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Alguna vez Emily Dickinson dijo “después de un gran dolor, un solemne sentido nos llega”, y el subcampeonato —que no es un resultado menor teniendo en cuenta todas las dificultades que tuvo el proceso de Alberto Gamero— dejará enseñanzas que no solo van a verse reflejadas en mejores decisiones dentro del campo de juego, sino también en la manera de forjar del carácter.
Dos distracciones que costaron el título. Dos momentos en los que Juan Fernando Caicedo no perdonó y acabó con la ilusión de los jugadores e hinchas azules de salir campeones después de casi cuatro años sin jugar una final del torneo colombiano.
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Millonarios, que terminó segundo en la tabla de la reclasificación con 41 puntos (los mismos que el Tolima, que lo supera por diferencia de gol), enfrentó el campeonato con cerca de veinte jugadores que vienen de la cantera, algo que no se veía hace años en la institución azul. Además de la juventud, el equipo tuvo que sortear varios momentos difíciles: los problemas personales de Fredy Guarín, que no pudo volver a la plantilla profesional, o la baja de Andrés Felipe Román —que venía siendo un jugador importante por la banda derecha—, debido a los estudios médicos que le realizaron para descartar uno miocardiopatía hipertrófica, fueron algunos sucesos que pudieron golpear anímicamente al cuadro capitalino y obligaron a Alberto Gamero a seguir echando mano de la cantera para suplir las ausencias.
Un proceso prometedor
Muchos no veían a Millonarios en la última instancia. Y si bien en la final ante Tolima se reflejó la falta de experiencia, el llamado “kínder” de Gamero demostró en varios partidos la jerarquía que le pedían y que exige vestir la camiseta de Millonarios.
¡Cabeza arriba muchachos! 💙👊 Defendieron con amor y gallardía este gran escudo. ¡La Familia Azul está orgullosa de ustedes!
— Millonarios FC (@MillosFCoficial) June 20, 2021
¡VOLVEREMOS! pic.twitter.com/hh0rTrwwxd
Y los números no fueron malos. En 24 presentaciones, Millonarios registró doce triunfos, cinco empates y siete derrotas. En total marcó 33 goles y recibió 25. Fernando Uribe, uno de los referentes del ataque azul, terminó de goleador con once tantos, los mismos que Diego Herazo, de Equidad y Jefferson Duque, de Nacional.
“Soy el primero que debe darle un mensaje a la afición de convencimiento: casi el 99 % de los jugadores son de la institución. Es un equipo muy joven, con futbolistas que ya pelearon una final, que jugaron semifinales. Eso hace fuerte a una institución. Sé que todos queríamos el título. No se logró, pero se vislumbra un camino bonito para Millonarios”, dijo Alberto Gamero, quien terminó con lágrimas tras no haber logrado la anhelada estrella 16.
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Que el orgullo de haber llegado lejos con jugadores de la cantera no haga olvidar a los directivos que un equipo necesita una nómina amplia, atravesada por el equilibrio de las promesas del futuro con quienes tienen la experiencia del pasado. Que la campaña de este semestre motive a los dirigentes de Millonarios a construir un equipo que no olvide las raíces, pero tampoco se base únicamente en ellas para tener no solo la posibilidad de soñar, que ya es un hecho importante, sino que pueda cumplir los sueños de todos.
