Matías Mier: de vender frutas y verduras a jugar fútbol

El volante de 28 años es uno de los futbolistas clave de La Equidad, que este miércoles debutará en la Copa Suramericana frente a Independiente de Paraguay.

Sebastián Arenas
20 de marzo de 2019 - 03:00 a. m.
Matías Mier, durante un entrenamiento con La Equidad, club al que llegó en 2018. / Óscar Pérez
Matías Mier, durante un entrenamiento con La Equidad, club al que llegó en 2018. / Óscar Pérez

Luis Alberto Lacalle, el líder del herrerismo, un sector político del Partido Nacional de Uruguay cuya ideología se oponía al imperialismo y apoyaba las posiciones tradicionalistas, fue presidente del país charrúa entre 1990 y 1995. En esa época, Richard Mier se esforzaba para que sus hijos tuvieran mejor calidad de vida que la de él. Comercializaba frutas y verduras mientras su esposa, Rosa Codina, cuidaba a Matías y a su hermana. El niño creció y ayudó a su padre en el negocio. Y se volvió tan futbolero como su familia, pues era una cuestión para siempre. (Juan Fernando Quintero ya sabe superar los golpes del fútbol)

“Me apoyaron y fueron mi soporte. Aún hoy son mi mayor sostén. Me dieron la posibilidad de elegir lo que quería hacer, pero siempre intentando que fuera el fútbol”, contó Matías Mier en diálogo con El Espectador. El uruguayo es un ser humano que se acomoda a las situaciones que le presentan los distintos panoramas de la vida. Así lo ha hecho desde los cuatro años, cuando empezó a jugar fútbol en su natal Montevideo. Lo hizo en el Club Deportivo Oriental, en el que comenzó a forjar el sueño de ser uno de los pocos afortunados que viven de acariciar el balón. Allí arrancó como volante por izquierda, aunque también se desempeñó como mediocampista de marca y de creación. “Me siento cómodo jugando por derecha”, dice el polifuncional uruguayo que después pasó a Rentistas, equipo con el que debutó en primera división teniendo apenas 15 años.

Sus condiciones lo llevaron al Fénix y luego al gigante Peñarol, con el que disputó la final de la Copa Libertadores 2011 frente al Santos de Neymar. Después viajó a Chile para vestir las camisetas de Universidad Católica y Santiago Wanderers antes de experimentar la cotidianidad de Catar, a la cual también se supo adaptar, cuando hizo parte del Muaither. “No me dio duro. Creo que es más un temor que se genera por fuera. Es como todo: uno tiene que respetar sus culturas y sus creencias, que son diferentes a las de una persona católica o cristiana. Si respetas eso ellos te respetan mucho. Si tuviera la posibilidad de ir de nuevo, lo haría sin pensarlo”.

Por ahora su realidad está en Colombia. Llegó al Júnior de Barranquilla en 2017, no tuvo la continuidad anhelada, pero en los minutos que jugó demostró las cualidades que lo hacen un extranjero que marca diferencia en el balompié nacional. El año pasado fue contratado por La Equidad, institución en la que se siente respetado.

“El equipo tiene ganas de renovarme y cuentan con la primera opción. Tengo que pensar en mi futuro, pero por ahora me concentro en jugar y rendir, porque sé que eso me abrirá muchas más posibilidades, aunque estoy muy contento en Colombia”, aseguró el jugador de 28 años, cuyo contrato culmina en junio. (Esta es la nueva camiseta de la selección de Colombia para la Copa América 2019)

Además de pensar en su futuro próximo, Matías visualiza su vida a mediano y largo plazo. “Soy un jugador joven, me queda carrera por delante. Trabajo para tener mis negocios y mis cosas a futuro en pro de una vida tranquila junto a mi futura esposa. La preparación es vital, uno no es jugador de fútbol todo el día. Los entrenamientos son de tres o cuatro horas en la mañana y el resto del tiempo uno debe capacitarse para tener inteligencia, invertir bien y poseer un buen mañana”, afirmó.

No obstante, también dedica tiempo a relajarse. Cuando se estresa por los hechos de la cotidianidad, toma mate y escucha música. Entre sus géneros favoritos están la cumbia, el reguetón y el vallenato, al cual le tomó el gusto gracias a su estadía en Barranquilla y a su prometida, la periodista Melissa Martínez, con quien habla y observa fútbol de todo el mundo. “Me gusta más jugarlo, pero con Melissa no tengo posibilidad de no mirar fútbol. Estamos pendientes constantemente de la mayoría de los partidos. En mi vida no había mirado tanto fútbol como desde que estoy con ella. Gracias a eso he aprendido mucho sobre los rivales que en el futuro nos puedan tocar”. En sus momentos de esparcimiento no pueden quedar afuera los asados uruguayos, los cuales comparte junto a su mejor amigo del fútbol, el también uruguayo Pablo Lima, compañero en La Equidad.

Con el club asegurador, Mier empezará este miércoles (7:30 p.m., por Directv Sports) contra Independiente de Paraguay, el sendero en la Copa Suramericana. Lo hará, mientras en su mente no deja de transitar la idea de vestir la camiseta celeste de su amada selección uruguaya.

@SebasArenas10

Por Sebastián Arenas

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