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Millonarios salió derrotado de su visita a Neiva

Atlético Huila, con goles de Jhonnier González y Andrés Andrade, superó 2-1 al equipo capitalino.

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El Espectador
29 de agosto de 2011 - 12:24 a. m.
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Nelson Ramos lo tuvo que hacer todo para evitar una humillación para Millonarios, incluso anotar el gol de la ilusión, pues el equipo que salió al Plazas Alcid de Neiva fue un espejismo del que llegó a las semifinales del Apertura 2011.

De no haber sido por el '1', Millonarios hubiese salido goleado incluso en los primeros 45 minutos de juego, en los que Ramos se encargó de neutralizar en al menos cinco ocasiones jugadas de ‘gol cantado’.

Sólo dos remates fueron imposibles para el portero payanés y ambos terminaron en el fondo de la red. Los goles de González (m. 18) y Andrade (m. 26) fueron más que suficientes ante un débil Millonarios, que nunca encontró la fórmula ofensiva para darle vuelta al marcador.

El técnico Richard Páez también sintió lo mismo desde el banco y por eso apenas pasada la media hora de juego sacó a un deslucido José Luis Tancredi y envió al campo de juego a Carlos Preciado, quien si bien le dio un nuevo aire al ataque del 'Millo', con el paso de los minutos también dejó entrever que está lejos de esa condición física que mostró en el primer semestre.

Un Huila, ordenado en defensa, se percató rápidamente de que la ofensiva de Millonarios, sin su goleador en cancha por suspensión, poco daño hacía y optó por preocuparse más en el ataque y puso en aprietos a la zaga albiazul cada vez que pisó el acelerador.

Sebastián Hernández, Wilson Moreno y el propio Andrade hicieron estragos con José Mera y compañía cada vez que así lo quisieron. Por suerte para los de Bogotá hubo un atento Ramos, como de costumbre, debajo de los tres palos.

Pedro Franco, la gran esperanza de la defensa millonaria, estuvo gran parte del partido dubitativo y frágil en el mano a mano. De hecho el primer balón con riesgo que quitó lo hizo hasta el minuto 44. En el complemento mejoró en marca, pero el daño ‘opita’ ya estaba hecho.

Y todo porque defensas y volantes de marca eran simples espectadores mientras Huila arremetía por todo el frente de ataque y de todas las formas posibles. Ramos se vio obligado a despejar, cabezazos, tiros de media y corta distancia y hasta remates a boca de jarro.

El penalti que propició Preciado y que convirtió el propio Ramos (m. 38) sirvió sólo para darle las cifras definitivas al resultado final, pues el envión anímico que debió suponer dicho tanto nunca se cristalizó.

Páez quiso dar una mano con los cambios, pero Jefferson Angulo y Elkin Blanco sólo entraron para dejar registro en la planilla de sustituciones. El tiempo pasó y el desequilibrio esperado nunca llegó. Esta vez no fueron suficientes las ganas de un Rafael Robayo o los pelotazos al área a la espera de un certero cabezazo.

El equipo del matemático Néstor Otero sumó sus tres primeros puntos y envió derrotado a Millonarios a Bogotá, tal como lo hizo a mitad de semana Deportes Tolima, cuando el conjunto capitalino visitó también el Tolima Grande, pero en esa ocasión para visitar al ‘vinotinto y oro’ en partido correspondiente a la Copa Colombia.

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Por El Espectador

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