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Tras el empate frente a Pasto, Cali sabía que no podía volver a dejar escapar los puntos. Por eso, salió decidido a definir el encuentro frente a Huila, en el Pascual Guerrero, desde el primer minuto.
Lo hizo. Apenas a los cuatro de la etapa inicial, Cristian Nazarith marcó el primer tanto del partido, ante el equipo de Néstor Otero, entonces impávido y sorprendido. El arranque inicial no estuvo correspondido con el resto del desarrollo, pues el cuadro de Julio Comesaña decidió especular, no demasiado interesado en mantener el dominio del arranque.
En esa medida, fue un tramo aburrido, predecible, de poca acción, que también evidenció la falta de pulso de los de Neiva, incapaces de revertir el curso, resignados a la inercia. A esta altura, no parecía casualidad que los de Otero hubieran perdido, en la primera fecha del cuadrangular A, ante Tolima, como tampoco era descabellado pensar que lucían cada vez menos como un conjunto finalista.
Al principio del segundo tiempo, el uruguayo Gustavo Biscayzacú aprovechó un rebote y marcó el 2-0 de los caleños, que sentenciaban el marcador y el trámite del cotejo. Sin embargo, nunca supieron mantener la superioridad o neutralizar a Huila, que remaba como podía.
Cierto es que a 20 minutos del final, Alejandro Vélez descontó para los opitas y los volvió a meter al partido, esperanzados como estaban de un empate que al menos los pusiera a sumar. No sucedió, desde luego: sin argumentos, los futbolistas de Otero sucumbieron al rumbo marcado por dos fogonazos, golpes tan certeros como imprevistos, que Cali tuvo en su momento.
Con 4 puntos, los verdes treparon transitoriamente al liderato del grupo, a la espera del enfrentamiento entre Tolima y Pasto. Los huilenses, por su lado, ya en el sótano de la tabla, ven la final escaparse.