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Para encontrar la última derrota de Atlético Nacional en la Liga Águila hay que ir atrás, más exactamente al 15 de febrero (dos meses y ocho días), cuando Patriotas venció al cuadro verde por 3-1 en la tercera fecha. Desde ese momento, siendo práctico, jugando cada vez mejor, el equipo dirigido por Jorge Almirón no ha vuelto a perder.
El argentino, con calma y pausa, ha ido acoplando el equipo a la idea que quiere de juego, conservando la esencia del club antioqueño en la última década: con la pelota siempre al pie. Luego de la apretada victoria contra Once Caldas (también cuando el rival lo supera logra sobreponerse y triunfa), el conjunto paisa llegó a 34 puntos con un total de 10 partidos ganados y cuatro empatados.
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Además, marcó 19 goles y apenas le anotaron ocho, es decir, que su delantera tiene éxito en el arco cada 71 minutos. En otras palabras, un promedio de 1,26 tantos por encuentro. Y a eso súmele que en el Atanasio Girardot nadie le ha podido anotar, una muestra de que en Medellín es complicado quitarle la pelota, también atacarlo (completó 32 partidos sin perder en su estadio por el torneo colombiano).
Y cuando le llegan, siempre hay una buena respuesta de Fernando Monetti, que de a poco se ha ido ganando su lugar dándoles seguridad a sus compañeros y a la hinchada misma. Pero eso no es todo. Nacional apenas ha jugado 15 partidos, pues tiene dos pendientes, lo que aumenta el mérito a la campaña que viene haciendo en este primer semestre. Almirón ha blindado su equipo, lo ha hecho fuerte en todos los sectores de la cancha, al punto de eliminar cualquier posibilidad de ingenuidad en el terreno de juego.
El desafío pasa ahora por la buena preparación física, pues el talento y la noción de jugar ya están gracias a hombres con clase como Macnelly Torres, Dayro Moreno, Vladimir Hernández, Gonzalo Castellano y Jeison Lucimí, sólo por nombrar algunos. Porque si existe esa vocación de jugar siempre para adelante, es porque detrás hay un respaldo fuerte de Alexis Henríquez, de Daniel Bocanegra y de Diego Braghieri.
Este martes empezará la travesía para el conjunto verde, pues primero deberá medirse con Bolívar por la cuarta jornada del Grupo B de la Copa Libertadores (es líder con seis unidades) y, al siguiente día, será el duelo con Júnior en Barranquilla, en juego aplazado del torneo local. Y la cosa no termina ahí, pues el próximo domingo chocarán con La Equidad en Bogotá. Desgaste por donde se le mire, rotación necesaria también (el DT argentino ha empleado 24 futbolistas en 15 encuentros).
“El equipo responde a medida de que se le pide. Lo ha venido haciendo y hay que mantenerlos motivados en esta recta final. Se está haciendo el trabajo requerido para cumplir en ambos torneos”, dijo Pablo Ricchetti, asistente de Almirón y quien estuvo al frente del equipo el sábado pasado, pues el estratega cumplió su segunda fecha de sanción.
El pequeño bache del semestre pasado ya es algo olvidado. Nacional ha recuperado el camino, también su fútbol con fortaleza y voluntad. El más veces campeón de Colombia (16 títulos) sigue estando un escalón por arriba de los demás, un lugar ganado con trabajo, con refuerzos y con una buena organización, la mezcla perfecta para tener armonía en este deporte.