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Tras varios meses de espera, la Liga Femenina de Colombia 2025 entra en acción este fin de semana. Los 16 equipos que hacen parte del torneo ya están listos para competir con el objetivo de sumar una nueva estrella en su escudo.
María Camila Reyes y Daniela Garavito, jugadoras de Independiente Santa Fe y amantes del fútbol desde que tienen memoria, hablaron con El Espectador sobre sus inicios en este deporte, sus retos y lo que esperan de la novena edición de la liga profesional colombiana.
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Evolución del fútbol femenino en el país
Camila Reyes, capitana del equipo cardenal, recuerda que desde muy pequeña tuvo el sueño de convertirse en jugadora profesional. A pesar de que sus padres estuvieron de su lado cuando se puso los guayos y se metió a la cancha por primera vez, fue muy complejo encontrar más apoyo para dedicarse por completo al fútbol.
“Recuerdo que me tocaba jugar siempre con niños”, cuenta la mediocampista bogotana. “Muchos no podían ver a una mujer en la cancha. Aunque sorprenda a más de uno, a los profesores no les gustaba que yo jugara”.
A pesar de que por un momento pensó que sería muy difícil seguir buscando un futuro en el fútbol, hubo un apoyo crucial para que no diera un paso al lado. Además de la familia, su profesor Alejandro Rojas siempre estuvo motivándola y convirtiéndola en una luchadora incansable que pudo ganarse el respeto y brillar en el balompié. Ha pasado el tiempo y la futbolista de 22 años sigue agradecida con él y no duda en buscarlo cuando necesita algún consejo para seguir adelante.
Daniela Garavito, una de las jugadoras habituales en las selecciones juveniles de Colombia, dirigidas por Carlos Paniagua, agrega que, aunque hay muchas cosas por corregir, la visibilidad del fútbol femenino ha mejorado gracias a la lucha de las jugadoras por hacer este deporte más profesional.
“Por supuesto que nuestro deporte ha crecido en el país, pero falta muchísimo. Aún hay pendientes garantías y estabilidad. Necesitamos que la gente también empiece a ver mucho más, así sea desde la casa e incluso que vayan al estadio”, comenta Garavito.
“No solamente nos sirve que digan que el fútbol femenino es bueno o que publiquen en sus redes sociales que nos apoyan. Nosotras queremos que vean cómo día a día crecemos y alimentamos una actividad importante”, agrega la delantera.
Si bien en los últimos años el fútbol practicado por mujeres se ha popularizado a lo largo del territorio nacional, ambas jugadoras bogotanas afirman que la región donde ha crecido mucho más es el Valle del Cauca. Varias futbolistas formadas en ese departamento hoy brillan en el profesionalismo, como Linda Caicedo, Manuela Paví, Jorelyn Carabalí, Karla Torres, Luisa Agudelo, Natalia Giraldo, Daniela Caracas y Carolina Arias, quienes también hacen parte de la selección de Colombia que disputa por estos días la SheBelieves Cup en Estados Unidos y que justamente hoy (2:00 p.m., por el Gol Caracol) enfrenta a Japón.
“Desde hace un buen tiempo el Valle ha logrado sacar a jugadores fenomenales que han alcanzado un gran nivel competitivo. El otro departamento pionero en el balompié femenino es Antioquia. Sin embargo, poco a poco regiones como Bogotá y Risaralda están acercándose. Un ejemplo es Ana María Guzmán — hoy en el Utah Royals de EE.UU. —, que, tras consolidarse con el Deportivo Pereira, llamó la atención en el Mundial Femenino de Australia y Nueva Zelanda y fichó con el Bayern Múnich, de Alemania”, resalta Camila Reyes.
Una cosa que aún está pendiente para el fútbol femenino colombiano es empezar a formar a las jugadoras desde niñas. La mayoría de las mujeres comienzan a meterse en serio en este deporte desde las categorías sub-17 e incluso sub-20, mientras que los hombres lo hacen desde muy chicos, con apenas seis o siete años de edad.
“Lastimosamente, Brasil nos lleva muchísimos años en esa preparación, en esa estructura. En esas canteras ya se empiezan a entrenar con mucho profesionalismo”, comenta Daniela Garavito. “Desde pequeñas ya hay varias categorías para competir: sub-13, sub-15, y continúan con los procesos hasta la sub-20, sub-21, sub-23. Siento que eso nos sigue faltando aún a nosotros. Aquí nos cortan muchísimo los procesos porque tenemos sub-20 y saltamos de una vez a mayores. La que brilló, brilló y la que no, chao”.
Las condiciones laborales han mejorado
María Camila Reyes y Daniela Garavito sienten que tienen una misión con Santa Fe este año: sumar una nueva estrella. La temporada pasada, las dirigidas por el técnico venezolano Omar Ramírez lograron mantener un gran nivel durante las primeras fases del torneo y llegaron a la final, en la que se cruzaron con Deportivo Cali, otro de los serios candidatos a la corona de esta termporada.
El cuadro azucarero, que tenía a la delantera Manuela Paví, transferida después al West Ham de Inglaterra, se impuso en los dos partidos que definieron el título y logró sumar su segunda estrella, dejando con un sabor amargo a las cardenales.
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Para beneficio de los clubes, Dimayor anunció que la edición de este año tendrá 158 partidos, 27 más que en 2024. Aunque eso significa progreso para la liga local, la cifra aún está lejos de las de los juegos en torneos femeninos en otros países de Sudamérica.
Por ejemplo, las brasileñas suman los partidos del Campeonato Brasileirão, la Copa de Brasil y la Supercopa, lo que da un aproximado de 220 compromisos por temporada.
“Por supuesto, el fútbol femenino colombiano puede ser mejor, pero siento que hemos evolucionado en el proceso de tener más partidos”, dice Reyes. “Ahora, con la fase todos contra todos y los cuadrangulares, van a ser más los juegos por temporada. Con el cambio de formato, puede que un poco lento, pero vamos mejorando”.
El calendario 2025 tendrá una fecha de clásicos. Daniela, quien el año pasado jugó con Millonarios, volverá a vestir la camiseta albirroja para representar a Santa Fe en el partido que cruzará a los dos equipos más importantes de Bogotá.
“Yo ya he disputado varios clásicos, la mayoría con Santa Fe, pero volver cruzarme con Millonarios este año será algo diferente. Ganar siempre es el principal objetivo de cada jugadora, voy a dar lo mejor de mí para sumar de a tres puntos y acercarnos a una nueva estrella”, confiesa.
Además del aspecto deportivo, según un informe de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro), el tema del vínculo laboral también ha mejorado. “Diez de los 15 clubes que participaron en el torneo en 2024 formalizaron contratos con la totalidad de su plantilla.
Porcentualmente pasamos del 52 % de 2023 al 67 % el año pasado. De las 391 deportistas inscritas, 346 tuvieron contrato laboral. La lista de los equipos que cumplieron la encabezan los cuatro que siempre han apostado por el fútbol femenino y que han competido ininterrumpidamente en las ocho ediciones de la Liga, Santa Fe, América de Cali, Equidad y Real Santander. Los otros que también les hicieron contratos a todas sus jugadoras fueron Deportivo Cali, Atlético Nacional, Millonarios, Medellín, Junior y Llaneros.
El informe agrega que amparados por una norma de Dimayor, según la cual cada club debía tener dentro de su nómina de futbolistas inscritas al menos 15 con contrato de trabajo, Cúcuta Deportivo y Deportivo Pasto les hicieron contrato solo a ese número de jugadoras.
Hay que destacar que América, Cali, Llaneros, Medellín, Nacional y Santa Fe firmaron a sus deportistas por todo el año, para mantener su proceso; es decir, hasta el 15 de diciembre, pese a que la liga se terminó el 16 de agosto y a que la Copa Libertadores se disputó en octubre.
Equidad hizo contratos con vigencia por la temporada completa (18 de agosto) y, a pesar de quedar eliminado en la primera fase, los mantuvo con el respectivo pago de las liquidaciones hasta el final de la temporada.
La mayoría de los clubes cumplió puntualmente con los pagos de salarios y auxilios pactados, a excepción de Cúcuta, Alianza y Pasto, que presentaron retraso en sus obligaciones. Los salarios, en promedio, siguen siendo bajos, la mayoría de un salario mínimo mensual.
El desarrollo se nota también en las condiciones de trabajo de los planteles, ahora con mayores recursos logísticos y económicos, campos de entrenamiento adecuados, desplazamientos dignos e implementación acorde para un torneo profesional.
Se les está dando mayor oportunidad de figuración a las jugadoras colombianas, en especial a las más jóvenes, pues la mayoría de las que jugaron el año pasado tenían entre 18 y 24 años. El número de refuerzo extranjeros ha ido disminuyendo con los años. En 2023 fueron 38 y en 2024 eran 30.
La Libertadores y la Copa América
Aparte del torneo nacional, este año Santa Fe participará en la Copa Libertadores por sexta vez. En la edición 2024, el equipo cardenal se citó en la final con Corinthians de Brasil, que contaba con Daniela Arias y Gisela Robledo, jugadoras de la selección colombiana. A pesar de que Santa Fe estuvo cerca de convertirse en el segundo equipo del país en levantar el trofeo —Atlético Huila ganó el torneo en 2018—, cayó 2-0 en el duelo definitivo.
Tras lograr el subcampeonato de la Liga local, Santa Fe aseguró su cupo a una nueva Libertadores y quiere el desquite en el torneo continental. “Tenemos jugadoras para la revancha, hay equipo para hacerlo. El hecho de poder estar para la edición de este año es un reto que, sin duda, vamos a afrontar con seriedad”, expresa Reyes, quien fue titular en la final ante las brasileñas.
A diferencia de las ediciones anteriores de la liga colombiana, la de este año será algunos meses más larga. La razón por la cual Dimayor decidió darles mayor competencia a los clubes es la Copa América Femenina, que se jugará del 12 de julio al 2 de agosto en Ecuador. Durante ese mes el torneo local tendrá un receso, justo entre el final del todos contra todos y el arranque de los cuadrangulares.
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— CONMEBOL Copa América™️ (@CopaAmerica) July 29, 2022
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María Camila Reyes disputó la edición pasada del torneo continental, donde Colombia por poco se consagra campeón. En 2022, cuando el país organizó el evento, la selección disputó la final ante Brasil en el estadio Américo Montanini, de Bucaramanga.
A pesar de haberlo dado todo en la cancha, la verdeamarela se llevó el título al imponerse por la mínima diferencia tras un penalti cobrado por Debinha Miri.
“Esto va a ser un reto enorme para la selección. Por lo que pasamos la edición pasada, todas estamos dispuestas a buscar una posible revancha para darle la satifacción a toda Colombia y consagrarnos como el primer equipo colombiano en levantar el trofeo”, dice Reyes.
Colombia hace parte del Grupo B junto a Paraguay, Bolivia, Venezuela y Brasil. La selección dirigida por Ángelo Marsiglia tendrá su debut en territorio ecuatoriano ante la vinotinto el miércoles 16 de julio. Luego, se enfrentará con Paraguay y Bolivia antes de cerrar la primera fase de la Copa América cuando se cruce con Brasil.
María Camila Reyes y Daniela Garavito saben que levantar el trofeo es un gran reto, también sienten que hacer que el fútbol femenino sea más importante en el país es una misión pendiente.
“Más allá de deportistas, somos seres humanos que buscamos hacer cosas buenas para la sociedad. Queremos que nos acompañen cada vez más y se den cuenta de que el fútbol femenino es algo hermoso. Esperamos que sigan pendientes de nosotras y nos sigan abriendo espacios, que es algo fundamental cada año”, dice Daniela Garavito.
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