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Entonces apareció Diego Barreto, hizo una pared con Manuel Palacios, remató cruzado y gol. Fue una jugada solemne. Alianza Petrolera le daba vuelta al marcador en un partido que había comenzado perdiendo contra Independiente Santa Fe. Ambos futbolistas se entendieron como si hubieran jugado juntos toda la vida. En ese momento los pocos asistentes al estadio Daniel Villa Zapata de Barrancabermeja saltaron, gritaron, gesticularon.
El juego empezó con una buena propuesta entre ambos equipos. Freddy Florez lo intentó por los locales con un remate de media distancia y la visita respondió con un tiro libre de John Freddy Pajoy que se estrelló en el travesaño y con un remate de Nicolás Gil que se fue cerca del palo derecho de la portería defendida por Pier Grazziani. Eso en los primeros 20 minutos. Después el encuentro se centró en la mitad de la cancha. Se hizo cortado. No hubo profundidad. Faltas iban y venían, al igual que las tarjetas amarillas para los jugadores del equipo de Barrancabermeja.
Cuando todo parecía que iba a terminar en empate. Salió de la pierna derecha de José Moya un centro perfecto a la cabeza de Rubén Betancourt, quien cruzó el balón y dejó sin reacción a Grazziani, quien solo pudo seguir con la mirada el camino del esférico, que terminó encontrándose con la red. Un gol que puso a celebrar a los capitalinos. Se festejó a rabiar, el primero de Santa Fe en la Liga Águila. Además, llegó en un momento crucial. Fue la última jugada del primer tiempo. Para salir del terreno de juego con el ego arriba.
Los cardenales estuvieron cerca de aprovechar ese aire en la camiseta que les dejó el haber anotado en el último minuto del primer tiempo. Iniciando la segunda parte Betancourt contó con una jugada clara. Centro de Pajoy y solo frente a la portería envió el esférico por arriba. Esa opción sirvió para que Alianza Petrolera despertara. De la mano de Roger Torres empezó a cambiar la cara. Empezaron a tomar el balón, pero no generaban opciones. Sin embargo, al minuto 54 una mano abierta de Héctor Urrego fue pitada como penal. César Arias se encargó de cobrarlo e igualar el partido.
En ese momento el encuentro se había convertido en un reto lleno de vaivenes, incertidumbre, emociones; los dos estaban dispuestos a llevarse los tres puntos. El que más ganas demostraba era Alianza Petrolera, que había tomado la posesión del balón y se acercó con un remate de Cristian Palomeque que tapó Róbinson Zapata con su pierna derecha. Incluso, después del gol de Diego Barreto contaron con un par de oportunidades para aumentar el marcador, pero los locales no lograron embocar.
Tras el gol, Santa Fe se veía resignado a su derrota, no intentaba; unía la tristeza a la impotencia, la dejadez a la derrota. Los minutos pasaron, el tiempo se fue quemando y el equipo cardenal no contó con opciones claras para igualar. El encuentro terminó con ese gol de Barreto, los cardenales no encontraron la fórmula para reanimarse y cayeron por tercer partido consecutivo en la liga. Alianza Petrolera, por su parte, llegó a siete puntos tras su segunda victoria en la Liga.