¡Hasta siempre campeón!

Cuando Édgar Perea regresó de su misión diplomática como Embajador de Colombia en Sudáfrica, decidió radicarse en Bogotá con Angélica, su joven esposa. Llegó el Mundial Sub 20 y me correspondió el privilegio de comentar a su lado en La Z de Todelar ese certamen que ganó Brasil. Me impactó su vigencia, su tono, su precisión y su grito de gol, como si el tiempo no hubiera pasado. Perea conservaba la alegría por el deporte y por la radio. Sin embargo, el más grande relator de todos los tiempos en Colombia, quiso hacer una nueva pausa para tomarse con más tranquilidad esa etapa de su vida en Bogotá.

El regreso triunfal

En enero de 2015, ante la ida de Benjamín Cuello a Caracol, invité a Édgar para que retomara la narración. Se puso feliz, no lo pensó mucho y arreglamos rápido. El Equipo Titular se dio el lujo de anunciar la contratación oficial de 'El Campeón' Édgar Perea para relatar todos los partidos de Santa Fe y Millonarios en El Campín.

Aquél domingo, su llegada a la cabina número cinco de la tribuna occidental, fue todo un acontecimiento. Entre aficionados, saludos, fotos y autógrafos, se ubicó -impecablemente vestido y con lentes deportivos- en su trono. Instaló sus audífonos, pidió volumen, repasó formaciones, muduló su micrófono y comenzó su concierto al ritmo del clásico capitalino. Con su voz vibrante, toque por toque, al lado de la bola, el fútbol como es el fútbol, volvió a su corazón grande y a su garganta llena de gol y resonancia.

Y, así pasaron más de 100 partidos entre Liga, Copa Colombia, Copa Libertadores y Suramericana con el interminable sello de una leyenda de la radio que trasladó con maestría -hasta el final-, el estadio al oído de varias generaciones de colombianos.

A Barranquilla...

En el amanecer de 2016, me agradeció la oportunidad, -aunque, el agradecido fui yo-, pero me dijo que "por recomendación médica debía regresar a Barranquilla". La noticia me alegró, porque si bien nos íbamos a privar de su talento inmortal en el estadio, su descenso al nivel del mar, era lo mejor para su salud. Desde su entrañable 'curramba', nos seguiría acompañando al aire en los programas nacionales.

A este ícono, el retiro de la radio, nunca se le pasó ni remotamente por la cabeza. Comentando los deportes, se sentía vivo.

Mano a Mano

Dos semanas atrás, Édgar Perea participó en el Mano a Mano -la discusión del fútbol con argumentos-, por la cadena Colmundo Radio. Y, lo hizo en su tono sonoro y con sus ideas.

Como todas las noches, defendió sus conceptos con esa convicción que lo identificó por más de 50 años de actividad. Controvirtió con el comentarista español Samuel González por la decisión de Zinedine Zidane de marginar a James Rodríguez del once titular de Real Madrid. Y así como apoyó toda la vida a su Júnior de Barranquilla, tomó partido por el fútbol de Barcelona. Se refirió al buen criterio de José Pékerman en los últimos juegos de la Selección Colombia. En fin, habló de todo y de todos, con una claridad poco usual en un 'joven' de 80 años. Su memoria estaba inquebrantable y su voz, nunca envejeció. Recreó nombres de hoy con figuras del ayer, como un hábil malabarista del tiempo.

Desde la comodidad de su casa y técnicamente instalado con una consola moderna, su actuación al aire, de ocho a nueve de la noche, era un tratado deportivo de actualidad, fruto de su preparación y constancia. Perea, veía, leía, escuchaba y se documentaba durante todo el día.

Fue un auténtico orgullo dirigir un espacio radial con el concurso de semejante titán de la radio quien nunca negoció sus principios y llamó "al pan, pan; y al vino, vino".

En El Equipo Titular lo recordaremos por su carisma, calidad, simpatía, altruismo, liderazgo, profesionalismo y pasión. Su legado es el más valioso tesoro. Y, su frase de despedida al aire, será tan inolvidable como su vida y obra: "sigan siendo felices, Édgar les dice".

Hasta siempre, 'Campeón'...

Cuando Édgar Perea regresó de su misión diplomática como Embajador de Colombia en Sudáfrica, decidió radicarse en Bogotá con Angélica, su joven esposa. Llegó el Mundial Sub 20 y me correspondió el privilegio de comentar a su lado en La Z de Todelar ese certamen que ganó Brasil. Me impactó su vigencia, su tono, su precisión y su grito de gol, como si el tiempo no hubiera pasado. Perea conservaba la alegría por el deporte y por la radio. Sin embargo, el más grande relator de todos los tiempos en Colombia, quiso hacer una nueva pausa para tomarse con más tranquilidad esa etapa de su vida en Bogotá.

El regreso triunfal

En enero de 2015, ante la ida de Benjamín Cuello a Caracol, invité a Édgar para que retomara la narración. Se puso feliz, no lo pensó mucho y arreglamos rápido. El Equipo Titular se dio el lujo de anunciar la contratación oficial de 'El Campeón' Édgar Perea para relatar todos los partidos de Santa Fe y Millonarios en El Campín.

Aquél domingo, su llegada a la cabina número cinco de la tribuna occidental, fue todo un acontecimiento. Entre aficionados, saludos, fotos y autógrafos, se ubicó -impecablemente vestido y con lentes deportivos- en su trono. Instaló sus audífonos, pidió volumen, repasó formaciones, muduló su micrófono y comenzó su concierto al ritmo del clásico capitalino. Con su voz vibrante, toque por toque, al lado de la bola, el fútbol como es el fútbol, volvió a su corazón grande y a su garganta llena de gol y resonancia.

Y, así pasaron más de 100 partidos entre Liga, Copa Colombia, Copa Libertadores y Suramericana con el interminable sello de una leyenda de la radio que trasladó con maestría -hasta el final-, el estadio al oído de varias generaciones de colombianos.

A Barranquilla...

En el amanecer de 2016, me agradeció la oportunidad, -aunque, el agradecido fui yo-, pero me dijo que "por recomendación médica debía regresar a Barranquilla". La noticia me alegró, porque si bien nos íbamos a privar de su talento inmortal en el estadio, su descenso al nivel del mar, era lo mejor para su salud. Desde su entrañable 'curramba', nos seguiría acompañando al aire en los programas nacionales.

A este ícono, el retiro de la radio, nunca se le pasó ni remotamente por la cabeza. Comentando los deportes, se sentía vivo.

Mano a Mano

Dos semanas atrás, Édgar Perea participó en el Mano a Mano -la discusión del fútbol con argumentos-, por la cadena Colmundo Radio. Y, lo hizo en su tono sonoro y con sus ideas.

Como todas las noches, defendió sus conceptos con esa convicción que lo identificó por más de 50 años de actividad. Controvirtió con el comentarista español Samuel González por la decisión de Zinedine Zidane de marginar a James Rodríguez del once titular de Real Madrid. Y así como apoyó toda la vida a su Júnior de Barranquilla, tomó partido por el fútbol de Barcelona. Se refirió al buen criterio de José Pékerman en los últimos juegos de la Selección Colombia. En fin, habló de todo y de todos, con una claridad poco usual en un 'joven' de 80 años. Su memoria estaba inquebrantable y su voz, nunca envejeció. Recreó nombres de hoy con figuras del ayer, como un hábil malabarista del tiempo.

Desde la comodidad de su casa y técnicamente instalado con una consola moderna, su actuación al aire, de ocho a nueve de la noche, era un tratado deportivo de actualidad, fruto de su preparación y constancia. Perea, veía, leía, escuchaba y se documentaba durante todo el día.

Fue un auténtico orgullo dirigir un espacio radial con el concurso de semejante titán de la radio quien nunca negoció sus principios y llamó "al pan, pan; y al vino, vino".

En El Equipo Titular lo recordaremos por su carisma, calidad, simpatía, altruismo, liderazgo, profesionalismo y pasión. Su legado es el más valioso tesoro. Y, su frase de despedida al aire, será tan inolvidable como su vida y obra: "sigan siendo felices, Édgar les dice".

Hasta siempre, 'Campeón'...