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Entre este viernes y sábado el Ministerio de Salud remitirá al presidente Iván Duque el documento final de los protocolos para la reanudación del campeonato profesional del fútbol colombiano. El primer mandatario lo firmará y de inmediato se socializará con los delegados de los 20 clubes de primera división, que comenzarán a implementarlo lo más pronto posible.
(El fútbol colombiano se va quedando sin sus figuras por la crisis económica)
La primera etapa del proceso comenzará la semana entrante, cuando los equipos citen a sus jugadores para los exámenes médicos y físicos, además de las primeras pruebas de COVID-19, que algunos han determinado tomar en laboratorios particulares mientras se define qué empresa será la que asesore a la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) en ese aspecto.
Los próximos 15 días, entonces, serán para determinar la condición de los futbolistas y preparar la logística en cada una de las sedes de los clubes o el lugar en el que determinen reanudar trabajos.
Entretanto, los directivos tendrán que definir cuál de los sistemas de campeonato que han estudiado es el que se va a jugar. Cuando haya acuerdo, Jorge Enrique Vélez, presidente de la entidad, citará a una asamblea extraordinaria para oficializar y legalizar las modificaciones del caso.
Este parece ser uno de los obstáculos más grandes, pues la dirigencia sigue dividida y evidencia la crisis económica, administrativa y política por la que pasan sus instituciones.
Entre los 36 clubes de las categorías A y B hay una pugna que viene de tiempo atrás. Un grupo de equipos respalda tímidamente al presidente Jorge Enrique Vélez y confía en que el 20 de junio aparezca el dinero prometido por los derechos internacionales de transmisión del torneo. El otro le hace oposición y espera precisamente que esa plata no aparezca, para tener un argumento contundente para cambiar de timonel, pues hasta ahora no ha tenido la fuerza para tumbarlo. Hay también unos 10 clubes que están al acecho para pescar en río revuelto.
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“La verdad es que nadie quiere asumir ese chicharrón. Menos ahora, con semejante crisis. En otro momento había pujas y candidaturas, hoy ni rogándole a la gente se quiere postular”, asegura el presidente de un club de segunda división, indignado porque el plan inicial contemplaba solamente la reanudación de la Liga y no del Torneo, como se llama el campeonato de ascenso.
Pese a las dificultades, hay clubes, como Júnior, Nacional, Millonarios, Tolima, Cali, Santa Fe, entre otros, que comenzarán a preparar los protocolos de seguridad para el regreso a prácticas, primero individuales y luego en pequeños grupos. “Ya hemos adelantado un trabajo vía virtual, algo en la parte física y recomendaciones en alimentación, por ejemplo. La idea es no llegar tan quedados”, explica el arquero Johan Wallens, del Deportivo Cali.
Todos los gastos que este proceso implica serán cubiertos por los equipos, en su mayoría al borde de la quiebra y sin dinero para hacerlo. Como si fuera poco, algunas instituciones que suspendieron o cancelaron contratos a sus empleados durante el aislamiento obligatorio tendrán que solucionarles la situación laboral antes de retomar actividades.
“Sinceramente estoy muy preocupado, porque veo muchas dificultades, por costos, por tiempos, todo. La falta de ingresos es muy dura de llevar y es la hora que no sabemos ni cuándo ni cómo jugaremos”, asegura Tulio Gómez, el máximo accionista del América, quien explica que “a pesar de las dificultades les hemos pagado a los jugadores”.
Sin embargo, la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro) denuncia que el club escarlata y el Cúcuta Deportivo, entre otros, les deben varias mensualidades a sus empleados y exige que el Gobierno les quite el reconocimiento deportivo.
A lo que aspiran buena parte de los presidentes de los clubes de Dimayor es a que la primera semana de agosto se pueda volver a jugar, a puerta cerrada.
Con los protocolos en mano la semana entrante estudiarán el calendario y definirán el sistema de juego, aunque hasta ahora ninguno de los cinco que se han planteado ha logrado consenso.
Para finales de mes, ya con los resultados de las pruebas de COVID-19 y si no se presentan contratiempos, los planteles podrán iniciar trabajos en grupos reducidos y 15 días después los entrenamientos normales.