Carta de un formador de futbolistas a sus pupilos para fin de año

Apreciado amigo, ¡Detente!... No estás obligado.

Te veo ahora desesperado en las redes sociales tratando de mostrar unas cosas que no te corresponden: un afán por lucir la última pinta del almacén de moda de los chicos, un corte de pelo propio de los personajes de la farándula musical o de pequeños traquetos de barrio, gestionando aquí y allá para estrenar unos nuevos tenis rojos, una camisa de arabescos o una camiseta vinotinto y una bermuda, mejor dicho lo último pues. Casi todos han terminado vistiéndose de la misma manera.

No te preocupes. Estate tranquilo. Deja que eso lo hagan los otros, los que aún, confundidos, no tienen nada más que mostrar. Si tus padres (o quienes te apoyen) tienen la facilidad de hacerte regalos, recíbelos con gratitud y ojalá que te los hayas ganado por tu comportamiento durante el año y no que te hayan colmado de mimos sólo por tu linda cara de hijo adorado.

Pero si no han podido darte esos lujitos, agradéceles igual por todo lo que te apoyaron este año en el fútbol, por los guayos, los transportes, los viajes que hiciste, las proteínas, la buena comida, (soportar tus berrinches) y el apoyo cuando perdiste o la embarraste y todo el mundo te dejó sólo, un simple acompañarte, un simple estar ahí que ya es tanto.

(Puede leer: Agustín Garizábalo, detrás del éxito del Deportivo Cali)

Pero, ¿cómo así que lo más importante es: la ropita, la ropita? ¿Cómo es que dicen ahora? “¡La gente del pueblo, la gente del pueblo! Guei, Guei, Guei…” Y ahora son tres pinticas, una pal 7, una pal 24 y una pal 31. Si no, te sientes el hijo de menos padres. Qué vergüenza. No seas carón. Para el próximo año tendrías que rebuscarte haciendo marañas para que te puedas dar esos lujos. Tú no eres nadie aún en el fútbol, no produces nada, estás en proceso de formación, acuérdate. Y todo para salir corriendo a poner una pinche foto en Face o Instagram, 24 horitas en la red, papi. Convertirte en tendencia. Y luego... a desechar esa ropa porque, qué oso que te vuelvan a ver en otra foto tus amigos con la misma camisa.

¿A quién vas a impresionar con eso si todos hacen lo mismo? Muestra logros: un buen remate de año en el cole (por fin sin tener que recuperar una materia, qué hazaña), campeón de algún torneo importante, una selección departamental o nacional, mejoraste tu talla, llegaste al peso que era, tu entrenador te felicita porque ya te ajuiciaste y andas concentradito en tus cosas, ¡Excelente!

No te afanes, chico. Deja que tu vida empiece a respirar a tu ritmo, no a la velocidad de los otros. Eres un ser maravilloso, por eso, personas importantes, aún sin conocerte, empiezan a apoyarte por nada, presienten que hay algo especial en ti. No pierdas esa oportunidad de construir un verdadero proyecto por andar distraído en frivolidades que nada te dejan.

De mi parte, te digo, al final, lo que les he dicho a varios de los jóvenes que han triunfado en sus vidas: No hagas muchas cosas, no compitas con los demás, no es necesario. Elige hacer pocas cosas, las más importantes para ti. Pero hazlas bien, concéntrate en ellas, inviérteles tiempos y pasión. ¡No necesitas más!

*Agustín Garizábalo ha sido parte del proceso de futbolistas colombianos como Juan Guillermo Cuadrado, Luis Fernando Muriel, Abel Aguilar, Rafael Santos Borré, Freddy Montero, Felipe Pardo, Gustavo Cuella, entre otros. 

Apreciado amigo, ¡Detente!... No estás obligado.

Te veo ahora desesperado en las redes sociales tratando de mostrar unas cosas que no te corresponden: un afán por lucir la última pinta del almacén de moda de los chicos, un corte de pelo propio de los personajes de la farándula musical o de pequeños traquetos de barrio, gestionando aquí y allá para estrenar unos nuevos tenis rojos, una camisa de arabescos o una camiseta vinotinto y una bermuda, mejor dicho lo último pues. Casi todos han terminado vistiéndose de la misma manera.

No te preocupes. Estate tranquilo. Deja que eso lo hagan los otros, los que aún, confundidos, no tienen nada más que mostrar. Si tus padres (o quienes te apoyen) tienen la facilidad de hacerte regalos, recíbelos con gratitud y ojalá que te los hayas ganado por tu comportamiento durante el año y no que te hayan colmado de mimos sólo por tu linda cara de hijo adorado.

Pero si no han podido darte esos lujitos, agradéceles igual por todo lo que te apoyaron este año en el fútbol, por los guayos, los transportes, los viajes que hiciste, las proteínas, la buena comida, (soportar tus berrinches) y el apoyo cuando perdiste o la embarraste y todo el mundo te dejó sólo, un simple acompañarte, un simple estar ahí que ya es tanto.

(Puede leer: Agustín Garizábalo, detrás del éxito del Deportivo Cali)

Pero, ¿cómo así que lo más importante es: la ropita, la ropita? ¿Cómo es que dicen ahora? “¡La gente del pueblo, la gente del pueblo! Guei, Guei, Guei…” Y ahora son tres pinticas, una pal 7, una pal 24 y una pal 31. Si no, te sientes el hijo de menos padres. Qué vergüenza. No seas carón. Para el próximo año tendrías que rebuscarte haciendo marañas para que te puedas dar esos lujos. Tú no eres nadie aún en el fútbol, no produces nada, estás en proceso de formación, acuérdate. Y todo para salir corriendo a poner una pinche foto en Face o Instagram, 24 horitas en la red, papi. Convertirte en tendencia. Y luego... a desechar esa ropa porque, qué oso que te vuelvan a ver en otra foto tus amigos con la misma camisa.

¿A quién vas a impresionar con eso si todos hacen lo mismo? Muestra logros: un buen remate de año en el cole (por fin sin tener que recuperar una materia, qué hazaña), campeón de algún torneo importante, una selección departamental o nacional, mejoraste tu talla, llegaste al peso que era, tu entrenador te felicita porque ya te ajuiciaste y andas concentradito en tus cosas, ¡Excelente!

No te afanes, chico. Deja que tu vida empiece a respirar a tu ritmo, no a la velocidad de los otros. Eres un ser maravilloso, por eso, personas importantes, aún sin conocerte, empiezan a apoyarte por nada, presienten que hay algo especial en ti. No pierdas esa oportunidad de construir un verdadero proyecto por andar distraído en frivolidades que nada te dejan.

De mi parte, te digo, al final, lo que les he dicho a varios de los jóvenes que han triunfado en sus vidas: No hagas muchas cosas, no compitas con los demás, no es necesario. Elige hacer pocas cosas, las más importantes para ti. Pero hazlas bien, concéntrate en ellas, inviérteles tiempos y pasión. ¡No necesitas más!

*Agustín Garizábalo ha sido parte del proceso de futbolistas colombianos como Juan Guillermo Cuadrado, Luis Fernando Muriel, Abel Aguilar, Rafael Santos Borré, Freddy Montero, Felipe Pardo, Gustavo Cuella, entre otros.