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Un catálogo de héroes

En los últimos 50 años, Colombia fue cambiando sus ídolos futbolísticos. Primero los héroes del 4-4 con Rusia, después el equipo de Maturana y ‘El Pibe’ Valderrama. Hoy brilla el combinado que supo armar José Pékerman y que venció al pentacampeón. Su próximo reto será derrotar a la fuerte Alemania.

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Jorge Cardona
05 de julio de 2014 - 03:16 a. m.
Durante 28 años, la selección que jugó en el Mundial de Chile-62 fue el referente futbolístico del país. / El Espectador
Durante 28 años, la selección que jugó en el Mundial de Chile-62 fue el referente futbolístico del país. / El Espectador
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Los colombianos mayores de 60 años o acercándose al sexto piso pueden recordarlo porque lo vivieron a través de la prensa y la radio. En su segunda presentación en el Mundial de Chile 1962, la selección de Colombia empató 4-4 con Rusia. A pesar de que el equipo fue eliminado en primera ronda y perdió sus juegos con Uruguay y Yugoslavia, el empate fue calificado como una hazaña nacional y los jugadores recibidos como héroes, y por muchos años ese fue el referente futbolístico nacional. Como lo será, ahora, el triunfo que ayer logró el combinado nacional.

La picaresca colombiana de entonces atribuyó el distintivo CCCP de la camiseta rusa a la libre interpretación “Con Colombia Casi Perdemos”. Jugadores como Efraín El Caimán Sánchez, el Olímpico Marcos Coll, Antonio Rada y Delio Maravilla Gamboa se convirtieron en ídolos de una afición que vio triunfar a estos y otros jugadores en la liga nacional. Pero fue una generación que no logró sostener el proceso deportivo y fracasó después en otros desafíos internacionales.

Luego llegaron los años 70 y con ellos una nueva cantera de futbolistas colombianos que, a pesar de que no lograron el objetivo de jugar un Mundial, sí contribuyeron a la evolución de este deporte en el país. En el plano de la dirigencia, la apuesta fue la escuela yugoslava, con los técnicos Todor Veselinovic y Blagoje Vidinic, que no coronaron la clasificación a Alemania 1974 ni Argentina 1978. No obstante, en el intermedio brilló otra selección que dejó historia para los aficionados colombianos.

Fue el combinado que en 1975, bajo la conducción técnica del Caimán Sánchez, alcanzó el subtítulo de la Copa América. Los aficionados mayores de 40 años aún recuerdan ese equipo de Pedro Zape, Óscar Bolaños, Arturo Segovia, Diego Umaña, Willington Ortiz, Ernesto Díaz y Ponciano Castro, que perdió la final con Perú en un dramático tercer juego en Venezuela. Esa selección demostró la evolución del fútbol colombiano asociada a los aportes de varios estrategas extranjeros.

En esa misma época comenzaron a llegar técnicos de importancia internacional que actualizaron los métodos de entrenamiento y competencia. Dos de ellos hicieron historia. Uno fue el argentino Osvaldo Juan Zubeldía, campeón intercontinental con Estudiantes de La Plata, que tomó las riendas del Atlético Nacional y formó una inolvidable escuadra, varios de cuyos integrantes también se hicieron técnicos con el paso del tiempo. Como Francisco Maturana, Pedro Sarmiento y Víctor Luna.

El otro referente fue el también campeón argentino Carlos Salvador Bilardo, que llegó al Deportivo Cali y logró el subcampeonato de la Copa Libertadores de América en 1978, perdiendo la final con Boca Juniors de Buenos Aires. Su experiencia le permitió ser escogido como el técnico de la selección de Colombia para las eliminatorias a España 1982. No tuvo éxito, pero sus directrices fueron claves para una nueva generación de jugadores que empezaba a abrirse paso en Colombia.

Entonces llegaron los años 80, el boom del narcotráfico, su filtración en algunos equipos del torneo local, y una transición determinante en materia futbolística. Tras el fracaso de la eliminatoria a México 1986, la dirigencia nacional confió el proceso de la selección a Francisco Maturana. La base fue el Atlético Nacional que en 1989 salió campeón de la Copa Libertadores, y se sumaron algunos experimentados, más la cantera de futbolistas que salió del Suramericano Juvenil de 1985.
El proceso dio sus frutos y Colombia estuvo presente en los mundiales Italia 1990, Estados Unidos 1994 y Francia 1998. Este último con la conducción técnica de Hernán El Bolillo Gómez. Fue una generación dorada de futbolistas que, encabezada por su capitán, Carlos El Pibe Valderrama, sumó entre otros a René Higuita, Óscar Córdoba, Andrés Escobar, Luis Fernando Herrera, Leonel Álvarez, Faustino Asprilla, Adolfo El Tren Valencia, Víctor Aristizábal, Antony de Ávila e Iván Ramiro Córdoba.

Los mayores de 25 años crecieron con la memoria del extraordinario gol agónico de Freddy Rincón en el 1-1 contra Alemania en Italia-90 o el recordado 5 a 0 propinado a Argentina en la eliminatoria a Estados Unidos. Sufrieron con la temprana eliminación del combinado nacional en 1994, lloraron por el asesinato de Andrés Escobar en julio del mismo año y fueron testigos del ocaso de una maravillosa generación de futbolistas que por primera vez puso en alto el nombre de Colombia en la galería del fútbol.

Después vinieron el declive, los errores de los dirigentes y la falta de jerarquía de los nuevos valores del fútbol. El último acierto fue la Copa América de 2001, que cerró también el ciclo Maturana. Sin presencia en los mundiales Corea-Japón 2002, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010, Colombia vio pasar a jugadores y técnicos sin que los éxitos volvieran. En medio de las frustraciones, en 2004, durante el Suramericano Juvenil disputado en el país, se dio la señal de que algo estaba sucediendo.

De la mano del técnico Eduardo Lara, el equipo fue campeón del torneo y aparecieron jugadores determinantes: Cristian Zapata, Abel Aguilar, Camilo Zúñiga, Wason Rentería, Dayro Moreno, Freddy Guarín y Radamel Falcao García, entre otros. La ilusión fue mayor cuando en los años siguientes se fueron sumando otros futbolistas como James Rodríguez, David Ospina, Juan Guillermo Cuadrado, Teófilo Gutiérrez, Carlos Bacca, Jackson Martínez, Éder Álvarez Balanta y Pablo Armero.

Sólo faltaba un guía para que esta generación de profesionales del fútbol se encontrara como equipo y le devolviera a Colombia su protagonismo deportivo. Ese fue el exjugador y técnico argentino José Néstor Pékerman, quien echó mano de algunos veteranos como Mario Yepes, Amaranto Perea y Faryd Mondragón para rodearlos del talento de los más jóvenes. Primero llegó la clasificación a Brasil 2014 y luego la histórica presentación del seleccionado que siempre será recordada.

Hoy, desde los niños de la primera década del siglo XXI hasta los abuelos que a su misma edad vibraron con los aciertos del 4-4 con Rusia en 1962, todos los colombianos tienen en la memoria una pléyade de momentos e ídolos. Los goles de Falcao en la eliminatoria, las atajadas de Ospina para avanzar en la primera ronda, las descolgadas de Cuadrado o Zúñiga zigzagueando rivales, el baile colectivo de celebración orquestado por Armero o la magia del nuevo rey del fútbol mundial, James Rodríguez.

Por Jorge Cardona

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