Los esfuerzos de los equipos

“El trabajo duro vence al talento cuando el talento no trabaja duro”, Tim Notke.

La dinámica y las formas de pensar, sentir y actuar de los seres humanos y de las empresas en general han tenido que cambiar desde el año pasado por la presencia del COVID-19, convertido en una pandemia cuando al principio creíamos que todo sería muy pasajero. Pero nos fuimos dando cuenta de que no era así. Por eso a los equipos del fútbol colombiano les ha tocado replantear su dinámica en todo sentido y en particular en lo que respecta a cómo mantener a sus mejores jugadores y a la vez cómo hacer para poder conformar nóminas que estén a la altura de las competiciones en las cuales participan.

El activo principal de los equipos de fútbol son los jugadores, seres humanos dotados de pensamientos y emociones, quienes también pueden llegar a padecer, como cualquier ser humano, deterioro en su salud mental por todo lo que se está viviendo. También están los equipos que con todo su esfuerzo han tratado de seguir funcionando, a pesar de la falta de público en los estadios; los ingresos de los patrocinadores, que seguramente han disminuido; la renovación de los contratos y el pago de salarios, entre otros. Debido a todo eso, una de las maneras de tener dinero para su sostenimiento ha sido salir de sus grandes figuras para poder continuar en su dinámica como empresa y esto ha aplicado para todos los equipos de nuestro país, generando a veces algún malestar en sus aficionados, pero se convierten en una fuente de ingresos.

De la misma manera las contrataciones para este torneo no han sido de la misma magnitud de torneos anteriores. Han llegado pocas figuras, pocos foráneos, jugadores de un club a otro. Ahora sí, afortunadamente, le han dado la importancia a la presencia de los jugadores de sus divisiones menores para que fortalezcan al equipo profesional, en general con muy buenos resultados, confirmando que hay que buscar estrategias diferentes para salir de la crisis y una de ellas es darles la importancia que merecen a las divisiones menores, cantera tanto para los técnicos como los jugadores. Ahí hay un verdadero potencial en todo sentido.

Los equipos deben convertir esta situación en una oportunidad para crecer como instituciones, como parte de una empresa llamada fútbol.