
Mao Molina, leyenda del DIM.
Mauricio Molina era muy joven cuando entendió qué significaba ser hincha del Deportivo Independiente Medellín. En la casa de su abuelo, todos los años, se prendía una vela con la misma promesa: “¡Este año sí!”. Su papá lo llevaba al estadio desde que era un niño y ahí forjó el amor incondicional que nació de la frustración de cada campeonato perdido. “Yo crecí envuelto en eso”, recuerda. La esperanza renacía en cada arranque de campeonato y moría, invariablemente, cuando al final llegaban las decepciones: “¡Este año tampoco!”. Sin embargo, en...
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