Los once clubes de Quintabani

Exactamente hace 40 años Óscar Héctor Quintabani llegó a Colombia. Él, quien fue arquero de River Plate y Argentinos Juniors, venía como refuerzo para el Once Caldas de Manizales.

“Respetá y te van a respetar”, le dijo su viejo antes de despedirse, en su natal Buenos Aires, sin sospechar siquiera que sería un adiós casi definitivo, porque el destino hizo que Óscar Héctor hiciera de Colombia su hogar.

Como futbolista defendió los colores de Once Caldas, Tolima y Pereira, antes de colgar los guayos. Según el historiador Guillermo Ruiz Bonilla, “era un arquero serio, seguro y con liderazgo”, que jugó 288 partidos de Liga antes de retirarse, en 1985.

Durante un par de años se preparó para ser entrenador y se hizo cargo de las divisiones menores del Pereira, hasta que en 1990 asumió como técnico del primer equipo.

El martes pasado fue presentado como nuevo timonel del Deportes Tolima, el undécimo club colombiano que dirige, lo que lo convierte en el estratega que más equipos profesionales ha manejado en nuestro país, por encima de Fernando Pecoso Castro (10) y Julio Avelino Comesaña (9).

“Bueno, han sido muchos años felices acá, siempre me sentí muy cómodo en este país. Soy colombiano”, asegura Quintabani, quien como entrenador ha estado vinculado a Pereira, Quindío, Tuluá, Cali, Pasto, Nacional, Millonarios, Júnior, Cúcuta, Águilas Doradas y ahora Tolima. En el exterior solamente trabajó para el Deportivo Quito, de Ecuador.

Por eso, y más de 700 partidos oficiales dirigidos, tiene autoridad como nadie para hablar del balompié local. “No tengo dudas de que el fútbol colombiano es de primer nivel en el continente. Ha evolucionado, se ha desarrollado y ha ido superando todos los obstáculos que se le han presentado. En 30 años ha cambiado todo en la sociedad y, por supuesto, en nuestro deporte”.

Por respeto no se atreve a calificar a clubes o directivos, pero asegura que ha conocido de todo, “los que están muy bien organizados, los que trabajan con las uñas, los que pagan bien y los que consignan una quincena en tres cuotas”.

Con todos, sin embargo, ha tenido muy buena relación, incluso con esos en los que no ha tenido buenos resultados.

“Quiero mucho al Pereira y a la ciudad, cómo no. Fue mi casa muchos años. Tengo un cariño especial por el Pasto, porque gané allí mi primer título grande. En Nacional fui bicampeón y me radiqué en Medellín. Lamento, por ejemplo, que no haya podido disfrutar de la grandeza de Millonarios, porque las cosas no se dieron”, asegura con algo de nostalgia, pero también con satisfacción, porque por donde pasó dejó amigos y una imagen de persona respetuosa, seria y amable.

Nunca tuvo inconvenientes para manejar sus grupos, aunque reconoce que no en todas las ciudades lo acogieron con cariño. Asegura que uno de los momentos más tristes de su carrera fue cuando un rayo mató a Herman Carepa Gaviria y Giovanni Córdoba, durante un entrenamiento con el Deportivo Cali.

“Alegrías, muchas, porque el fútbol es una adicción. Cuando uno lleva algún tiempo sin dirigir, volver es como un renacer”, dice.

Su etapa con el Tolima comenzará oficialmente este sábado cuando enfrente al Atlético Nacional, desde las 8:00 p.m.

“Estamos trabajando acá desde el domingo, tratando de que la transición sea lo menos traumática posible para el equipo, pues cada técnico tiene su estilo”, señala en referencia a Gregorio Pérez, su antecesor, quien dejó el cargo por diferencias con el dueño del club, Gabriel Camargo.

“Nuestra intención es aprovechar al máximo las características de los jugadores que tenemos, implementar buen fútbol interno, pero también por las bandas. Se vienen muchos partidos de Liga, Copa y Sudamericana, todavía tenemos algunos hombres en recuperación, vamos a tratar de ponernos a punto pronto”.

El próximo 4 de junio Quintabani celebrará su cumpleaños número 67 con un récord que será difícil de superar, el de el entrenador que más equipos ha dirigido en Colombia.

Exactamente hace 40 años Óscar Héctor Quintabani llegó a Colombia. Él, quien fue arquero de River Plate y Argentinos Juniors, venía como refuerzo para el Once Caldas de Manizales.

“Respetá y te van a respetar”, le dijo su viejo antes de despedirse, en su natal Buenos Aires, sin sospechar siquiera que sería un adiós casi definitivo, porque el destino hizo que Óscar Héctor hiciera de Colombia su hogar.

Como futbolista defendió los colores de Once Caldas, Tolima y Pereira, antes de colgar los guayos. Según el historiador Guillermo Ruiz Bonilla, “era un arquero serio, seguro y con liderazgo”, que jugó 288 partidos de Liga antes de retirarse, en 1985.

Durante un par de años se preparó para ser entrenador y se hizo cargo de las divisiones menores del Pereira, hasta que en 1990 asumió como técnico del primer equipo.

El martes pasado fue presentado como nuevo timonel del Deportes Tolima, el undécimo club colombiano que dirige, lo que lo convierte en el estratega que más equipos profesionales ha manejado en nuestro país, por encima de Fernando Pecoso Castro (10) y Julio Avelino Comesaña (9).

“Bueno, han sido muchos años felices acá, siempre me sentí muy cómodo en este país. Soy colombiano”, asegura Quintabani, quien como entrenador ha estado vinculado a Pereira, Quindío, Tuluá, Cali, Pasto, Nacional, Millonarios, Júnior, Cúcuta, Águilas Doradas y ahora Tolima. En el exterior solamente trabajó para el Deportivo Quito, de Ecuador.

Por eso, y más de 700 partidos oficiales dirigidos, tiene autoridad como nadie para hablar del balompié local. “No tengo dudas de que el fútbol colombiano es de primer nivel en el continente. Ha evolucionado, se ha desarrollado y ha ido superando todos los obstáculos que se le han presentado. En 30 años ha cambiado todo en la sociedad y, por supuesto, en nuestro deporte”.

Por respeto no se atreve a calificar a clubes o directivos, pero asegura que ha conocido de todo, “los que están muy bien organizados, los que trabajan con las uñas, los que pagan bien y los que consignan una quincena en tres cuotas”.

Con todos, sin embargo, ha tenido muy buena relación, incluso con esos en los que no ha tenido buenos resultados.

“Quiero mucho al Pereira y a la ciudad, cómo no. Fue mi casa muchos años. Tengo un cariño especial por el Pasto, porque gané allí mi primer título grande. En Nacional fui bicampeón y me radiqué en Medellín. Lamento, por ejemplo, que no haya podido disfrutar de la grandeza de Millonarios, porque las cosas no se dieron”, asegura con algo de nostalgia, pero también con satisfacción, porque por donde pasó dejó amigos y una imagen de persona respetuosa, seria y amable.

Nunca tuvo inconvenientes para manejar sus grupos, aunque reconoce que no en todas las ciudades lo acogieron con cariño. Asegura que uno de los momentos más tristes de su carrera fue cuando un rayo mató a Herman Carepa Gaviria y Giovanni Córdoba, durante un entrenamiento con el Deportivo Cali.

“Alegrías, muchas, porque el fútbol es una adicción. Cuando uno lleva algún tiempo sin dirigir, volver es como un renacer”, dice.

Su etapa con el Tolima comenzará oficialmente este sábado cuando enfrente al Atlético Nacional, desde las 8:00 p.m.

“Estamos trabajando acá desde el domingo, tratando de que la transición sea lo menos traumática posible para el equipo, pues cada técnico tiene su estilo”, señala en referencia a Gregorio Pérez, su antecesor, quien dejó el cargo por diferencias con el dueño del club, Gabriel Camargo.

“Nuestra intención es aprovechar al máximo las características de los jugadores que tenemos, implementar buen fútbol interno, pero también por las bandas. Se vienen muchos partidos de Liga, Copa y Sudamericana, todavía tenemos algunos hombres en recuperación, vamos a tratar de ponernos a punto pronto”.

El próximo 4 de junio Quintabani celebrará su cumpleaños número 67 con un récord que será difícil de superar, el de el entrenador que más equipos ha dirigido en Colombia.