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A las 4:23 p.m., una hora y 37 minutos antes de que el árbitro Óscar Julián Ruiz diera el pitazo inicial, los 40 mil hinchas del Independiente Medellín se levantaron de las gradas del Atanasio Girardot como si estuviesen celebrando un gol.
La razón para el alborozo fue la aparición en la cancha del estadio antioqueño del volante Mauricio "Mao"Molina, uno de los ídolos de la afición del Poderoso. Mao, quien hoy juega en el fútbol de Corea del Sur, marcó uno de los goles más importantes en la historia del Independiente Medellín, el 1-1 ante Pasto en 2002, el mismo que selló el título del onceno rojo en la Copa Mustang II. De ahí la bienvenida de la hinchada.
Tres minutos después apareció en la pantalla gigante del Atanasio la imagen del bus que transporta al DIM ingresando a su camerino. Una y otra vez Jackson Martínez, Aldo Bobadilla y Jhon Javier Restrepo, los líderes del cuadro medellinense, repiten que hasta ahora no se ha ganado nada y que el Huila es un gran equipo.
Los números lo ratifican, los que se enfrentan esta tarde en el segundo partido de la gran final del Fútbol Colombiano son los de mejores resultados en la Mustang II.
Pero lo que se vive a esta hora en el escenario deportivo es el fiel reflejo de la ola que hoy cubre a Antioquia, y sobre todo a su capital. El fervor por el onceno de Leonel Álvarez se percibe en las banderas que ondean en las casas, en los carros, en los cientos de hinchas del Medellín que hoy han sacado a relucir camisetas de todas las tonalidades que pueda tener el rojo.