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Desde 2004 cuando debutó con la camiseta del Deportes Quindío, Iván Vélez no había vivido una noche peor que la del 18 de mayo de 2013. Su equipo, el Júnior de Barranquilla, se jugaba en el estadio El Campín de Bogotá su futuro en la Liga Postobón del primer semestre frente a Millonarios. En una acción normal de juego, al minuto 38, Vélez saltó a cabecear un balón pero en la caída su pie izquierdo no fue suficiente apoyo para su cuerpo y la rodilla se corrió hacia un lado como si fuera de caucho. La imagen fue tan impresionante que los mismos jugadores quedaron igual de fríos que los cerca de 2.000 hinchas costeños que ese día vieron una vez más caer a su equipo en la capital de la república. “Me trataron de encajar la rodilla en frío, pero no aguanté. El dolor era muy fuerte, nunca había sentido algo igual. Luego en el centro médico al que me llevaron me anestesiaron, me hicieron la resonancia y una ecografía dúplex para descartar que algún vaso sanguíneo se me hubiera roto también”, narró el jugador de 28 años.
A pesar de que ese día sus compañeros de equipo viajaron a Barranquilla, a él le tocó quedarse en una clínica de Bogotá para que los médicos le acomodaran la rodilla y así pudiera regresar a su casa en la capital del Atlántico. “Soy un hombre creyente de Dios y fortalecido en mi familia, entonces espero tener una muy buena recuperación y estar lo más pronto posible de nuevo en las canchas”, decía motivado a los medios de comunicación cuando ni siquiera sabía la gravedad de su lesión.
Luego de la cirugía que le hicieron en Bogotá, en donde le practicaron una reducción de rodilla, fue nuevamente operado, esta vez para reconstruirle el ligamento colateral y el cruzado. “Ahí creía que ya íbamos comenzando el camino correcto, sin embargo, mi médico Carlos Uribe Vélez me dijo que algo no había quedado bien y me debían volver a operar. Lo hicieron, me pusieron unas platinas y seguí con mi recuperación. Justamente esta semana me quitaron esas platinas y tornillos y todo va muy bien. Ahora en enero me harán la última cirugía en los ligamentos y ya seguramente en mayo, más o menos, podré volver a hacer trabajos de campo”, destacó el vallecaucano.
A pesar del complicado momento, ha aprovechado para hacer cosas que los futbolistas muy poco pueden hacer, como compartir con su familia y salirse un poco de la rutina. “Son unas cosas por otras. Triste porque uno lo que más disfruta es jugar fútbol, pero ahora he compartido más con mi esposa, con mi hija. Hacía cosas que antes no hacía. Todo tiene un por qué y un para qué. Me da nostalgia no estar ahí dentro ni vivir el día día con mis compañeros pero la verdad es que en todo este tiempo han sido más los días felices que los tristes. Los malos los cuento con los dedos”, dice con la alegría que lo ha caracterizado a lo largo de su carrera.
Durante estos meses, aunque no ha podido trabajar a la par con sus compañeros, sí le ha tocado presentarse para hacer ejercicios de fisioterapia con el cuerpo médico. Sesiones en piscina, terapias, pesas y aeróbicos hacen parte de las rutinas de trabajo que debe seguir. Por otro lado, ha sentido el cariño de compañeros del equipo tiburón, quienes no lo olvidan. “Andres Felipe González siempre ha estado pendiente de mí. Habíamos jugado en el América pero no éramos los mejores amigos, como lo somos ahora. Él ya ha vivido lesiones de ligamentos, entonces me ha apoyado mucho, dándome aliento, consejos. Su familia y la mía son cercanas así que compartimos mucho. Aparte de él, también he sentido el apoyo de compañeros como Sebastian Viera, Edwin Cardona o Jaider Romero quien, justamente, me mandaba mensajes por el celular diciéndome ‘un día menos, adelante’ y ahora él está pasando por una lesión en su columna. Todo el apoyo que he recibido de mis amigos lo doy también para los que necesitan. Les digo: ‘Fe y adelante’”.
Sobre su situación contractual con el Júnior, Vélez destaca que ha sido complicado porque recibió una carta de no renovación. Él se acercó a donde el presidente del club y éste le dijo que no se preocupara, pues lo esperarían hasta que se recuperara, que la carta de no renovación es simplemente un formalismo, pero que su vinculo con el Júnior seguirá. “A Andrés Felipe González le ocurrió lo mismo y lo han apoyado, así que por ese lado también estoy tranquilo”, afirmó.
Aprovechando su cercanía con Juan Carlos Osorio, quien lo dirigió en el Once Caldas, Iván se refirió al momento que vive el entonces técnico de Atlético Nacional. “Por el profesor siento admiración y mucho respeto. Me alegra no solo por él sino porque allá están compañeros como Neko, Henríquez, Pajoy y hasta ‘Shermitan’, quien estuvo acá en Júnior conmigo. Osorio demuestra que siendo serio y teniendo criterios se pueden jugar muchas cosas. Lo criticaron y él ahora sale vencedor. Va por buen camino y creo que ahora su objetivo debe ser pelear por algún título internacional”.
lmontenegro@elespectador.com
@luisguimonte