La inquebrantable voluntad de William Tesillo

El defensor de 27 años duró cerca de cuatro meses fuera de las canchas por una lesión en su pie derecho. Así fue su recuperación.

Luís Guillermo Montenegro
18 de julio de 2017 - 04:54 a. m.
 William Tesillo (izq.), defensa de Independiente Santa Fe.  / Óscar Pérez- El Espectador
William Tesillo (izq.), defensa de Independiente Santa Fe. / Óscar Pérez- El Espectador

El 16 de marzo de este año Independiente Santa Fe le ganó 3-0 a Sporting Cristal de Perú en el segundo juego de la fase de grupos de la Copa Conmebol Libertadores. El resultado positivo fue opacado por la lesión de William Tesillo, quien tuvo que ser sustituido al minuto 20 por un fuerte golpe en su pie derecho. Esa misma noche fue llevado a la clínica, en donde la resonancia magnética que le hicieron arrojó un resultado lamentable: fractura del quinto metatarsiano del pie derecho. Operación y ocho semanas de incapacidad, el veredicto de los médicos.

La noticia fue un duro golpe para este costeño de 27 años. Claro que esa misma madurez que le sirvió para superar otros momentos complicados en su vida, fue fundamental en este proceso. “La intervención fue un éxito”, le dijeron una vez salió del quirófano. Sin embargo, al siguiente día llegó un mensaje desalentador. “Estuvimos revisando las radiografías del otro pie y vimos un desgaste en el quinto metatarsiano. Quizá sea necesaria una cirugía preventiva”.

Una lágrima escurrió justificada por un sentimiento de impotencia. Pero ahí estuvieron siempre su esposa Daniela Mejía y su papá William, quienes no lo dejaron desanimar y le avisaron que “fuera lo que fuera, todo sería para bien”. Mientras la recuperación del pie derecho avanzaba, seguían las pruebas para ver si era necesaria una segunda cirugía, pero algo ocurrió y los diagnósticos que alertaban un inconveniente, desaparecieron. “Fue como un milagro”, asegura William, el papá del futbolista de Independiente Santa Fe.

Con esa buena noticia el proceso se centró en guardar reposo y luego hacer las fisioterapias necesarias. Hubo algo más positivo: pasar más tiempo con la familia y dejar a un lado los afanes de los entrenamientos y la presión de los partidos. María José y Emanuel pudieron compartir más con su papá. Iban a cine, a comer helado, a caminar por un centro comercial, a compartir con quienes son la principal motivación para salir al terreno de juego.

Mientras William seguía en su recuperación, Independiente Santa Fe estaba en caída libre. Desde que el defensor dejó de jugar, el equipo de Gustavo Costas quedó eliminado de la Copa Libertadores y más adelante no logró clasificar al grupo de los ocho. Lo que era una sólida defensa pasó a ser un conjunto desordenado atrás al que le hacían goles fácilmente. “La figura del equipo debe ser el equipo”, decía Alfredo Di Stefano. Pero sin un jugador líder y representativo como Tesillo, para Santa Fe fue muy duro seguir siendo un equipo.

Claro que este “desierto” para William, como él mismo lo describe, fue poco, en comparación con los duros momentos que tuvo que vivir para llegar a ser quien es hoy. En 2006 por poco acaban con su sueño de ser futbolista. Con el equipo Squash jugó el torneo Las Américas, en Cali, pero luego de varios días de entrenamiento decidieron no contar con él, lo que significó un golpe para su orgullo.

Alcanzó a avisarles a sus padres que preferiría el estudio, que los libros eran una opción, pero Agustín Garizabalo, quien lo descubrió para el fútbol, lo recomendó con Hernando Ángel, dueño de la Escuela Boca Júniors de Cali, para que siguiera su carrera. Entrenó, recuperó su forma física y viajó a la capital del Valle del Cauca para vivir junto a 20 futbolistas en una casa pequeña. Fue un tiempo difícil, porque en su familia siempre lo habían consentido mucho, y ceder comodidad por poco lo hace desfallecer.

Más adelante, justo en el año que debutó como profesional, con Centauros de Villavicencio, murió su madre por un tumor cerebral. Verla durante 10 años en estado vegetativo lo derrumbó, lo obligó a entender el dolor y a convivir con éste, mas no a superarlo. Fue uno de los momentos más complicados en su vida y que le dejó una enseñanza: valorar todo y a todos, a entender el significado de la familia y a aprovechar cada instante con la gente que se quiere.

Tras casi cuatro meses, William Tesillo volvió a ser titular con Santa Fe. La defensa se ha vuelto a ver sólida. A pesar de ofertas internacionales, él se quedó en Bogotá y lo hizo pensando en volver a su mejor nivel y ahí sí probarse en el exterior.

Por Luís Guillermo Montenegro

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