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Valoyes y Calle: ¿Triplemente poderosos?

Ricardo Calle y César Valoyes buscarán hoy en el Atanasio su tercer título con el DIM.

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Fabián Mauricio Rozo Castiblanco
20 de diciembre de 2009 - 02:15 a. m.
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Este año sí. Esa era la frase desbordada en ilusión que cada enero pronunciaban los hinchas del Medellín, con la que esperaban ponerle fin a una racha sin títulos que se extendía con el paso de cada temporada.

De Poderoso pasaron a llamarlo hasta Perderoso y no faltó el que propusiera cambiarle el nombre por Independiente Resignación, pero en el Clausura 2002 tantas súplicas acumuladas terminaron siendo escuchadas y fue así como el milagro para algunos o proeza, según otros, tomó forma de estrella, la tercera para más señas.

Lejos del Atanasio y muy cerca de Ecuador, el DIM volvía a bordear un campo de juego con trofeo en alto, en una vuelta olímpica que llaman. En el estadio La Libertad de Pasto, el rojo de la montaña, luego de ver durante 45 años festejos ajenos, daba por fin el suyo gracias a un equipo que nunca generó más expectativas de las debidas, pero creyó en sí mismo.

De eso lo convenció su técnico, Víctor Luna, quien fue capaz de mezclar el orden con el buen juego. Un plantel que contó con la seguridad y juventud de David González en el arco, el liderazgo de Andrés Orozco en la zaga, el equilibrio de John Javier Restrepo en la mitad, y el talento ilimitado en hombres como David Montoya, Mauricio Molina y Mahler Tressor Moreno.

A Ricardo Calle, que también integró ese grupo y se colgó la medalla de oro en la frontera, poco o nada le importa que lo recuerden porque siempre ha sido de perfil bajo, el mismo que le indicó que era bueno tomarse un aire en Envigado Fútbol Club para luego regresar al Medellín y estar cerca de ser, junto a César Valoyes, uno de los dos jugadores tricampeones con el popular conjunto antioqueño.

“Siempre será importante hacer historia y más en un equipo como éste, que disfruta de manera particular cada logro”, es lo único que la modestia le permite decir al lateral derecho, que siente esta final de manera especial, como quiera que en las dos anteriores y ganadas apenas pudo disputar un juego completo.

En la primera disputa, por ejemplo, Calle fue emergente en ambos juegos frente al Pasto, aunque pudo actuar en cada uno y, lo mejor, se dio el lujo de escuchar el pitazo final en la vuelta. En la ida jugó los últimos 21 minutos, tras reemplazar a Alexánder Jaramillo aquel diciembre 18 de 2002 en el Atanasio, donde el local triunfó 2-0.

Cuatro días después ingresaría igualmente en el complemento en lugar de David Montoya y estaría un minuto más, tiempo que no llevó en realidad porque “era tanta la emoción, que uno ni sabía con quién se abrazaba, la felicidad era única y ni hablar cuando regresamos a Medellín porque la ciudad no durmió ese domingo”.

En la final de 2004 contra Nacional, el defensor apenas estuvo dos minutos en la cancha cuando entró por Jorge Horacio Serna (junio 23) y en el encuentro decisivo ante los verdes, de nuevo en el Atanasio, se sumó a la celebración al final porque no actuó, pero igual “la alegría fue inmensa porque vencer al rival de patio es algo que se celebra de forma diferente”.

De eso también da fe John Javier Restrepo, que ha ganado varios clásicos y quien sueña con el bicampeonato para “dedicárselo a esa hinchada que nos ha llenado el estadio en las últimas fechas. Es lindo ver ese marco rojo y así me lo imagino el domingo, con toda esa gente depositando la mayor energía para alcanzar el objetivo final”.

Choronta, capitán del campeón en 2002 y participante en los dos juegos contra los nariñenses, mas no en la consagración de 2004 porque militaba entonces en el Cruz Azul de México, desde el DF siempre extrañó “a la afición del Medellín, que lo que te genera siempre es diferente porque alienta incondicionalmente y siempre te corea, en las buenas y malas”.

Hay más de un campeón...

El que sí dio las dos vueltas olímpicas recientes es César Augusto Valoyes, quien casualmente llegó a mediados de año de territorio azteca, donde no tuvo mayor oportunidad en el Veracruz, y pudo recalar finalmente este torneo en el equipo de sus amores, en el que parece tener asegurado no sólo un lugar, también reserva al éxito.

Sin ser titular en ninguna de las tres campañas, el atacante de Bahía Solano terminó dando la vuelta en las de la tercera y cuarta estrella y espera que esta vez no sea la excepción… “En las anteriores finales no jugué, pero ya el miércoles lo hice un rato y pude darle una mano al equipo para conseguir un resultado importante que ahora en nuestra casa debemos convertir en definitivo”.

Otro que vive una situación similar y que pese a carecer de regularidad no se cambia por nadie es Rafael Arlex Castillo, integrante del plantel (dos presencias y 34 minutos de juego en el Clausura), quien estuvo en la consagración de 2004, siendo protagonista de primer orden porque en la ida jugó 71 minutos y anotó un gol, mientras en el último y definitivo encuentro alcanzó a estar 66.

Rafa se esperanza con un nuevo título y también Édgar Carvajal, campeón como jugador en 2002 y dos años después en calidad de asistente técnico. Ahora El Pánzer, en esa misma labor, anhela “culminar el camino con un grupo excepcional que de principio a fin ha demostrado de qué está hecho y de lo que es capaz de lograr”.

Palabras que alguna vez escucharon Samuel Vanegas y César Rivas, quienes también saben lo que es conseguir un título. El central lo hizo con Nacional en 1999 y cuatro años después vestido de blanco gracias al Once Caldas en el Apertura 2003. Ese mismo año, pero en el Finalización, el delantero dio la vuelta con el Tolima cuando el vinotinto se impuso sobre el Cali en el Pascual.

Ellos tendrán argumentos de sobra para hacerles entender a los demás la oportunidad histórica que tienen esta tarde y que en el caso del entrenador, Leonel de Jesús Álvarez, sólo se le dio una vez en el rentado cuando vestía de cortos, en la temporada 92, defendiendo la camiseta del América que en El Campín alcanzó su octava corona de la mano de Francisco Maturana, quien hoy, junto a Bolillo Gómez, profeso hincha del DIM, está invitado a la final.

Ricardo Calle y César Valoyes son dos protagonistas de esta fiesta. Están cerca del ‘Tri’ y aunque en su momento dijeron “Este año sí”, ahora afirman con la misma ilusión de entonces: “Este año también”.

Por Fabián Mauricio Rozo Castiblanco

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