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Dicen que todas las plagas llegan juntas, y a quien se atreva a dudarlo la actual situación del Deportivo Pereira lo obligará a retractarse. El equipo matecaña acumuló un año sin conocer la victoria en el rentado local, se adueñó de los predios de la promoción al ser hoy penúltimo y las gestiones administrativas del último tiempo no han sido las mejores. Y, para completar, tiene que responder por el acta de defunción de una lechuza, luego de que su zaguero panameño Luis Moreno agrediera al ave rapaz, en Barranquilla.
En la quinta fecha del Apertura, tras el empate a cero ante el Atlético Huila, el Pereira completó 31 partidos sin sumar de a tres, es penúltimo en la clasificación y tendrá que buscar una victoria en el calor del estadio General Santander, cuando hoy (3:30 p.m.) visite al Cúcuta Deportivo.
A pesar de este antirrécord, la marca mayor la lleva sobre sus hombros su rival de hoy, el cuadro motilón, que alcanzó la cifra de 36 partidos sin conocer la victoria.
Sin embargo, los pereiranos se inyectan optimismo con la llegada de Freddy Totono Grisales a sus filas. Así lo corrobora el volante zurdo Gustavo Victoria, capitán del equipo: “El problema de nosotros es que con esta racha nos presionamos. Hemos empatado en 11 de esos 31 partidos y en muchos de éstos no hemos merecido perder. Sabemos que con el grupo de este año y con el cambio administrativo que tuvo la institución podemos ganar en cualquier momento”.
En un año el Pereira sólo ha convertido 24 goles, ha recibido 44 y la última vez que festejó un hincha matecaña fue el 27 de marzo de 2010 en su patio, ante Real Cartagena (3-0), cifras desalentadoras para sus seguidores y exjugadores. Pompilio Páez lamenta la situación del cuadro en el que jugó 11 años en las décadas de los 80 y 90.
El hoy asistente técnico de Juan Carlos Osorio —otro risaraldense— en el Once Caldas asegura que “da mucha tristeza, y el profesor Osorio y yo lo lamentamos y confiamos en que pronto lo puedan sortear. Esta afición se merece mucho y en mis épocas de jugador luché por darle el título y paradójicamente se lo vine a dar al archirival”, dice Páez, el jugador que más ha vestido la camiseta roja y amarilla del Pereira.
Otro de los factores que influye es que el equipo de la Perla del Otún aún no puede jugar en su estadio, pues el Hernán Ramírez Villegas está en remodelaciones desde el año pasado con el fin de ser digno escenario del Mundial Juvenil.
Por tal razón, los dirigidos por Einar Angulo han tenido que jugar en el estadio Alfonso López Pumarejo, de Cartago, y en el Alberto Mora Mora, de Pereira. “Por eso hay malas taquillas, pues tienen que ir hasta Cartago y, además, los resultados no motivan a asistir y el Pereira siempre juega en condición de visitante”, aseguran integrantes del plantel y el cuerpo técnico.
No obstante, el meollo del asunto va más allá de lo deportivo y cerca más a lo administrativo. “A nosotros no nos pagaban seguridad social, salud, riesgos profesionales y el equipo debía parafiscales”, asegura Wálter Aristizábal, técnico que dirigió al equipo en el Finalización del año pasado.
“Además de que ha habido jugadores que han sido perjudiciales para la institución, a quienes no me compete nombrarlos, cuando dirigí el año pasado no encontré apoyo económico del gerente Rubén Darío Henao, quien era el que ponía la cara y prometió cosas que no cumplió. Esa administración nos mintió al cuerpo técnico y a los jugadores”, añade Aristizábal, quien ascendió al equipo en 2000.
En septiembre del año pasado Francisco Javier López regresó a la presidencia de la institución y reemplazó a Bernardo Gómez. En la gestión de López Bedoya, en 2005, el entonces equipo dirigido por Wálter Aristizábal se clasificó a las semifinales y estuvo a punto de hacerlo a la gran final.
El nuevo presidente llegó con el fin de reorganizar la institución en la parte administrativa y él mismo reconoce que lo está logrando. “Se canceló ya todo en lo que compete a seguridad social, salud y riesgos profesionales, así como se solucionaron unas demandas laborales en ejecución en contra del equipo y nos reorganizamos. Estamos solucionando la desorganización producto de las malas administraciones pasadas”, argumentó Francisco Javier López.
Además, “a los jugadores ya se les pagó todo. Acá ya no tienen problemas económicos, por eso esperamos que lo más pronto posible empiecen a ganar para que estén a la altura de lo que esta ciudad se merece”, concluyó.
El Espectador también se contactó con Rubén Darío Henao, quien se defendió de lo que dijeron en su contra: “Siempre le explicaba a los técnicos y jugadores sobre la situación que tenía el equipo, que arrastrábamos con una suma de deudas cercana a los $1.700 millones y por eso era difícil pagar a tiempo”.
Por otro lado, en cuanto al desempeño de la gestión pasada, aseveró que “nuestro objetivo era democratizar el equipo, íbamos en proceso. Pero el proyecto lo tumbaron con la nueva gestión, cuya finalidad no es la misma”, aseguró Henao.
Así pues, sin saber cuál es la cabeza del problema, el Pereira se asoma a un abismo que lo conduce a la B. Sin embargo, hay actitud de querer revertir tal situación, tanto de dirigentes como jugadores, y una anhelada victoria hoy sería más que saludable para los hinchas.