Luis Fernando Montoya fue hospitalizado en Medellín

El exentrenador colombiano sufrió una afección pulmonar. Permanece internado mientras le hacen una fibrobronscopia.

Redacción deportes
28 de mayo de 2018 - 09:16 p. m.
Luis Fernando Montoya, columnista de El Espectador. / AFP
Luis Fernando Montoya, columnista de El Espectador. / AFP

Una afección pulmonar, por una gripa, obligó a que el exentrenador y hoy columnista de El Espectador, Luis Fernando Montoya, fuera hospitalizado el domingo en la clínica Las Américas de Medellín. El caldense permanece internado mientras le hacen una fibrobronscopia, que le permitirá establecer el origen de la infección y decidir el tratamiento indicado a seguir.

Luis Alfonso Sosa, psicólogo de cabecera de Montoya, le confirmó a este medio que se encuentra estable y su caso no es grave. “Él está bien. Todo depende de cómo salga el procedimiento para saber cuánto tiempo estará hospitalizado”, afirmó. De igual manera, su esposa Adriana Herrera, precisó que el nacido en Caldas (Antioquia) hace 61 años se encuentra bien y que el procedimiento que le van a realizar permite mejorar la parte respiratoria.

Luis Fernando Montoya en 2004 se convirtió en el segundo técnico colombiano en ganar una Copa Libertadores con un equipo nacional. Llevó al Once Caldas a tocar el cielo con las manos en la noche del 1 de julio tras derrotar a Boca Juniors en la final del torneo continental en la definición desde el punto penal. El 12 de diciembre de ese mismo año, Montoya estuvo a 11 metros de una gloria aún mayor, la Copa Intercontinental (hoy Copa Mundial de Clubes de la FIFA), aunque esta vez la moneda cayó del lado del contrario, el FC Porto, que prevaleció tras otra agónica tanda de penales.

Así, el técnico regresó a Colombia con la frente en alto pese a la derrota, sin imaginar que 10 días después el destino lo pondría ante el mayor desafío, no ya de su carrera, sino de su vida. Aquel 22 de diciembre, Montoya jamás dudó en salir en defensa de su esposa Adriana durante un asalto, acto de coraje que pagó con tres balazos, uno de las cuáles dañó su médula espinal. Si bien sobrevivió al ataque, el Profe no sólo perdió la movilidad de sus extremidades, sino también la autonomía para respirar.

Muchos podrían haber tirado la toalla, pero no él. “Tardé un tiempo en dejar de preguntarme por qué a mí o por qué en ese momento”, confesó desde su hogar en Caldas. “Pero luego empecé a ver todo con tranquilidad, y me di cuenta de que debía seguir adelante”, agregó el técnico, quien desafió a la cuadriplejía y volvió a respirar por sus propios medios en 2009. Hoy, por una infección, se encuentra hospitalizado a la espera de una fibrobronscopia.

Por Redacción deportes

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