
El futbolista fue asesinado en el restaurante El Indio, en la vía Las Palmas de Medellín. /Archivo.
Foto: Archivo
Andrés Escobar, más que un hombre, fue un ídolo. Y así quedó registrado en las imágenes de una multitud acompañando un féretro envuelto en una bandera verde y blanca, en las fotos del defensor que aparecieron a lo largo de un peregrinaje que paralizó a Medellín y en el llanto incesante de Santiago su hermano, en el rostro absorto de otros familiares y en la nostalgia de un país que una vez más vio cómo el fútbol y la violencia cruzaban sus caminos.
Humberto Muñoz fue el que apretó el gatillo de un arma marca Llama, calibre 38 largo. Y no lo...
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