Queiroz y su deseo de unión para potenciar a la selección de Colombia

El entrenador portugués destacó en su presentación que su idea es cuidar “el prestigio y la reputación del fútbol colombiano en el mundo”.

Jesús de La Hoz
08 de febrero de 2019 - 03:14 a. m.
Carlos Queiroz en su presentación como seleccionador de Colombia.  / AFP
Carlos Queiroz en su presentación como seleccionador de Colombia. / AFP

En Bogotá la mañana era gris, el sol peleaba por buscarse un espacio y salir, pero las nubes le bloqueaban el paso, una constante en estos primeros días de febrero. Por la carrera 30, cerca al estadio El Campín, el ambiente estaba tranquilo. Parecía un festivo por el Día Sin Carro, las calles estaban llenas de bicicletas y una que otra persona se encontraba ejercitándose. La calma antes del alboroto. El reloj marcó las 12:30 p.m. cuando el bullicio se hizo intenso. Apareció ante el país la figura de Carlos Queiroz. Amable, sonriente, elegante.

“Voy a intentar hacer lo mejor para cuidar bien el patrimonio, prestigio y reputación que tiene el fútbol colombiano en todo el mundo”, fueron sus primeras palabras tras firmar el contrato que lo vincula como entrenador de la selección nacional por los próximos cuatro años.

De carácter apacible, se presentó ante casi 100 periodistas que se reunieron en la sede deportiva de la Federación Colombiana de Fútbol. Siempre midió sus palabras, no buscó generar falsas expectativas, por lo que fue sincero, tanto que se disculpó con todos porque aún no habla muy bien español. Aunque siguió de cerca el fútbol colombiano en los Mundiales de Brasil 2014 y Rusia 2018, resaltó que tan solo en los últimos días había estudiado el perfil de algunos jugadores. “En las pasadas semanas estuve centrado con la selección de Irán, pero tenemos planeado hacer un tour para poder hablar con algunos futbolistas y así empezar a tomar decisiones”, resalta.

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Hábil, planificador, reflexivo y eficaz para diseñar proyectos a largo plazo, como lo hizo en Manchester United, Irán y Portugal, país en el que fue artífice de la generación dorada, que contó con jugadores como Luis Figo, Rui Costa, Fernando Couto y João Pinto, entre otros, Queiroz tiene claro que el protagonismo está en los futbolistas, que las cámaras se enfocan en sus figuras. “Todo empieza con ellos y la parte más importante del proyecto son ellos”, precisa.

“El acuerdo que tenemos es que en mi trabajo hay que tener los ojos en el presente y el presente es la selección mayor. Esa es la prioridad, pero no podemos solamente centrarnos en la actualidad, sino también mirar hacia el futuro, por lo que tenemos que trabajar con diferentes jugadores que se encuentran en esas categorías para seguir potenciando el fútbol de este país”.

Para que el desarrollo del balompié nacional continúe su evolución, el portugués ve sumamente importante que exista una sinergia entre los que están vinculados a este deporte. Que todos aporten para que sigan saliendo futbolistas con grandes condiciones y que marquen diferencia a nivel internacional. “El contacto, la comunicación y la cooperación son fundamentales. No es posible tener éxito en un seleccionado si no hay unión entre las personas que conforman el fútbol. Por eso, mi intención es tener entrenadores colombianos para que todos trabajemos en busca de un bien común, como lo he hecho en diferentes países”.

Este hombre de exhalaciones largas y de una sonrisa interminable solo busca ganar. No le importa si tiene que irse por una línea de trabajo “rock and roll o samba”, como manifiesta, siempre y cuando la idea la entiendan los jugadores y lleven a su equipo a expresar un buen fútbol.

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“Si quieres ser campeón, hay que ser campeón todos los días”, dice. “Hay que preparase como campeones, con gran actitud. Al final, tenemos que sentirnos ganadores en todas las cosas de la vida. Es una actitud que nos lleva a discutir abiertamente entre todos. Mi opinión es que hay que identificar las necesidades para tomar decisiones. Y no tomarlas sin saber las necesidades. Me gustan los jugadores comprometidos con la misión y la ética de trabajo”.

Desde ya tiene claro los referentes de la selección de Colombia: James Rodríguez, Radamel Falcao García y David Ospina. Con los tres piensa reunirse en ese viaje que realizará por Europa. Ya habló con James. Se lo encontró en España antes de su viaje a Colombia. “Seguro que, para un futbolista con la calidad de él, jugar siempre es lo más importante. Hay que saber que cuando estás en los mejores equipos, con los mejores jugadores, algunas veces te toca sacrificarte. La evaluación que hago es que alrededor de los referentes hay que construir el futuro”, destaca.

Este entrenador nacido en Mozambique hace 65 años, de padres portugueses, es un hombre tranquilo, parsimonioso, que, cada vez que puede, se escapa a su país natal para maravillarse por la luz que despiden las estrellas en las noches, cuando algunas parecen estrellarse con el planeta. “Existe una época del año en la que las estrellas se ven con tanta nitidez que parecen descolgarse del cielo hasta rozar la tierra. Mirarlas produce hasta miedo”, resalta.

Ahora su foco está en Colombia. Ya se puso la camiseta amarilla y su objetivo principal es clasificar a la selección a su tercer Mundial consecutivo, el de Catar 2022.

Por Jesús de La Hoz

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