, el lateral izquierdo titular, estaba lesionado. Y el suplente, Carlos Gallego, expulsado.

Al otro día Frank viajó con el plantel a Cúcuta y se estrenó como profesional con unos guayos que le prestó su amigo Jairo Palomino. Fue una de las figuras del partido y se quedó con el puesto. Después fue contratado por el Deportivo Cali, y con el club azucarero fue campeón en el primer semestre de 2015.

En octubre de ese mismo año se estrenó con la selección ante Perú. José Pékerman lo eligió como sucesor de Pablo Armero por la banda para el eliminatoria a Rusia 2018.

Frank pasó luego al Medellín y de allí dio el salto a Argentina, nada menos que al Boca Juniors, en el que juega desde 2016.

“Siempre he estado pegado de la mano de Dios y Él ha marcado mi camino. He sufrido para triunfar, por eso creo que lo merezco. He trabajado por ello y sé que cosas más grandes vendrán, porque quiero seguir triunfando y escalando”, dijo en abril pasado, cuando regresó a las canchas tras su lesión, sin duda el momento más duro de su carrera.

¿Y el más feliz?, pues su llegada a la selección de mayores y el título con el Cali. Probablemente también el que está por vivir en Miami, su reestreno con la tricolor, paradógicamente otra vez contra Perú, un rival que le marca el destino.

En 10 temporadas como profesional, Fabra, un jugador de buena técnica, cumplidor en marca y con gran aporte ofensivo, ha disputado 257 partidos, con 15 asistencias y 14 goles, los dos más recientes en la victoria xeneize de la semana pasada ante Arsenal, por la Superliga de Argentina.

Además del título de Liga con el Cali, ha celebrado tres con Boca. Y con la selección fue tercero en la Copa América de 2016, en Estados Unidos, en la que anotó su único gol con el equipo nacional.

Ahora la vida le da una revancha. Una molestia física de Johan Mojica, quien fue su reemplazo en Rusia, le abre nuevamente las puertas de la selección, su casa desde hace cuatro años y a la que regresa para compartir con varios jugadores a los que conoce desde niño, como James Rodríguez y Matheus Uribe, otros productos de la cantera naranja.

Por Redacción deportes

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