La redención de Hernán Torres con Deportes Tolima

Después de ser designado nuevo entrenador del Deportes Tolima, el estratega ibaguereño quiere marcar su nombre en la historia del club que lo vio crecer como futbolista y como DT.

Felipe Raymond Fajardo
23 de diciembre de 2019 - 03:00 a. m.
Torres ha dirigido a Águilas, Independiente Medellín, Alajuelense (de Costa Rica), Melgar (del Perú) y Atlético Bucaramanga. / Archivo El Espectador
Torres ha dirigido a Águilas, Independiente Medellín, Alajuelense (de Costa Rica), Melgar (del Perú) y Atlético Bucaramanga. / Archivo El Espectador

Regresar a donde todo comenzó y triunfar: esa es la deuda que tiene pendiente Hernán Torres con Deportes Tolima, equipo que lo vio debutar como jugador profesional, en 1979, y como entrenador en 2007. Este ibaguereño de 58 años ya pudo demostrar su capacidad al frente del cuadro vino tinto y oro cuando logró consolidar a esta institución entre los equipos más regulares del país, a principios de la década. De los ocho torneos cortos que dirigió, en siete de ellos disputó un cupo a la final. A pesar de las buenas campañas, solo disputó el título en el Finalización de 2010 frente al Once Caldas, pero perdió (4-3 marcador final).

Su primera corona como entrenador fue en 2012 con Millonarios. Tras 24 años de sequía para los embajadores, Torres fue el líder de un grupo que con perseverancia, constancia y unidad dejó de lado las críticas y llegó a la gloria. Con otro grande del país también logró una hazaña. Luego de cinco años en la segunda división, el América de Cali pudo salir de ese infierno de su mano y con la misma fórmula que le resultó en Bogotá.

Ahora, tras la salida de Alberto Gamero y un legado que será difícil de superar, Hernán Torres buscará dejar huella en su casa, en una institución de la que habla con pasión y cariño —como habla cualquier aficionado de su equipo— y con la que está muy agradecido. La deuda que tiene pendiente la quiere saldar lo antes posible.

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¿Cómo se dio su regreso al Deportes Tolima?

Con la llamada del señor Gabriel Camargo, quien me buscó para que nos viéramos. Nos reunimos en su oficina y llegamos a un acuerdo. Estoy motivado para empezar. Esta es mi ciudad y es el equipo que me dio la posibilidad de iniciar como futbolista profesional y debutar como director técnico. Que a uno lo busque el senador Camargo es mucha responsabilidad y mucho compromiso, pues él es la razón de que Tolima tenga un proyecto deportivo muy importante en la actualidad y en los últimos años.

¿Cuáles son sus objetivos para 2020?

Ser protagonistas del campeonato. Esperamos tener un equipo que luche por los primeros puestos. Acá nos preocupamos mucho por armar nóminas importantes y competitivas. Hemos estado haciendo las gestiones necesarias, hubo algunos jugadores que salieron, pero la idea es reemplazarlos con futbolistas de alto nivel. Tienen que ser hombres que se acoplen a la idea que trae la base, que sepan que tenemos que lograr objetivos en la liga, la Copa Libertadores y la Copa Águila.

De los nuevos jugadores, ¿ya tiene algún preferido?

No. Todos son jugadores interesantes e importantes de los que se hizo un seguimiento. El doctor Camargo los evaluó y los avaló. No es que ellos sean para rellenar una lista y ya.

¿Siente algún tipo de presión por reemplazar a Alberto Gamero?

En el fútbol siempre hay presión. Cuando uno recibe un equipo con los resultados que dejó el profesor Gamero hay mucha más. Tienes presión por estar de primero, por estar de último, por estar en la mitad, por no descender, por ser campeón. Es algo con lo que hay que convivir.

¿Qué tanto le sirvió el título con Millonarios para crecer como técnico?

Fue un logro muy importante. Estuve con Tolima cuatro años, ocho torneos cortos, de los cuales clasifique en siete de ellos a los cuadrangulares. Siempre estuve peleando los primeros lugares. Muchas veces pasamos de primeros, pero en las finales no logramos el objetivo por errores propios o simplemente cosas del fútbol. En 2010 jugamos la final frente a Once Caldas y no pudimos tampoco. Siempre faltó ese empujoncito, ese último paso y por suerte en Millonarios lo pude conseguir. La perseverancia y la constancia siempre ayudan. El fútbol es un deporte colectivo y no individual y en 2012 logramos el título con la ayuda de todos. Los jugadores, el cuerpo técnico, la parte administrativa, la hinchada que había, incluso el periodismo que siempre estuvo pendiente en ese torneo.

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También logró ascender con América. ¿Es ese el mejor momento de su carrera?

Tengo muchos momentos importantes en mi carrera. Cuando fui a Independiente Medellín en 2014, el equipo estaba en una situación muy difícil y casi al borde del descenso. Pudimos levantar una escuadra que estaba en el abismo y llegamos a disputar una final que perdimos con Santa Fe. Cuando logramos el ascenso con América fue muy bonito. Había un ambiente muy difícil, porque los hinchas no perdonan nada y no querían más años en la segunda categoría. Había presión por todos lados, pero con un grupo humano, que no tenía tantas figuras ni tanto nombre, construyen una nómina trabajadora, con lucha, con hambre de triunfo y de éxito. El señor Tulio Gómez creyó en ese proyecto y lo logramos. Fue un trabajo colectivo que a uno como líder le corresponde encontrarle la comba al palo.

¿Qué recuerdo amargo le ha dejado el fútbol?

Hay muchos recuerdos. En el fútbol hay más tristezas que alegrías. Llevo casi cuarenta años en esto y pienso que en esos últimos recogimos los frutos de cuando empezamos. Tanto trabajo como jugador y como técnico no ha sido en vano. Esto es un proceso en el que hay que perseverar y aguantar porque hay golpes muy duros, hay golpes que dan en el alma, en el corazón, en el espíritu. Uno siempre tiene la responsabilidad de levantarse. Muchas veces la caída es tan dura que uno quiere quedarse ahí, pero he tenido ese poder de recuperarme y seguir luchando.

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¿Qué les va exigir a sus jugadores para el próximo año?

El compromiso de siempre. Que lo den todo por esta institución y hacerle honor a la camiseta. Que trabajen de la mejor manera para conseguir los objetivos y los logros que nos hemos propuesto.

¿Qué le pide a la hinchada del Tolima para el 2020?

A veces el hincha no lo reconoce, pero cuando va a la cancha sirve para sustentar los costos del fútbol, que son muy grandes. También que apoyen al equipo. Aparte de lo económico está la parte anímica. Es difícil entrar a tu propio estadio y que esté desocupado. Cuando las tribunas están llenas es más fácil enfrentar cualquier partido. Que acompañen nuestro fútbol y a nuestro equipo y que estén orgullosos de él.

Por Felipe Raymond Fajardo

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