Millonarios venció a Nacional y es el campeón de la Superliga

El cuadro embajador se impuso 2-1, con goles de Roberto Ovelar, y volvió a ganar en la capital antioqueña luego de siete años.

Camilo Amaya
08 de febrero de 2018 - 02:27 a. m.
El equipo bogotano obtuvo su segundo título en menos de tres meses. / Luis Benavides
El equipo bogotano obtuvo su segundo título en menos de tres meses. / Luis Benavides

Un delantero frío, objetivo con la pelota, con la cabeza levantada, aprovechando su humanidad para resistir los empujones y codazos de defensores contrarios. Incluso, aunque da la impresión de ser rígido, también puede quebrar la cintura para desorientar, para hacer creer que va para un lado, cuando la mente ya sabe que su cuerpo va para el otro. Roberto Ovelar y los instintos básicos del fútbol, el paraguayo y la manera de entender que en medio de la soledad es necesario ser recursivo, apelar a la improvisación que, si funciona, se transforma en genialidad. Como este miércoles cuando, gracias a él, Millonarios es otra vez campeón.

En su primer gol vestido de azul tomó la pelota, la controló y con el giro de su tronco, que no fue total, hizo creer a Alexis Henriquez que se perfilería por el lado derecho. Pero lo hizo por el izquierdo y sacó un remate potente, envenenado, que se metió por el palo derecho de Fernando Monetti.

Silencio sepulcral en el Atanasio Girardot. La alegría del gol de Andrés Rentería, efímera, la celebración del visitante en la gramilla, eterna para los hinchas verdes. Así terminó el primer tiempo, la parte inicial de un encuentro de nerviosidad, con el local atacando y acorralando, y con el equipo bogotano sosegado, desde los primeros minutos, desde que llegó tarde a la cita por el tráfico caótico de Medellín (todo inició 20 después de lo estipulado).

Para fortuna de Millonarios, de su desorganización a la defensiva y de sus deficiencias tácticas, hubo un hombre, si se quiere decir, providencial en el ataque. Ovelar, en el minuto 53’, aprovechó una desconcentración en la salida de Nacional, el exceso de confianza de Carlos Cuesta y robó la pelota para colgar a un Monetti salido, que siguió la trayectoria del balón con la mirada. El tacto de la mano en el pie, Ovelar y su mejor versión, la confianza que sirve para hacer lo que se quiere sin temor a equivocarse.

El resto del partido fue una locura del arrebato, unos por empatar, los otros por mantener la ventaja. Nacional acorralando y, Millonarios, como en la final de la Liga Águila del año pasado frente a Santa Fe, aguantando. Con un irrevocable asombro el aficionado paisa vio cómo se agotó el tiempo en el reloj, cómo los segundos no estuvieron a favor, multiplicándose. Esta vez, a diferencia de la Copa Merconorte en el 2000 y la Copa Colombia en el 2003, el embajador celebró lo que hace mucho tiempo ya era una necesidad: derrotar al cuadro verde en su casa, ante su gente, en una final. 

En conclusión, silenciar estadios se está volviendo una costumbre para los dirigidos por Miguel Ángel Russo. La manera y la forma, para el purista, ya será cuestión de análisis, porque la mecánica definida, o como quiera que se denomine lo que hacen sus jugadores en el terreno de juego, le permitió otra vez al hincha embajador repetir la palabra campeón.

 

El Dato: Millonarios volvió a ganar en el Atanasio luego de seis años, tres meses y cinco días. La última vez: 11 de noviembre de 2011, cuando se impuso 2-0 con goles de Javier Mosquera y Edinson Toloza.

 

— Millonarios FC (@MillosFCoficial) 8 de febrero de 2018 @CamiloGAmaya 

Por Camilo Amaya

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