César Giraldo y el desagradecido oficio del arquero

El guardameta del Unión Magdalena erró en el gol del delantero de Millonarios, Roberto Ovelar. Fue el tanto que abrió el marcador en el partido que cerró la fecha 7 de la Liga Águila.

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Redacción deportes
01 de marzo de 2019 - 03:21 a. m.
César Giraldo, arquero del Unión Magdalena.  / Óscar Pérez
César Giraldo, arquero del Unión Magdalena. / Óscar Pérez
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Arquero, guardameta, golero. Así se le conoce generalemente al jugador que lleva el número uno en su espalda. De los once futboistas dentro del terreno de juego, es el único que puede coger el balón con las manos. Unas veces se le ve con un uniforme colorido, otras con uno oscura, siempre viste diferente al resto de sus compañeros. Su oficio es evitar goles, la alegría del fútbol. La razón por la que domingo tras domingo la gente llena las tribunas.

Es un trabajo desagradecido: cuando lo hace bien muchas veces pasa desapercibido. Para eso está, para arrancarle de la garganta el grito de euforia a los delanteros. Pero cuando comete un error todos se centran en su figura, mientras su cabeza quiere buscar un hueco para enterrarse y esconderse para siempre. Y es que no hay falla más letal que la de un arquero, casi siempre termina con un gol en contra, con los rivales festejando. 

Bien lo redactó Eduardo Galeano en su libro 'Fütbol a Sol y Sombra': "El portero siempre tiene la culpa. Y si no la tiene, paga lo mismo. Cuando un jugador cualquiera comete un penal, el castigado es él: allí lo dejan, abandonado ante su verdugo, en la inmensidad de la valla vacía. Y cuando el equipo tiene una mala tarde, es él quien paga el pato, bajo una lluvia de pelotazos, expiando los pecados ajenos".

Eso le pasó a César Giraldo en el partido entre Millonarios y Unión Magdalena. El arquero del cuadro samario pestañeó en el primer gol del equipo embajador: remate de Roberto Ovelar. Giraldo intentó encajonar el balón, pero no puso bien el cuerpo. El esférico se le coló entre las piernas. Cabeza abajo, algunas palmadas de sus compañeros como dejándole saber su apoyo, pero el daño estaba hecho. Fue el primero de una lluvia de anotaciones en el estadio El Campín. 

"El portero sabe que no tiene una segunda oportunidad", dijo en una entrevista con El País de España José Manuel Ochotorena, exarquero. "Debe ser fuerte mentalmente. La responsabilidad del delantero tiene una incidencia directa en el resultado. Pero en un 0-0 falla el goleador y se empata el partido; con el error del arquero lo pierdes. Y él lo sabe y se acostumbra a vivir con eso".

Giraldo este jueves en la noche fue vapuleado por Millonarios en El Campín. Roberto Ovelar le marcó tres tantos, Juan David Pérez el restante. El Unión salió goleado del estadio El Campín con el fantasma del descenso al acecho. El equipo de Santa Marta debe olvidar rápido este resultado y centrarse en el Deportivo Pasto, rival directo en esa pelea que se da cada año por no caer a segunda división. 

Por Redacción deportes

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