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El amor incondicional de Adolfo ‘El Tren’ Valencia por Independiente Santa Fe

El exdelantero de la selección de Colombia inició su carrera en el conjunto cardenal en 1988. En el aniversario número 80 de los albirrojos, El Tren habló con El Espectador sobre sus inicios en el equipo de sus amores y los recuerdos que guarda de su paso por el León.

Fernando Camilo Garzón
27 de febrero de 2021 - 09:50 p. m.
"El Tren" Valencia habló de su historia con Santa Fe, el club de sus amores. / Archivo El Espectador.
"El Tren" Valencia habló de su historia con Santa Fe, el club de sus amores. / Archivo El Espectador.
Foto: Crédito: Archivo El Espectador

Cuando Adolfo José Valencia llegó a Bogotá para jugar en Santa Fe, desde su natal Buenaventura, todavía no le decían El Tren. En ese entonces lo llamaban Adolfo, a secas.

Con el tiempo, al vallecaucano, que se empezó a destacar por su físico, sus goles y su gran velocidad, la afición santafereña lo reconocería con el apodo que lo hizo mundialmente famoso.

“Santa Fe es el equipo de mi alma, de mi corazón, de mis amores”, reconoce El Tren Valencia. Para él, los leones fueron la institución más importante de su carrera porque: “le dieron la oportunidad a un joven apasionado que venía desde Buenaventura, con ganas de comerse el mundo, de cumplir su sueño y por eso yo estoy muy agradecido”.

“Cuando llegué a Bogotá pasé mucho trabajo”. En ese entonces, Valencia, que vivía en un pequeño apartamento sobre la Avenida Caracas, todos los días pasaba largas jornadas montado en buses y flotas para poder llegar al Parque La Florida, en la Localidad de Engativá, que era el lugar donde los cardenales hacían sus entrenamientos.

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“Era una travesía tremenda. Tocaba recorrer la ciudad de polo a polo, pero uno lo hacía porque le gustaba y era su sueño”, recuerda El Tren.

“Ahora — dice el exfutbolista, que jugó en clubes históricos como Bayern Múnich en Alemania — los jóvenes piensan que todo llega fácil. Se olvidan de que el fútbol es un proceso y de que toca levantarse temprano todos los días a entrenar, a esforzarse y a trabajar duro para llegar lejos”.

En esos primeros meses, en los que la que no había para la comida, ni para los guayos, El Tren, y otros compañeros suyos como Fredy Rincón, trabajaron en la Ferretería de Rafael Pachón, hermano de Efraín Pachón, que fue presidente de los leones entre 1985 y 1990.

No eran jornadas sencillas, eran muy físicas. Le tocaba descargar todos los materiales que llegaban a la tienda y repetir la rutina una y otra vez. Al otro día, de nuevo, se levantaba a entrenar y en la tarde se iba otra vez a trabajar para poder tener algo con que comer.

“Don Rafael y don Efraín fueron muy buenos conmigo. A veces iban a Brasil y traían unos guayos marca Topper, y me los regalaban para que pudiera seguir jugando, porque no tenía dinero para vivir en Bogotá”.

De ahí, El Tren le cogió un cariño especial a Santa Fe, un amor casi filial hacia una institución que le permitió ser profesional y jugar al fútbol. “Para mí todos en Santa Fe fueron como unos padres. También, por ejemplo, Alfonso Sepúlveda, que cuando uno iba a su fábrica, él le daba a uno ropa, comida, medias y, mejor dicho, de todo”, recuerda Valencia mientras se emociona y dice que se siente mitad valluno y mitad rolo por el cariño que le dieron en el equipo.

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No obstante, más allá de la dureza de su llegada a Bogotá, en la cancha Adolfo José Valencia no la tuvo tan difícil como en la calle.

El Tren venía de Buenaventura. Tuvo un paso fugaz por Buga, en donde Independiente Santa Fe tenía un convenio con una escuela de futbolistas. Allí, Héctor Javier Céspedes, el hombre clave detrás del acuerdo, le pidió diez jugadores a Milciades Mina, el entrenador de Valencia en esos años.

El Tren fue uno de los escogidos y después de unos meses de entrenamiento llegó a Bogotá con la ilusión de poder quedarse en el equipo.

En su llegada a la capital, Céspedes le dijo a Diego Edison Umaña, director técnico de Santa Fe en esa época, que le prestara siete jugadores del equipo profesional para probar a los diez futbolistas que él había traído desde Buga y así saber si tenían madera para subir al primer equipo.

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Y así ocurrió. Organizaron un partido en el que El Tren y sus compañeros se enfrentaron con jugadores como Alfonso Cañón, Tulio Guerrero y Fabián Martínez, y les ganaron 1-0. “El profe Umaña ese día salió bravísimo y dijo que cómo era posible que unos jugadores que llegaban de tierra caliente les ganaran a los profesionales de Santa Fe, que jugaban en tierra fría”.

Gracias a esa primera muestra Umaña bajó de un tajo a diez jugadores de la plantilla y subió a todos los recién llegados. En menos de un mes, con 19 años, El Tren debutó profesionalmente en un partido contra Millonarios en 1988.

Para un joven de la edad de Valencia jugar al lado de grandes estrellas de esa época como Armando el pollo Díaz o Manuel Acisclo Córdoba era motivo de orgullo e inspiración. Para El Tren el gran objetivo era poder ser como ellos y algún día llegar a superarlos.

No fue tan complicado como parecía. Al año Valencia ya era una de las figuras del equipo. En el 89 ganó la Copa Colombia con los leones y en tan solo cuatro años con los cardenales llamó la atención del fútbol europeo y emigró hacia Alemania para ser dirigido por Franz Beckenbauer en Bayern Múnich.

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“Yo no soy el goleador histórico de Santa Fe porque jugué la mayor parte de mi carrera afuera, pero si me hubiese quedado en Bogotá, sería por mucho el jugador con más goles en la historia del equipo”.

Razones no le faltan para asumir que tendría una marca que no le pertenece. José Adolfo El Tren Valencia tuvo tres ciclos en Santa Fe: el primero de 1988 a 1992, en el cuál anotó 55 goles; el segundo de 1995 a 1996, con 10 goles anotados; el tercero en 2002, con 12 tantos más que se agregan a su cuenta. 78 goles en 209 partidos, que lo ubican como el séptimo jugador con más anotaciones en la historia del león.

“A mí en Santa Fe me fue bien porque la hinchada me quiere mucho y porque tenía entrenadores que me dejaban jugar y yo podía atacar, que es lo que a mí me gusta”.

Y así como recuerda su exitoso paso por el equipo también recuerda a las personas que lo acompañaron en el campo.

Según él el que mejor entendía las cosas en la cancha era, sin duda, Alfonso Cañón: “Eso era como una cosa mágica, con Cañoncito nosotros jugábamos de memoria. Él era un jugador con pausa y tranquilidad para dar los pases y ponerle a uno la bola para hacer el gol. Era en Santa Fe lo que después fue para mí en la selección El Pibe, de esos futbolistas que no se ven dos veces”.

Sin embargo, El Tren reconoce que en esa época todos eran buenos y prefiere reconocerlos a todos “fueron unos años muy bonitos, el futbol colombiano era otra cosa porque todos los talentosos estaban acá”. De ahora, el equipo de Santa Fe que más le ha gustado fue el que comandó Omar Pérez. “Ese era un equipo serio, parecido al que tuvimos cuando estuvo el profe Bolillo”.

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Y es que El Tren no se pierde un partido de Santa Fe por nada. Para él es indispensable estar pendiente todos los fines de semana de cómo se comporta el equipo, de cómo evoluciona y de si los jugadores sienten la camiseta de el León.

“Más ahora en la pandemia. A mí me cogió acá en Buenaventura con mi mamá. Entonces, yo que nunca he sido de estar en la calle y siempre me ha gustado estar en la casa, ahora me la paso viendo fútbol. Siempre observando a mi Santa Fe y también los partidos de Europa, de la Champions”.

Para lo único que sale Adolfo El Tren Valencia en estos días es para jugar con sus amigos partidas de dominó y de ajedrez. Y no son partidas comunes, según El Tren, perder una partida de ajedrez es como cuando perdía en Santa Fe un clásico contra Millonarios: “cuando eso pasa uno no quiere ver al otro por una semana”, dice y se ríe.

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Y así se pasa los días de la cuarentena El Tren Valencia, entre recuerdos de sus épocas gloriosas del fútbol y de sus buenos años en Santa Fe: “A toda esa hinchada hermosa de Bogotá, que siempre me trata con tanto cariño y respeto, no me queda nada más que agradecerle. Los felicitó por esos 80 años de Santa Fe. Esté donde esté siempre voy a ser santafereño y estaré muy orgulloso de decir que vestí esa camiseta”.

Por: Fernando Camilo Garzón - @FernandoCGarzon

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UJUD(9371)27 de febrero de 2021 - 11:07 p. m.
Gracias, Adolfo, inolvidable jugador.
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